Los socios del Gobierno rechazan tanto bajar como recentralizar los impuestos

ERC, EH-Bildu, Más País, Compromís, PDeCAT y Junts critican la propuesta de supresión del tributo de patrimonio del popular Juan Manuel Moreno para Andalucía y la armonización que defiende el ministro Escrivá

El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, junto a los diputados de EH Bildu Mertxe Aizpurua y Jon Iñarritu.FERNANDO ALVARADO (EFE)

El debate sobre el sistema fiscal español ha entrado de lleno en la larga precampaña electoral de cara a las elecciones autonómicas de mayo próximo, y las posiciones políticas se presentan absolutamente encontradas y sin aparente solución, incluso dentro del Gobierno central y con sus principales socios. El anuncio de supresión del impuesto de patrimonio en Andalucía, por parte del presidente popular Juan Manuel Moreno, ha sido replicado por la posición c...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El debate sobre el sistema fiscal español ha entrado de lleno en la larga precampaña electoral de cara a las elecciones autonómicas de mayo próximo, y las posiciones políticas se presentan absolutamente encontradas y sin aparente solución, incluso dentro del Gobierno central y con sus principales socios. El anuncio de supresión del impuesto de patrimonio en Andalucía, por parte del presidente popular Juan Manuel Moreno, ha sido replicado por la posición contraria del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, planteando una recentralización para evitar el mercadeo político con los tributos entre autonomías. Los aliados habituales del Ejecutivo en el Congreso, nacionalistas y regionalistas vascos, catalanes y valencianos, han dejado bien claro que no están ni por bajar impuestos ni porque las autonomías pierdan competencias. Unidas Podemos y Más País hablan de una cesta “mínima” común. El PSOE de corresponsabilidad. Y el PP de “autonomía fiscal”. La mayoría vuelven a rescatar la necesidad de cambiar el sistema de financiación.

El regalo fiscal al eliminar en Andalucía el impuesto de patrimonio, avanzado el lunes en un acto en Madrid por el popular Moreno y que beneficia de entrada a solo a un 0,2% de los más de ocho millones de andaluces, ha reabierto de par en par el debate sobre el escenario tributario en España en este curso tan electoral y se ha tropezado con posturas muy encontradas. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha marcado el argumentario oficial al señalar que las bajadas de impuestos en las autonomías gobernadas por el PP como Galicia, Castilla y León, Madrid y ahora Andalucía no tienen por qué significar menos recaudación y añadió, además, que ese tipo de propuestas llegan avaladas por el programa electoral de esos candidatos y por el voto en las urnas. Esa idea la repitió más tarde la portavoz del PP en el Congreso y secretaria general del partido, Cuca Gamarra.

Ese planteamiento volvió a descubrir lo complejo que es conciliar esta discusión entre distintas autonomías, según sean más ricas o receptoras de fondos y dinero público, o sientan invadidas sus competencias y peculiaridades fiscales, como es el caso del País Vasco con el concierto económico. Todos los partidos han tenido ocasión de pronunciarse al respecto este martes en el Congreso.

El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, recordó sobre la réplica de Escrivá con la idea de la recentralización que su formación ya transitó en su momento por esa vía sin éxito y rescató, sobre todo, su propuesta de aplicar un impuesto a las grandes fortunas que si el PSOE hubiera aceptado impediría liberar ahora de ese pagó a los 17.000 andaluces más ricos y no permitiría “paraísos fiscales” como aquellos de los que presume la popular Isabel Díaz Ayuso en Madrid. “Ojalá podamos aprobar algún tipo de ley en ese sentido, respetamos la autonomía de las comunidades en materia fiscal, pero hay que establecer algún tipo mínimo para no permitir el dumping fiscal”, remachó Echenique.

El portavoz de Más País, Íñigo Errejón, tampoco respalda la medida prometida por Moreno y demanda soluciones estatales, pero “sin invadir ninguna competencia autonómica”, y también aboga por un marco “mínimo que garantice que se lucha contra el dumping fiscal” para acabar “con esta especie de carrera a ver quién le recorta más a las familias trabajadoras y le perdona más dinero con regalos a los más ricos” en zonas del Estado que luego son los primeros en reclamar más dinero, fondos e inversión para sus territorios. El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, profundizó en esas críticas a las rebajas fiscales en las autonomías del PP y reiteró la situación de infrafinanciación de la comunidad valenciana.

Gabriel Rufián, desde ERC, aprovechó para lanzar uno de sus dardos dialécticos envenenados contra el popular Moreno al ironizar sobre la posible falta de solidaridad territorial, justicia y de conciencia de clase social de su iniciativa, al destacar que no entiende que el electorado trabajador pueda apoyar con sus votos a ese tipo de candidatos: “Al final que alguien de clase trabajadora vote a Moreno Bonilla por estas cosas es como si un ratón votara a un gato”. Y puso un ejemplo futbolístico: “¿Cuántas Champions tiene el Madrid? 14. Yo podría decir que entre el Madrid y yo tenemos 14 Champions. Es como decir que entre los ricos andaluces y alguien de clase trabajadora se han ahorrado 100 millones de euros”.

Desde las formaciones independentistas catalanas se aprovechó la oportunidad del debate para dejar muy claro que nunca suscribirán como respuesta a ese tipo de propuestas ninguna recentralización. El portavoz del PDeCAT, Ferran Bel, que suele apoyar normalmente al Gobierno, destacó que cualquier planteamiento sobre armonización o recentralización va “contra la autonomía fiscal” de las comunidades y recalcó que el Ejecutivo y el Ministerio de Hacienda que dirige María Jesús Montero tienen pendiente y aparcado hace tiempo tanto una revisión del sistema de financiación de las autonomías como una revisión general del marco tributario. Bel, eso sí, apostilló que en Cataluña su partido está por la labor de retirar el impuesto de patrimonio para poder competir, como pretende Moreno, por atraer a su territorio a inversores de otras zonas. Mírian Nogueras, de JuntsxCAT, no quiso explayarse sobre los pormenores de esta discusión y optó por subrayar que lo que persigue su partido independentista es gestionar por su cuenta todos los recursos porque defiende que lo harían mejor que lo hace ahora el Estado español.

Los nacionalistas vascos tampoco apoyan ese tipo de propuestas, pero se sienten ajenos a las mismas por la peculiaridad de su concierto económico y fiscal. Eso sí, la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, no eludió la posibilidad de criticar la eliminación del impuesto de patrimonio en Andalucía: “Ese impuesto grava a quienes más tienen, entra dentro de la lógica, entra dentro de la justicia social y creo que es una cuestión totalmente necesaria de hacer”. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, reconoció que no le parece bueno el dumping fiscal, pero optó por destacar que en Euskadi ese tributo existe, lo pagan por “compromiso social” muchos vascos que podrían irse a otras zonas y recalcó que la discusión sobre el régimen fiscal común de España no les concierne.

Patxi López, del PSOE, se pronunció a favor “de la corresponsabilidad fiscal” de las autonomías, pero no “para competir a la baja y dejar desprotegidos a los más vulnerables” y luego “no vale poner la mano para que papá Estado sufrague para que no paguen nada el 0,2% de los ricos andaluces”.

Sobre la firma

Más información

Archivado En