Primer choque de Sánchez y Feijóo en el Senado: cambio de tono, pero el mismo bloqueo del Poder Judicial
El líder de la oposición se centra en la inflación y en las bajadas de impuestos y el presidente le exige que cumpla la Constitución y renueve los órganos caducados.
Cambio radical de tono en el primer choque entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en el Senado. El nuevo líder del PP dejó claro desde el primer minuto que piensa usar un estilo muy diferente al de Pablo Casado, a quien contribuyó a destituir. Incluso ha dicho, sin citarlo, que no le gustaban esos debates que él veía por la televisión cuando era presidente de Galicia. Sin embargo, cuando el presidente, Pedro Sánchez, le ha pedido que pase “de las palabras a ...
Cambio radical de tono en el primer choque entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en el Senado. El nuevo líder del PP dejó claro desde el primer minuto que piensa usar un estilo muy diferente al de Pablo Casado, a quien contribuyó a destituir. Incluso ha dicho, sin citarlo, que no le gustaban esos debates que él veía por la televisión cuando era presidente de Galicia. Sin embargo, cuando el presidente, Pedro Sánchez, le ha pedido que pase “de las palabras a los hechos” y demuestre ese giro con un pacto para “cumplir la Constitución” y renovar el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Supremo, Feijóo no ha ofrecido ninguna pista de que esté dispuesto a hacerlo.
“Podríamos empezar esta misma tarde si Feijóo quiere”, había dicho poco antes la ministra portavoz, Isabel Rodríguez. Pero el líder del PP no recogió el guante de Sánchez y el primer choque dejó muchas novedades interesantes en el estilo y el tono de ambos líderes —los dos se esforzaron por ofrecerse como personas moderadas que han ofrecido muchos pactos— pero ninguna concreción de posibles acuerdos. “No vengo a insultarle, vengo a sumar, a hacer una España mejor”, clamaba Feijóo.
“El ánimo del Gobierno de España es trabajar para construir el máximo de los consensos. Lo hemos hecho en las 20 conferencias de presidentes, en 14 acuerdos con agentes sociales. Hemos llegado a acuerdos con todas las fuerzas políticas, salvo la ultraderecha y ustedes. Por eso les pido una oposición de Estado y útil”, le contestaba el presidente.
Sánchez le ha recordado a Feijóo que en su reunión en La Moncloa le ofreció 11 acuerdos y no hay avances en ninguno de ellos. Y Feijóo le ha contestado que el presidente no ha escuchado ninguna de las propuestas económicas que le ha planteado el PP, especialmente la bajada de impuestos.
Feijóo confunde prima de riesgo y tipos de interés de la deuda
En su afán por criticar al Gobierno y enumerar malos números económicos, Feijóo ha metido la pata en un dato muy relevante. “Esta mañana se ha intentado colocar 8.000 millones de euros en el tesoro. Ya estamos pagando la prima de riesgo a 250 puntos, la más alta desde verano de 2014″. En realidad, como le ha corregido después en los pasillos la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, la prima de riesgo española (la diferencia entre el bono español y el alemán, el más fuerte) es hoy de 113. Feijóo ha confundido prima de riesgo con tipos de interés, porque la deuda que se ha colocado esta mañana, con cuatro veces más demanda que oferta —un dato muy positivo, según Economía—, lo ha hecho a un tipo del 2,5%, esto es 250 puntos básicos, de ahí el error del líder del PP, que tenía memorizados los datos y no los leyó. Fuentes del entorno del líder del PP han reconocido después el error y la confusión de la prima de riesgo con los tipos de interés, pero le han restado importancia. Calviño le ha recomendado que se rodee de un equipo económico más potente para no cometer este tipo de errores.
La prima de riesgo no está a niveles de 2014, sino de 2019, según Economía, y no es ni de lejos un problema como lo fue en la anterior crisis. La prima empezó a subir en el final del mandato de José Luis Rodríguez Zapatero y siguió subiendo con Mariano Rajoy en 2012 hasta llegar a su récord por encima de los 600 puntos. El Gobierno cree que lo de Feijóo es algo más que un error, y ve una intencionalidad de meter miedo con un problema en la deuda que los datos, según Economía, no avalan de ninguna manera.
