El PP centrará su estrategia en la situación económica y el “deterioro” institucional
Feijóo no forzará el foco y prevé ceder todo el protagonismo a Cuca Gamarra
Casi cuatro años esperando el debate sobre el estado de la nación y, cuando al fin llega, el líder del PP tiene que conformarse con sentarse en el escaño sin voz, como convidado de piedra. Esa rareza, la de que Alberto Núñez Feijóo no podrá intervenir a pesar de ser el líder de la oposición por su condición de senador, marcará el debate para el PP, aunque los populares lo afrontan muy confiados porque la ce...
Casi cuatro años esperando el debate sobre el estado de la nación y, cuando al fin llega, el líder del PP tiene que conformarse con sentarse en el escaño sin voz, como convidado de piedra. Esa rareza, la de que Alberto Núñez Feijóo no podrá intervenir a pesar de ser el líder de la oposición por su condición de senador, marcará el debate para el PP, aunque los populares lo afrontan muy confiados porque la celebración “llega en el peor momento para el Gobierno”, consideran en Génova. Los conservadores centrarán su discurso en la situación económica y en el “deterioro institucional” del país, a pesar de que sobre este último asunto el Gobierno puede reprocharles el bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial. No les importa. Feijóo no buscará desesperadamente el foco y prevé ceder todo el protagonismo a Cuca Gamarra, encargada de dar la réplica al presidente bajo la mirada atenta de la efigie de su jefe.
El PP cree que el debate sobre el estado de la nación se celebra en el momento más delicado para el Gobierno desde que Pedro Sánchez es presidente, lastrado por la situación económica y las tensiones en la coalición. En cambio, los populares acaban de adelantar al PSOE por primera vez en las encuestas —están 1, 1 puntos por delante, según el sondeo de julio de 40dB. para EL PAÍS— tras la reciente victoria en Andalucía, que ha frenado las expectativas de su competidor por la derecha, Vox. “Llegamos bien porque ahora el partido ganador del centroderecha se llama PP, cuando antes el hombre que lo ganaba todo era Abascal”, opina un presidente popular, que asegura que en sus encuestas internas los ultras siguen perdiendo apoyo desde su pinchazo andaluz.
Una de cal y otra de arena
Los conservadores tienen el viento de cara, pero no pueden permitirse fallar. Su principal escollo es que su líder no tendrá voz en el debate, pero también afrontan sus propias tensiones internas en la estrategia de oposición. Esta semana, Feijóo ha tomado distancia de la decisión del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso de conceder becas para estudiar en colegios privados a familias con rentas de más de 100.000 euros. Las dos almas del PP siguen chirriando cada cierto tiempo.
Acertar con el tono en el debate es una de las claves. La opinión mayoritaria en el partido es que no deberían pasarse de frenada con un discurso demasiado duro. “Debe ser una de cal y otra de arena. Criticar el fondo con moderación en las formas y ofrecer la posibilidad de acuerdos”, defiende un barón. “Es preferible poco adjetivo descalificador y dejar siempre abierta la puerta a pactos de Estado”, abunda otro dirigente. En el equipo de Feijóo sostienen que el tono será el mismo que el del partido los últimos tres meses, “mucho más elegante e institucional que el del presidente del Gobierno”.
Nadie duda de que la secretaria general será eficaz en el rumbo que le marque Feijóo. “Cuca es como ese deportista que nunca falla, pero no va a dar grandes titulares”, se escucha en el PP. Eso es precisamente lo que tiene que hacer, opinan muchos. Su trabajo es cubrir el segundo nivel; quien tiene que entusiasmar es Feijóo.
La estrategia del PP será la del palo y la zanahoria, según Génova. Al menos en el discurso. Los populares propondrán acuerdos, pero también enfatizarán su enorme distancia con el Gobierno. Este sábado, Feijóo anunció en Ermua su compromiso de derogar la ley de memoria democrática si llega al poder. Ese asunto de Estado prevé abrir una gran brecha entre el Ejecutivo y el PP la misma semana del debate sobre el estado de la nación. En el equipo del líder del PP tienen la teoría de que el Ejecutivo ha tratado de restar repercusión al debate situando la misma semana varias votaciones importantes: también la de la reforma del Poder Judicial y el segundo decreto anticrisis. Las dos últimas son patatas calientes para el PP.
Feijóo arrastra en su debe desde su llegada a la presidencia del PP, hace tres meses, el bloqueo en la renovación del Poder Judicial y, salvo sorpresa de última hora esta semana, la disputa lleva el camino de cronificarse. El PP se comprometió a enviar al Gobierno una propuesta de acuerdo sobre el CGPJ. El plazo termina este miércoles, pero todo se ha emponzoñado desde que el Gobierno registró una contrarreforma para que el CGPJ pueda renovar el Tribunal Constitucional. Los populares meditan ahora cómo hacer pública su propuesta después de haber dado por rotos los puentes. En el segundo decreto anticrisis tampoco se prevé un acuerdo, aunque hay voces en el PP favorables a una abstención. Pero Feijóo cree que Sánchez caerá por la economía, y no le dará tregua. En su círculo avisan de que no se esperen paños calientes: “No vamos a apadrinar la política económica del Gobierno”. A Feijóo, creen en Génova, no le hace falta hacer escuchar su voz para que su mensaje quede claro.