El Defensor del Pueblo abre una investigación sobre el incendio en la sierra de la Culebra

El organismo pide a la Junta de Castilla y León que detalle qué recursos tenía disponibles, después de las críticas de los bomberos por la falta de medios

El cuerpo de un animal yace sobre la superficie calcinada del incendio forestal de la reserva de la Sierra de la Culebra, en Villardeciervos (Zamora), el pasado 21 de junio.

Las denuncias públicas de las asociaciones profesionales por la escasez de recursos disponibles en Castilla y León para combatir incendios como el que hace unas semanas devastó la sierra de la Culebra (Zamora) han provocado una actuación de oficio del Defensor del Pueblo. El organismo ha solicitado a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta, que administra el PP dentro de la coalición autonómica con Vox, que le detalle qué efectivos estaban operativos aque...

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Las denuncias públicas de las asociaciones profesionales por la escasez de recursos disponibles en Castilla y León para combatir incendios como el que hace unas semanas devastó la sierra de la Culebra (Zamora) han provocado una actuación de oficio del Defensor del Pueblo. El organismo ha solicitado a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta, que administra el PP dentro de la coalición autonómica con Vox, que le detalle qué efectivos estaban operativos aquel miércoles 15 de junio, cuando se iniciaron unas llamas que terminaron arrasando unas 25.000 hectáreas. Los colectivos de bomberos sostienen que el Gobierno de la comunidad no había hecho un despliegue suficiente de medios y que la declaración del nivel de riesgo “medio”, en lugar de “alto” ―lo que comporta un dispositivo menor― propició la catástrofe.

El organismo que preside Ángel Gabilondo ha requerido a la Junta “una descripción general del personal que integra el operativo contra incendios, el protocolo de actuación que se sigue para la movilización del personal y una exposición de las razones y criterios que justifican la configuración actual de las campañas de incendios”. De este modo, se busca conocer el “número y descripción de los efectivos desplegados en materia de vigilancia ese día y la cronología de la intervención hasta que el fuego pudo considerarse extinguido”. Las asociaciones de profesionales contra los fuegos han expuesto, conforme a los análisis que ha suministrado Medio Ambiente, que la intensidad de los frentes del fuego, en el inicio, era perfectamente abarcable de haberse contado con el máximo de recursos disponibles. Al faltar medios, sin embargo, el fuego se extendió ayudado por el calor, la sequía y los vientos, y los refuerzos no bastaron para impedir que arrasara buena parte de estos parajes naturales. Los recursos autonómicos fueron respaldados por bomberos y material de varias comunidades, de la Unidad Militar de Emergencias y de la vecina Portugal.

El Defensor reclama a la consejería que dirige Juan Carlos Suárez-Quiñones las “referencias sobre las causas” del incendio (que apuntan a los rayos de una tormenta eléctrica), la estimación de daños económicos y medioambientales y la descripción de las medidas que se acometerán para intentar solventarlos e impedir a su vez que se produzcan nuevos fuegos. La Junta ha prometido 35 millones de euros para los afectados, una cantidad que estos califican de escasa: buena parte de los habitantes de esa zona vive directamente de la sierra de la Culebra por el turismo rural, la producción agroalimentaria o la generación de madera.

El organismo quiere saber también al detalle qué protocolos marcan la actuación en la prevención y actuación ante escenarios como el de Zamora. El gobierno de Castilla y León dispone de un plan vigente desde 1999, muy criticado por los bomberos, que solo considera que hay riesgo “alto” de fuego cuando el incendio ocurre entre el 1 de julio y el 30 de septiembre. Los colectivos de operarios contra incendios han insistido en que el cambio climático está provocando que se amplíen los meses de calor intenso y de falta de humedad: este gran incendio, de hecho, comenzó dos semanas antes del periodo delimitado por la Junta. Las mismas organizaciones han censurado también que en apenas un año se hayan dado las dos tragedias forestales más graves de la historia del territorio: el pasado agosto, unas llamas que comenzaron en un motor recalentado de un coche acabaron con 22.000 hectáreas en Ávila, cifra superada hace menos de un mes en la sierra de la Culebra. En ambos casos, exponen, faltaban recursos humanos y materiales para apagarlos a tiempo.

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