Uno de los afectados por las inundaciones en Extremadura: “No me queda nada, no tengo ni calzoncillos”

La pedanía de Valdebótoa, en Badajoz, afronta los estragos provocados por la borrasca ‘Efraín’. Varios vecinos han perdido sus viviendas, que han quedado completamente destrozadas por el temporal

Familiares cercanos a Justo y Antonio Sachez Abad limpian la casa de la que ambos hermanos tuvieron que ser desalojados. Foto: ROBERTO PALOMO | Vídeo: EPV

José Sachez Abad, un jubilado de 64 años, protagonizó el martes muchos informativos de televisión. Su imagen esperando a ser rescatado, subido al techo de su coche casi inundado, fue el símbolo de las consecuencias que el paso de la borrasca Efraín está dejando en Extremadura. “Ni siquiera estaba asustado. Solo sentí miedo cuando el nivel del agua alcanzó el puente y el río se desbordó en cuestión de segundos”, cuenta ya a salvo desde ...

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José Sachez Abad, un jubilado de 64 años, protagonizó el martes muchos informativos de televisión. Su imagen esperando a ser rescatado, subido al techo de su coche casi inundado, fue el símbolo de las consecuencias que el paso de la borrasca Efraín está dejando en Extremadura. “Ni siquiera estaba asustado. Solo sentí miedo cuando el nivel del agua alcanzó el puente y el río se desbordó en cuestión de segundos”, cuenta ya a salvo desde el jardín de su casa. Este martes, mientras el agua subía de nivel en torno a su coche y viendo que no tenía escapatoria, logró salir por una de las ventanillas y escaló hasta el techo de su vehículo. Sachez permaneció encaramado durante una hora y media. Por suerte, varias personas lo vieron y avisaron a los bomberos, que lo rescataron.

Valdebótoa (Badajoz), donde vive Sachez, se ha convertido en una de las zonas más afectadas por las inundaciones. En esta pedanía de algo más de 3.000 habitantes, los estragos provocados por el temporal protagonizan las conversaciones de los vecinos, ya sea en las calles o en los bares. “Es la mayor crecida del río desde hace 40 años”, es lo que más se comenta en la localidad pacense, que dista unos 10 kilómetros con Portugal. Comparte con este país un río, el Gévora, cuyo caudal se ha desbordado a raíz de las intensas lluvias de los últimos días. Y, aunque este miércoles las precipitaciones han amainado, las huellas de las inundaciones aún permanecen visibles.

Antonio Escudero, 26 años, posa en el salón de su casa en Valdebótoa (Badajoz) este jueves después de que el desborde del río Gévora haya afectado la casa en la que vive desde hace poco menos de un año.ROBERTO PALOMO
Justo Sáchez Abad, vecino de la localidad pacense afectada, camina por su dormitorio sorteando el barro y sus pertenencias. Justo fue rescatado del tejado de su casa de Valdebótoa por una barca de protección civil.ROBERTO PALOMO
Gallinas muertas en la casa de los hermanos Antonio y Justo Sáchez Abad.ROBERTO PALOMO
Algunas de las pertenencias de Justo y Antonio Sáchez rescatadas del barro y el lodo.ROBERTO PALOMO
Las inundaciones sufridas en Valdebótoa fueron provocadas por la crecida del río Gévora debida, según los vecinos, a la suciedad del cauce y a que el río no había sido desembalsado.ROBERTO PALOMO
José Sáchez Abada fue sorprendido en su coche por la crecida del río Gévora. Con dificultad pudo salir por una ventanilla y esperar en el techo hasta ser rescatado.ROBERTO PALOMO
El vehículo del que fue rescatado José Sáchez Abad continúa varado junto al canal de regadío que bordea el río Gévora.ROBERTO PALOMO

Sachez cuenta la sorprendente historia de su rescate entre risas. Ha decidido tomárselo con humor. “Cuando llegaron los bomberos les dije de broma que no me rayaran el coche. Fue un rescate de película”, afirma. A pesar de sufrir problemas de corazón y haber sobrevivido a cuatro infartos, el percance no le ha dejado ninguna secuela. Ni siquiera tuvo que ir al hospital después del rescate. Se fue directo de vuelta a su casa; su coche aún permanece en el lugar del accidente.

