Argelia niega ahora que haya congelado su relación comercial con España y promete no cortar el gas
Exteriores recibe con satisfacción y cautela la rectificación de la delegación argelina en Bruselas tras el cierre de filas de la UE
Argelia da marcha atrás después de que la UE haya cerrado filas con España. La delegación argelina ante las instituciones europeas ha asegurado la tarde de este viernes que “la supuesta medida del Gobierno de Argel de frenar las transacciones corrientes con un socio europeo [en alusión a España], solo existe en la mente de quienes se han apresurado a estigmatizarla”. El comunicado que rectifica, al menos sobre el papel, el anuncio realizado hace solo 48 ...
Argelia da marcha atrás después de que la UE haya cerrado filas con España. La delegación argelina ante las instituciones europeas ha asegurado la tarde de este viernes que “la supuesta medida del Gobierno de Argel de frenar las transacciones corrientes con un socio europeo [en alusión a España], solo existe en la mente de quienes se han apresurado a estigmatizarla”. El comunicado que rectifica, al menos sobre el papel, el anuncio realizado hace solo 48 horas, añade que, “en lo que se refiere a las entregas de gas a España, Argelia ya ha hecho saber por la voz más autorizada, la del presidente de la República, [Abdelmayid Tebún], que seguirá cumpliendo todos los compromisos asumidos en este contexto [y que] corresponde a las empresas comerciales interesadas asumir todos sus compromisos contractuales”.
El Gobierno recibió el miércoles por la noche con sorpresa la noticia de que la Asociación de Bancos y Entidades Financieras (Abef) de Argelia había enviado una instrucción a los bancos de su país donde comunicaba la congelación de las domiciliaciones bancarias de las operaciones de comercio exterior de bienes o servicios dirigidos a o procedentes de España a partir del jueves, lo que en la práctica bloqueaba el comercio bilateral.
Fuentes diplomáticas españolas consideran que esta declaración es una marcha atrás en toda regla de la anunciada congelación del comercio exterior con España, después de las gestiones realizadas ante las instituciones europeas por el ministro José Manuel Albares, pero se muestran cautas hasta ver cómo se traduce en la práctica. Lo que está claro, subrayan, es que no fue ninguna invención, como sostiene el comunicado de la delegación del país magrebí en Bruselas, pues hay empresas españolas que ya tuvieron problemas el jueves con sus transacciones financieras desde bancos argelinos.
Respecto al suministro de gas a España, aunque no había habido ninguna amenaza directa, sí se habían producido insinuaciones por la parte argelina sobre el riesgo de que peligrase la continuidad del suministro. El comunicado apela al propio presidente del país para reiterar que se cumplirán los compromisos, pero deja en manos de las empresas, la española Naturgy y la argelina Sonatrach, enfrascadas desde hace meses en una negociación para revisar el precio del combustible, la aplicación de los contratos.
El jefe de la diplomacia española se reunió el viernes en Bruselas con el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de política comercial, Valdis Dombrovskis. Tras la reunión, el Ejecutivo comunitario ha expresado su “máxima preocupación” por la decisión de Argelia y ha advertido de que el bloqueo de la relación comercial con España “viola” con toda probabilidad el acuerdo de asociación entre la UE y el país magrebí de 2005, lo que podría llevar a represalias comerciales y económicas por parte de Europa. Albares también ha subrayado que “la medida de Argelia viola el acuerdo con la UE”.
La delegación argelina en Bruselas se ha quejado de “la premura con la que la Comisión Europea reaccionó sin consulta previa ni verificación alguna con el Gobierno argelino ante la suspensión por parte de Argelia de un tratado político bilateral con un socio europeo, en este caso España, sin asegurarse de que esta medida no afecta directa ni indirectamente a sus compromisos contenidos en el Acuerdo de Asociación Argelia-Unión Europea”. El comunicado argelino se refería así a la suspensión del tratado de amistad y buena vecindad con España, de carácter exclusivamente político y bilateral, pero obviaba la suspensión del comercio bilateral, que afecta de lleno al acuerdo con la UE, pues la Comisión tiene competencia exclusiva en política comercial.