El 70% de las bases de Ciudadanos pidió cambiar de nombre y un 95%, presidencialismo

Las conclusiones de los cuestionarios, que no han visto la luz, muestran, además, que la militancia pide “refrescar caras” y “aire fresco” en medio de la incertidumbre sobre si Arrimadas concurrirá a unas primarias contra Bal

Los resultados a la pregunta sobre el nombre.

Hace cinco meses, Ciudadanos arrancó un “proceso de escucha” en el que tanto cargos orgánicos como militantes han opinado sobre las soluciones para salir del profundo atolladero. Durante la dura reunión de la Ejecutiva de hace una semana, en la que se tumbó el blindaje ...

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Hace cinco meses, Ciudadanos arrancó un “proceso de escucha” en el que tanto cargos orgánicos como militantes han opinado sobre las soluciones para salir del profundo atolladero. Durante la dura reunión de la Ejecutiva de hace una semana, en la que se tumbó el blindaje de Inés Arrimadas como cabeza política gracias a la presión del bando contrario, integrado entre otros por el diputado Edmundo Bal y el procurador en Cortes Francisco Igea, algunos dirigentes exigieron la joya de la corona. Querían conocer los resultados concretos de los cuestionarios para comprobar si las ponencias de la asamblea de enero se corresponden con las demandas de las bases. Uno de los puntos de fricción de esta guerra soterrada.

Los datos se colgaron en el chat de la ejecutiva durante unos segundos. Alguien pidió retirarlos y mostrarlos en una pantalla. El mensaje fue eliminado ipso facto. Su contenido no ha sido difundido entre las bases, como sí se ha hecho con las ponencias de valores y estatutos. Fuentes de la dirección explican a este periódico que son “cosas que no están pensadas para fuera” y que “se firmó un compromiso de confidencialidad para no exponerlas”. EL PAÍS ha accedido a estos datos.

Entre las cuestiones sobre las que se pregunta a las bases está el tema de la marca, uno de los debates que generó más interés de puertas para fuera. La dirección decidió mantener el nombre de Ciudadanos. Según los resultados de los cuestionarios, la militancia sondeada pedía lo contrario: el 70% de los encuestados quiere cambiar la denominación. La ponencia de estatutos, cuya redacción desató la guerra interna la semana pasada, incorpora en su artículo 1 que el partido se llama Ciudadanos. También recoge la posibilidad de cambiar de abreviatura. La dirección baraja sustituir Cs por Cdd, modificar el color y el logo. La pregunta a la que respondieron las bases fue esta: “¿Crees que sería bueno cambiar definitivamente el nombre del partido a nivel nacional (con independencia de lo que se decida para Cataluña)?”.

El 25% se decantó por “sí, Liberales me gusta”; un 45% por “sí, pero me gustaría tener varias opciones donde elegir” y un 30% por “no, hay que seguir con la marca Ciudadanos”. Además, el 60% de los sondeados demandó también “empezar de cero” con “algo nuevo”.

Fuentes de la ejecutiva justifican la decisión sobre el nombre basándose en el análisis de una asesoría de comunicación y de acuerdo con la opinión mayoritaria recabada entre la militancia. También alegan que a estos cuestionarios hay que añadir las aportaciones recogidas en la Ruta de Refundación y otras encuestas. Una fuente de la refundación afirma que estos cuestionarios engloban el sentir cuantitativo de militantes y cargos, y que algunas de las afirmaciones sobre los deseos de las bases no eran ciertos.

Respecto al liderazgo, los resultados también recogen la polémica pregunta que encendió la mecha entre la facción que apoyaba el presidencialismo transversal —como Bal e Igea— y quienes apostaban por una bicefalia en la que la líder política seguiría siendo Arrimadas —el equipo de la dirigente—.

“Distintos modelos de partidos”

A la pregunta “En España y en Europa hay distintos modelos de partidos, ¿cuál piensas que es más idóneo para la nueva etapa?”, la militancia encuestada respondió así: un 42% se identificó con “un liderazgo y una dirección nacionales fuertes, refrendados por la militancia en primarias, del que emanen las decisiones que se defienden por igual en todos los territorios”; un 53% optó por que “la autoridad se reparta entre la dirección nacional, principalmente, pero también los territorios”, y un 5% por “un modelo del estilo PNV, donde la dirección del partido es la que elige el liderazgo y toma las decisiones orgánicas y estratégicas, entre las que está la elección del candidato sin primarias”.

La pregunta sobre el modelo de dirección.

Entretanto, el divorcio de Bal y Arrimadas “ha tensionado” el grupo parlamentario —como afirman fuentes del mismo—, por la lucha de poder y la toma de posiciones. Mientras el diputado ha confirmado este viernes por la mañana que competirá en las primarias para liderar la formación que surja “del proceso de refundación” que se inició hace cinco meses, la todavía presidenta sigue sin confirmar si concurrirá a las elecciones internas, algo que para muchos es un hecho. En público, dirigentes de su partido presionan para que renuncie. Como ejemplo, Igea pidió en Twitter un “nuevo liderazgo”; y dos diputadas, María Muñoz y María Carmen Martínez, dieron me gusta al tuit.

Sobre este asunto, de los cuestionarios se desprende que las bases desean “revalidar liderazgos del partido”, “refrescar caras” y “aire fresco”. La dirección afirmó el 14 de octubre que había unanimidad entre la “militancia” sobre adoptar el modelo bicéfalo para “proteger” a Arrimadas como principal activo político.

Consulte todos los resultados de los cuestionarios en este enlace.


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