Sánchez no ha querido entrar al debate de fondo de las bajadas de impuestos del PP, pero sí ha querido al final plantear un escenario con dos modelos alternativos, el del Gobierno progresista, con la reforma laboral, la ley para la actualización de las pensiones, la subida del salario mínimo a 1.000 euros y otras medidas estrella, y otro el del bloque de la derecha, que vota en contra de todas esas iniciativas o las critica.
Pese al tono diferente, el fondo de Feijóo también era duro. “Una cosa es gobernar y otra resistir. ¿Puede dejar estar a la altura de las minorías independentistas y ponerse a la altura de la mayoría de los españoles? ¿Se ve capaz?”, le dijo nada más arrancar, con un ataque muy duro por la inflación, el punto débil del Gobierno que el PP tiene claramente detectado, porque la subida de precios devora sobre todo los sueldos más bajos, un sector clave para el Ejecutivo progresista. “Olvídese del efecto Feijóo y céntrese en el efecto de la inflación”, le llegó a decir.
“Ustedes no han hecho más que estorbar, estorbar y estorbar en estos años. Dejen de dar lecciones de constitucionalismo y cumplan la Constitución renovando los órganos que llevan tres años bloqueados”, le espetó Sánchez. “Las familias están bastante molestas con su triunfalismo. Es usted como el conductor que va en dirección contraria y cree que son todos los demás los que están equivocados. Usted va en la dirección opuesta a España y tiene dos copilotos que no creen en España. ¿Y me dice que estoy estorbando? A insultos gana usted siempre”, contestaba Feijóo.
El líder del PP, acostumbrado durante años a cerrar los debates como presidente de la Xunta, no tuvo esta vez ese privilegio. Y Sánchez aprovechó su cierre para plantear esa diferencia de los dos modelos y sacarle a Vox, el gran elefante en la habitación. “Ustedes no cumplen la Constitución. Llevamos tres años de bloqueo. Le ofrecí cambiar el artículo 49 para eliminar la palabra disminuidos. Lo que dijo el vicepresidente de Castilla y León, de Vox, que gobierna con ustedes, no es sorprendente, como dijo usted, es aberrante. Además, usted sigue con la línea de Casado de hablar mal de España fuera. Al final la política son preguntas sencillas: o precarizamos el trabajo, como hizo el PP, o lo mejoramos con la reforma laboral del Gobierno progresista. O subimos las pensiones al IPC o al 0,25% como planteaba la norma del PP. Esto va de derechos sociales o retrocesos sociales. Y ustedes apuestan por los retrocesos sociales, señor Feijóo”.
En el equipo del líder de la oposición habían dado la máxima trascendencia a este primer duelo parlamentario, que Feijóo había preparado a conciencia, y quedaron satisfechos. Feijóo fue “de menos a más”, creen en su entorno, aunque reconocen que empezó nervioso. Feijóo, un político experimentado en debates parlamentarios en el Parlamento de Galicia, se la jugaba en una arena diferente y en su primer cara a cara con el presidente, y sintió la presión. Él y su equipo de asesores más próximo, todos llegados a Madrid desde Galicia. En la tribuna del hemiciclo del Senado se pudo ver durante el debate a sus asesores de pie, mirando los papeles para comprobar que el líder no se salía del guion. En el núcleo duro de Feijóo no sorprendieron los ataques de Sánchez, “los esperados: machismo, jueces y relación con Vox”, apuntan fuentes de su entorno; pero sí el tono del presidente y que calificara al PP como un “estorbo”. “Nos ha chocado. Buscamos un tono institucional y nos sorprende que un presidente diga que la oposición estorba”, subrayaron en el círculo del presidente popular. En las filas del PP en el Senado vieron sobre todo “un nuevo tono y estilo” de Feijóo, pero nadie creía que este primer debate fuera a influir decisivamente en las elecciones andaluzas de dentro de 12 días.
No hubo más, pero en el Senado quedó la sensación de que este primer choque marca un cambio de cartas importante en la política española, porque Feijóo, que no es diputado, convertirá estos debates en la Cámara alta en el gran expositor de su figura como líder de la oposición. Sánchez también es consciente. Los dos tenían claramente preparado el debate para tratar de diferenciar sus modelos gestión, y ahí, en la economía, quieren ambos centrar un largo cruce que se repetirá una y otra vez hasta las elecciones generales que, si nada cambia, se celebrarán a finales de 2023.