Los 133 migrantes que entraron en Melilla piden una investigación sobre las muertes en la frontera
Manifestaciones en medio centenar de localidades españolas claman por aclarar las circunstancias del salto en el que perdieron la vida al menos 23 personas
Medio centenar de localidades españolas acogen este viernes manifestaciones contra las muertes de migrantes en las fronteras y en protesta por las últimas, registradas hace una semana junto a la frontera de Marruecos con Melilla, en la que perdieron la vida al menos 23 inmigrantes.
Los 133 migrantes que consiguieron entrar en la ciudad autónoma se han congregado la tarde de este viernes en el centro de la localidad para recordar a sus compatriotas fallecidos en la frontera. “Necesitamos ayuda: están matando gente cada día”, reivindicaba Mohamed Ali Omar, sudanés de 20 años. Varios colec...
Medio centenar de localidades españolas acogen este viernes manifestaciones contra las muertes de migrantes en las fronteras y en protesta por las últimas, registradas hace una semana junto a la frontera de Marruecos con Melilla, en la que perdieron la vida al menos 23 inmigrantes.
Los 133 migrantes que consiguieron entrar en la ciudad autónoma se han congregado la tarde de este viernes en el centro de la localidad para recordar a sus compatriotas fallecidos en la frontera. “Necesitamos ayuda: están matando gente cada día”, reivindicaba Mohamed Ali Omar, sudanés de 20 años. Varios colectivos de la ciudad han convocado la concentración, que ha reunido a unas 250 personas, también a residentes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) que entraron el pasado marzo.
Las autoridades marroquíes solo han confirmado las muertes de 23 personas supuestamente aplastadas en los pasillos del paso fronterizo de Barrio Chino, pero varias organizaciones elevan la cifra hasta 37. “No sabemos nada, nos están mintiendo”, se indigna Cholo, de 22 y proveniente de Sudán del Sur, país de donde salió en 2013. Cholo entró en Melilla en marzo, en el mayor salto a la valla que se ha registrado en la ciudad: hasta 2.500 personas intentaron entrar en España durante dos días y 954 lo consiguieron. El joven busca a su amigo Omar, a quien conoció en Marruecos y que intentó entrar en la ciudad el viernes: “Me han dicho que está vivo, pero no he conseguido contactar con él ni sé dónde está”.
“Exigimos una investigación independiente que esclarece las muertes ocurridas”, ha leído uno de los supervivientes en un comunicado firmado por más de 1.000 organizaciones en toda España. Piden también el fin de las devoluciones en caliente y el establecimiento de vías legales y seguras para los migrantes. Desde los sucesos en la frontera, y ya ese mismo día, Marruecos ha ejercido un férreo control sobre lo ocurrido. En Nador, se ha impedido a periodistas y asociaciones de Derechos Humanos acercarse siquiera al hospital Hassani, donde fueron atendidos los heridos y se trasladó los cuerpos de los fallecidos, y al cementerio de Sidi Salem, donde ya se han cavado las fosas para unos enterramientos que no tienen fecha.
“Estamos consternadas por lo sucedido”, asegura Mar Soriano, de Solidary Wheels, una de las entidades convocantes, “la propia arquitectura fronteriza es violenta, pero los crímenes del otro día son espantosos”. “No entendemos cómo no ha habido una investigación sobre lo sucedido”, protesta. “Era necesario recordar los sucesos de hace una semana y hacerlo con los supervivientes”, explica Marisa Amaro, de Geum Dodou.
Los 133, todos solicitantes de asilo y la mayoría de Sudán, se han convertido casi en símbolo. Son la voz de quienes no lograron cruzar y de quienes han desaparecido sin dejar rastro, pero también en la voz de una generación de africanos. “Pedimos a la comunidad internacional que cambie el futuro de África”, resonaba la voz de Hussein, sudanés, en la Plaza de España.
Mohamed salió de Sudán con 15 años en 2017 y acabó recalando en Libia. “La situación en mi pueblo era muy complicada por la guerra entre el Gobierno y Sudán del Sur”, cuenta, “mi familia sigue allí, pero no sé dónde está”. Desde Libia intentó salir por mar hacia Europa, pero la guardia costera le interceptó dos veces y acabó en prisión. En 2021, partió a Marruecos después de cruzar Túnez y Argelia. Llegar a Nador, la provincia fronteriza con Melilla, en el norte, fue una odisea. “Lo intenté tres veces, pero la policía me mandaba de vuelta a la frontera con Argelia”, cuenta. Tres intentos le costó también entrar en Melilla, tras participar en los dos saltos de marzo. Ahora, desde Europa, sigue con la mente puesta en quienes se quedaron atrás en Marruecos.
