Un ‘narcocrédito’ para fabricar billetes falsos de 500 euros
La policía cree que la red desmantelada en España tras el hallazgo de una mochila con 4,3 millones fraudulentos compró la maquinaria y el material con el préstamo de una trama albanesa
Fabricar billetes no es barato. Tampoco los falsos, si estos aspiran a pasar por auténticos. La costosa maquinaria de impresión y el papel y tintas especiales que tenían que adquirir en China obligó a la red de falsificadores de billetes desmantelada el pasado septiembre en España, una de las mayores descubierta en Europa en la última década, a pedir un préstamo a un grupo de narcotraficantes de ori...
Fabricar billetes no es barato. Tampoco los falsos, si estos aspiran a pasar por auténticos. La costosa maquinaria de impresión y el papel y tintas especiales que tenían que adquirir en China obligó a la red de falsificadores de billetes desmantelada el pasado septiembre en España, una de las mayores descubierta en Europa en la última década, a pedir un préstamo a un grupo de narcotraficantes de origen albanés, según apuntan fuentes de la investigación. Los ahora detenidos iban presuntamente a devolver este narcocrédito con el mismo dinero que fabricaban, siempre billetes de 500 euros de una calidad tan alta que algunos cajeros de bancos los aceptaban como buenos. Los arrestados ofertaban sus billetes a las tramas criminales a 25 euros cada uno para que estas los utilizaran para engañar a otras organizaciones delictivas en el pago de alijos de droga. Las primeras estimaciones calculan que la red llegó a imprimir billetes falsos por un valor facial (el que figura impreso en el billete) de 8 millones de euros en los tres meses en los que funcionó el taller clandestino que tenían en La Nucia (Alicante). Los 12 detenidos están acusados de los delitos de falsificación de moneda y pertenencia a grupo criminal.
La investigación sobre la trama se inició en 2019, cuando se detectó en diferentes puntos de España y, sobre todo, del área metropolitana de Barcelona, la circulación de billetes falsos de 500 euros ―un valor facial poco común en este tipo de fraude, en el que suelen ser más habituales los de 50 y 20 euros, más fáciles de colocar en establecimientos comerciales― de muy alta calidad, según han detallado este jueves agentes de la Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra. Las pesquisas se aceleraron el 14 de agosto del año pasado, después de que un vecino de la localidad barcelonesa de Cervelló acudiera a una comisaría de los Mossos con una mochila que había encontrado en una zona ajardinada del municipio y que contenía 4.350.500 euros falsos en billetes de 500, algunos sin el característico sello holográfico.
La calidad de esos billetes permitió relacionar el hallazgo con la compra de una bicicleta eléctrica que, dos días antes, había hecho una persona en un establecimiento de Cataluña y cuyo autor había sido detenido, aunque quedó en libertad, pero también con otros billetes falsificados intervenidos más de una década antes, en 2009, en una fábrica en Real de Gandía (Valencia). El análisis de las huellas encontradas tanto en la mochila como en tres de los billetes intervenidos permitió identificar a seis de los ahora detenidos, entre ellos Tomás M. J., quien había salido de prisión en 2017 tras cumplir una condena de cuatro años por la falsificación de 2009, y que en ese momento disfrutaba de un alto nivel de vida en una urbanización de Altea (Alicante).
Las pesquisas revelaron que, durante su estancia en la cárcel de Picassent (Valencia), Tomás M. J. había coincidido con Alberto T., otro de los arrestados en la operación de 2009, y con José G. S., con antecedentes por falsificación de moneda, y Gabriel J. C., un experto en artes gráficas e informática. Junto a ellos, la investigación permitió identificar como presuntos integrantes de grupo a Roger J. T. y Marenglen X., un ciudadano de origen albanés detenido en Barcelona por enviar a su país un paquete con 10.000 euros falsos en billetes de 500. Fuentes de la investigación apuntan a este como el presunto contacto de la trama con la organización que facilitó el narcocrédito para adquirir la maquinaria, valorada en 400.000 euros, y los materiales necesarios.
Las intervenciones telefónicas y seguimientos de los presuntos integrantes de la trama han permitido confirmar que los cuatro seguían en estrecho contacto tras abandonar la cárcel y que el estallido de la pandemia en 2020, y el posterior cierre de fronteras en China, principal origen del material que utilizaban, les había obligado a suspender temporalmente la fabricación de billetes. De hecho, la trama estaba buscando supuestamente financiación para reanudar su actividad y costear el viaje a China para adquirir el material e importarlo a través de una empresa pantalla creada en Hong Kong, según la policía. Primero vendieron una de las impresoras que utilizaban por 10.000 euros, para luego iniciar contactos con grupos delictivos con el objetivo de conseguir otro narcocrédito. Según la policía, uno de estos grupos les ofreció falsificar también dólares norteamericanos y reales brasileños, y, de hecho, los ahora detenidos llegaron a plantearse instalar la maquinaria en el país sudamericano para elaborar allí los billetes falsos, aunque finalmente se habían decantado por trasladarse a Francia.
No lo llegaron a hacer porque agentes de la Policía Nacional y los Mossos los detuvieron el pasado 23 de septiembre en la llamada Operación Casino-Sentinel. La geolocalización del terminal telefónico del principal implicado permitió localizar en una nave industrial en La Nucia (Alicante), a la que acudía frecuentemente, las impresoras industriales supuestamente empleadas para la falsificación. En el lugar, los agentes no hallaron nuevos billetes falsos, pero sí papel y tintas idénticas a las utilizadas en los intervenidos en la mochila abandonada, así como indicios de que las máquinas habían sido utilizadas para imprimirlos.