El Congreso da el primer paso para otorgar la nacionalidad española a los saharauis pese al rechazo del PSOE
Unidas Podemos logra sacar adelante la propuesta gracias al apoyo del PP y la abstención de Vox
PSOE y Unidas Podemos llevan días en el Congreso afanándose en mostrar sus brechas sin tapujos y este martes añadieron otra muesca al historial. Los socialistas se quedaron solos en su rechazo a una propuesta legislativa de UP que proponía la concesión automática de la nacionalidad a los ciudadanos del Sáhara Occidental nacidos durante ...
PSOE y Unidas Podemos llevan días en el Congreso afanándose en mostrar sus brechas sin tapujos y este martes añadieron otra muesca al historial. Los socialistas se quedaron solos en su rechazo a una propuesta legislativa de UP que proponía la concesión automática de la nacionalidad a los ciudadanos del Sáhara Occidental nacidos durante la época del dominio colonial, cuando era una provincia más de España, y que salió adelante gracias al apoyo del PP y la abstención de Vox. De nuevo, el PSOE tuvo que soportar un chaparrón del resto de grupos por abandonar la posición histórica de España en favor de la autodeterminación del territorio ahora bajo ocupación marroquí.
En el mismo hemiciclo donde este martes se debatía la propuesta de UP se sentaron hace tiempo, en plena época franquista, procuradores —entonces se llamaban así— ataviados de chilaba y turbante. Eran los representantes del Sáhara, que entre 1961 y 1976 fue declarado por la dictadura la 53ª provincia española. Lo evocó durante el debate parlamentario el diputado de UP Enrique Santiago, en defensa de su propuesta para que los nacidos durante esos años en la entonces colonia, que incluso poseían un DNI español, puedan acceder automáticamente a la nacionalidad y sus hijos dispongan de un plazo de cinco años para hacerlo. Y que los demás originarios de ese territorio disfruten de las mismas facilidades para residir en España que las otorgadas a otros países con los que existen lazos históricos, como los latinoamericanos, Portugal, Andorra, Guinea Ecuatorial o Filipinas.
Santiago dejó sentado desde el primer momento que el propósito de su iniciativa era reparar a los saharauis del “agravio histórico” infligido a ese pueblo con la “actuación vergonzante del franquismo moribundo”, cuando, en febrero de 1976, España abandonó el territorio y en la práctica lo entregó a la soberanía marroquí. El procedimiento propuesto por UP, subrayó su diputado, es el mismo por el que se concedió la nacionalidad a los judíos sefardíes. “Si ese acto de justicia se hizo con quienes tuvimos un pasado común hace 500 años, ahora no podemos dejar de hacerlo con quienes lo tuvimos hace 47″, remachó Santiago.
Con Ana Oramas, de Coalición Canaria, se inició un desfile de diferentes grupos que se sumaron con mayor o menor entusiasmo a la propuesta de UP. Oramas introdujo duros términos que luego se repetirían en boca de portavoces de otras formaciones: la acusación de que el Gobierno “ha traicionado al pueblo saharaui” al respaldar en la práctica la demanda marroquí de soberanía sobre el territorio que ocupó ilegalmente tras la espantada española. Con unas u otras palabras, la misma posición fue defendida sucesivamente por EH Bildu, PNV, Ciudadanos, BNG, Compromís, Junts o ERC. El diputado de Compromís Joan Baldoví relató un viaje al Sáhara con una delegación del Congreso en 2013 para traer el recuerdo de una imagen que, según dijo, le ha quedado grabada: “Un señor mayor vestido con túnica azul que me enseñaba un viejo DNI español mientras me preguntaba: ‘¿Por qué España nos ha abandonado?”.
Vox tampoco discrepó del fondo de la propuesta, aunque su diputada Teresa López no dejó pasar la ocasión para llamar a UP “vasallos de Sánchez” y descalificar al Frente Polisario porque “lo apoya todo el social-comunismo internacional”. Luego llegó el PP y empezaron las ambigüedades. Tras escuchar a su diputado Miguel Ángel Jerez resultaba difícil discernir la postura de los populares. Jerez expresó sus dudas de que la propuesta lograse salir adelante, pero prometió que, en caso de hacerlo, su grupo actuaría “con lealtad” durante su tramitación. De un lado, concordó con que los saharauis necesitan un “reconocimiento”, pero a continuación resaltó que el Tribunal Supremo ha emitido jurisprudencia contraria a la concesión de la nacionalidad. Lo más llamativo de la intervención del PP es que omitiese las críticas habituales al giro de la política del Gobierno respecto a Marruecos. Es más, Jerez señaló que el asunto de la reparación al pueblo saharaui debe abordarse “sin abrir heridas innecesarias y sin deteriorar nuestras relaciones internacionales”. Las dudas quedaron disipadas con la votación, en la que el PP se unió a UP y al conjunto de aliados del Gobierno.
Quien no dejó mucho campo al misterio sobre su posición fue el PSOE. En cuanto su diputado Sergio Gutiérrez se asomó a la tribuna y echó por delante que se trataba de un “tema complejo”, el rechazo comenzó a intuirse. Luego Gutiérrez advirtió de que este “es un debate de política interior, no exterior” y ya pocas dudas quedaban. Y todo quedó cristalino cuando el socialista se agarró también a las sentencias del Supremo contrarias a la concesión de la nacionalidad. El PSOE ya no se anduvo con más rodeos y anunció que a lo único que estaría dispuesto sería a otorgar la nacionalidad a los saharauis que pasen en España un periodo previo de dos años de residencia.