Los 133 migrantes que consiguieron entrar en Melilla el pasado viernes han tomado, una semana después, el centro de la ciudad para recordar a sus compatriotas fallecidos en la frontera. “Necesitamos ayuda”, reivindicaba Mohamed Ali Omar, sudanés de 20 años, “están matando gente cada día”. Varios colectivos de la ciudad han convocado la concentración, que ha reunido a unas 250 personas, también a residentes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) que entraron el pasado marzo.
1.700 manifestantes en Barcelona
En Barcelona, unas 1.700 personas, según la Guardia Urbana, se han manifestado desde las 19.30 horas ante la Delegación del Gobierno en Cataluña, ubicada en la calle Mallorca de Barcelona, y ha terminado en la plaza Idrissa Diallo, que lleva el nombre de un joven que murió tras su paso por el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Zona Franca. La marcha ha estado encabezada por pancartas con los lemas “Las vidas negras importan” y “Contra la masacre de Melilla”. “No son muertes, son asesinatos del colonialismo europeo”, rezaba otra pancarta que ha abierto la protesta.
Un manto de indignación ha cubierto este viernes la plaza de Callao, en Madrid. Varias asociaciones humanitarias llamaban a protestar en defensa de los migrantes y colectivos vulnerables y han reunido a varios centenares de personas en el centro de la capital. Los manifestantes han exigido una investigación sobre lo ocurrido en la valla y que “no vuelva a repetirse”. El manto de indignación se ha convertido en humano cuando los organizadores han invitado a los asistentes “racializados” a tumbarse en el suelo para emular las imágenes de los migrantes amontonados junto a la valla.
La concentración ha servido también para exigir al Gobierno que cesen las llamadas devoluciones en caliente y para recoger firmas para pedir la regularización de todos los migrantes en situación irregular en suelo español. Varias asociaciones de las diferentes comunidades negras en España han tomado la palabra para expresar la “rabia y el dolor” que les produjeron las muertes de los migrantes que trataron de saltar la valla, en palabras del Movimiento Social Regulación Ya. “La situación que tiene que asumir el pueblo africano negro es muy penosa desde el nacimiento hasta la muerte. Todo lo malo viene en esa palabra del diccionario que dice negro”, ha expresado la efusiva portavoz de la Unión Africana Española.
Parte de los asistentes, en medio de pancartas con mensajes antirracistas y al ritmo de los tambores, han hincado una rodilla en el suelo, el gesto que se hizo popular en Estados Unidos en las protestas del movimiento Black Lives Matter. “Melilla, hermanos, nosotros no olvidamos”, han coreado los manifestantes con el puño en alto.
A la protesta han acudido también miembros del Sindicato de Manteros. Uno de sus portavoces ha leído un comunicado en el que ha señalado que “lo que está pasando es anormal”. “Se pasan la pelota, exigimos investigaciones, estamos hartos de morir en las fronteras”, ha añadido. Además, los convocantes han exigido información sobre los supervivientes de la tragedia para conocer en qué hospitales están y qué tratamiento están recibiendo. “No son muertes, son asesinatos”, ha sido la consigna más repetida en la tarde de este viernes en Callao.
En Andalucía, cientos de personas se han congregado en ciudades como Málaga (150 asistentes) y Córdoba (200). En Navarra, varios cientos de personas han participado en una concentración en el paseo de Sarasate de Pamplona.
Concentración en Rabat
Decenas de activistas se congregaron también este viernes en una sentada frente al Parlamento marroquí en Rabat para pedir dar sepultura digna y devolver a sus familias los cuerpos de los 23 emigrantes. Los participantes en esta protesta, convocada por varias ONG defensoras de derechos humanos y derechos de los emigrantes, pidieron también la apertura de una "investigación independiente" sobre la tragedia "para determinar las responsabilidades". "Los emigrantes no son criminales" y "no a Frontex" son algunas de las pancartas que sostuvieron los manifestantes que guardaron un minuto de silencio por las personas muertas. Las ONG participantes en la protesta elevaron el número de los muertos en la tragedia de Melilla a 29.