Justo Sachez Abad es hermano de José. Tiene 67 años y comparte su buen humor. Durante las inundaciones del martes, él estaba en su casa, en una parcela cercana al río Gévora. Valdebótoa es, sobre todo, una zona agrícola, y está repleta de terrenos por los que transitan cabras, vacas y tractores. Cuando el agua llegó hasta su finca, Justo logró salvarse subiéndose al tejado del patio interior de su vivienda. Allí lo encontraron los equipos de salvamento. “Yo no me quería ir de allí, pero la gente que me vino a buscar en barca estaban preocupados”, comenta Sachez entre risas y mientras intenta achicar el agua que todavía hay en su vivienda.“Lo importante es que no le ha pasado nada a las personas. Ahora vamos a seguir aquí limpiando”, comenta con optimismo.

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Aunque en los últimos días han ocurrido 450 incidentes en la provincia de Badajoz (y más de 1.000 en toda Extremadura), aún no se conoce ninguna muerte, según informa el 112 de Extremadura. Pero las lluvias han paralizado la acción de esta pedanía. Algunos han perdido el ganado y la cosecha con la que se ganan la vida, o han visto destrozado su hogar.

“Todo ocurrió en 20 minutos”

Es el caso de Antonio Escudero Soriano, un vecino de Valdebótoa que tiene 26 años. Lleva tan solo un año viviendo en la casa que ahora está llena de barro. Invirtió todos los ahorros que había acumulado desde que empezó a trabajar como peluquero a una edad muy temprana. “Todo ocurrió en unos 20 minutos”, comenta Escudero mientras echa un vistazo al estado final en el que ha quedado el que hasta ahora era su hogar. “Salí de casa el martes por la mañana para ir a trabajar. A mediodía me avisaron de que mi casa se estaba inundando”, recuerda. “Cuando llegué el nivel del agua cubría más de un metro”. “Ahora solo digo que gracias a Dios no nos pilló de noche a mi novia y a mí”, comenta.

Escudero vive ahora en casa de sus padres en Valdebótoa y usa la ropa de su primo porque no tiene nada más. “Me he quedado sin nada. No tengo ni unos calzoncillos”. “Estas zapatillas las había comprado nuevas y todavía no las había estrenado”, dice al señalar un calzado cubierto por el barro que ha invadido su casa. Ahora debe esperar a que terminen las lluvias para que un perito estime cuál será su indemnización. Aun así, no pierde el optimismo: “Lo que hay que hacer es esperar y tener calma. Que venga el perito y me dé una solución”.

Ahora todos miran hacia la reconstrucción. Francisco José Hernández, delegado del Ayuntamiento de Badajoz en Valdebótoa, cuenta a EL PAÍS que mañana se reunirá con el alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, para que les comunique a él y a los delegados de las pedanías colindantes de Sagrajas y Gévora —también muy afectadas por las inundaciones— la cuantía de las indemnizaciones y “la forma de proceder”. “En Valdebótoa nunca había habido riadas de este calibre. Es la primera vez que llueve durante tantos días seguidos y con tanta intensidad”, afirma. “Pero lo importante es que no ha habido daños humanos”, añade.

585 incidentes

El servicio de emergencias 112 de Extremadura ha gestionado hasta las 18.30 de la tarde del miércoles 585 incidentes por las inclemencias del tiempo, y ha recibido casi 6.000 llamadas. Una quincena de carreteras permanecían cortadas a las cinco de la tarde en la comunidad a causa de las intensas lluvias que ha dejado la borrasca Efraín, entre ellas la N-523 Cáceres-Badajoz. Para este jueves la Agencia Estatal de Meteorología no prevé ninguna alerta, ni por lluvias ni por otros fenómenos, en la comunidad autónoma.

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