El responsable de Aduanas de Marruecos recula y considera posibles las infraestructuras de Ceuta y Melilla

Nabil Lakhdar había asegurado en una entrevista que las “condiciones geográficas” no permiten construir instalaciones y que el tema “no está de actualidad”

Un coche en la frontera ceutí del Tarajal, el 21 de mayo.Antonio Sempere (Europa Press)

El director general de Aduanas de Marruecos ha reculado la tarde este viernes tras afirmar que no era posible reabrir la aduana de Mercancías de Melilla y abrir una nueva en Ceuta. Nabil Lakhdar ha apuntado que sería posible establecer estas infraestructuras aduaneras con las dos ciudades autónomas españolas. El alto cargo marroquí ha declarado a Efe que la cuestión de las aduanas “es un tema político dirigido por los ministerios de Interior de Marruecos y de España” siguiendo la hoja de ruta establecida recientemente entre ambos países.

“La Administración de Aduanas ejecutará todas las...

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El director general de Aduanas de Marruecos ha reculado la tarde este viernes tras afirmar que no era posible reabrir la aduana de Mercancías de Melilla y abrir una nueva en Ceuta. Nabil Lakhdar ha apuntado que sería posible establecer estas infraestructuras aduaneras con las dos ciudades autónomas españolas. El alto cargo marroquí ha declarado a Efe que la cuestión de las aduanas “es un tema político dirigido por los ministerios de Interior de Marruecos y de España” siguiendo la hoja de ruta establecida recientemente entre ambos países.

“La Administración de Aduanas ejecutará todas las decisiones que tomen las autoridades políticas”, subrayó Lakhdar. “Cuando los dos ministerios se pongan de acuerdo sobre los aspectos relacionados con Ceuta y Melilla, nosotros los aplicamos”, precisó el máximo responsable de Aduanas, quien reiteró que su administración “no toma la decisión política”.

Tras la reunión que el presidente español, Pedro Sánchez, mantuvo con el rey de Marruecos en Rabat el 7 de abril, fuentes del Gobierno indicaron que se iba a reabrir la aduana de mercancías de Melilla, cerrada unilateralmente por Marruecos en el verano de 2018, y que Ceuta iba a contar por vez primera con una aduana comercial. Sin embargo, Lakhdar rechazó esa intención del Ejecutivo español, según se desprende de unas declaraciones efectuadas al semanario marroquí Tel Quel. Ahora, Lakhdar ha considerado que sus palabras fueron “mal interpretadas” y fueron sacadas de contexto.

El responsable de Aduanas marroquí había indicado en la entrevista que para abordar operaciones comerciales es preciso construir infraestructuras. Y objetó: “Actualmente, las propias condiciones geográficas no lo permiten. Además, no es un asunto de actualidad. Los pasajes de Ceuta y Melilla no son más que pequeños pasillos. El control aduanero necesita mucho más que eso”.

Fuentes del Gobierno han señalado a primera tarde de este viernes, antes de conocerse las nuevas declaraciones de Lakhdar, que las aduanas son un “compromiso conjunto acordado tras el encuentro entre el presidente del Gobierno y Mohamed VI” y que forman parte de una hoja de ruta que “se está de manera progresiva y ordenada, para la plena normalidad en la circulación de personas y mercancías, en un espíritu de normalidad dentro de la buena vecindad”. Las mismas fuentes señalan que en la cumbre hispano-marroquí no se fijaron fechas para la libre circulación de personas y mercancías, pero que “el grupo de trabajo previsto para ello ya se ha reunido varias veces”. Además, señalan que el objetivo es que desaparezca el “comercio atípico”.

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El objetivo de implantar aduanas junto a Ceuta y Melilla no obedece tanto a un interés económico para España, sino político. El Gobierno español buscaba así un reconocimiento implícito de la soberanía española sobre esos dos territorios, a los que la mayor parte de la prensa marroquí, que sigue de buen grado las directrices del Palacio Real, suele denominar “presidios ocupados”. Sin embargo, Marruecos no ha dado un solo paso hacia ese reconocimiento.

En su entrevista en Tel Quel, el director del servicio aduanero ha añadido sobre la dificultad de instalar aduanas: “Son necesarias varias decenas de hectáreas para construir áreas de visitas, de control, etcétera… La configuración actual de Bab Sebta [”Puerta de Ceuta”, en árabe], no lo permite. No tenemos la superficie necesaria para afrontar un proyecto semejante”.

El 18 de marzo, día en que el Palacio Real de Marruecos decidió publicar la carta que Sánchez envió a Mohamed VI ―en la que el presidente español afirmó que la propuesta de autonomía marroquí era la “más seria, realista y creíble” para resolver el conflicto del Sáhara Occidental―, la relación entre España y Argelia cambió. Quedaba por ver qué beneficio podía sacar España de una operación que Sánchez efectuó sin consultar ni a sus socios de Gobierno ni a ningún partido del arco parlamentario.

Por el momento, lo único que ha cambiado sobre España respecto a la época previa a la pandemia es que el Estado marroquí está poniendo más celo en impedir las entradas de emigrantes irregulares. Pero Rabat no ha dado ni una sola concesión respecto a Ceuta y Melilla, salvo el hecho de que la prensa oficialista ya no se refiere a ella como los “presidios ocupados”, una expresión que suscitó las quejas de la diplomacia española.

Marruecos consiguió también otra victoria con la hoja de ruta suscrita por Pedro Sánchez y Mohamed VI. Logró que España aceptase de buen grado y colaborase en la erradicación del contrabando fronterizo, conocido en Ceuta como “comercio atípico”. Cuando Rabat comenzó a tomar medidas unilaterales para acabar con esta actividad en la ciudad autónoma, en octubre de 2019, las autoridades ceutíes se quejaron de que Marruecos pretendía asfixiarles económicamente. Ahora, no hay protestas en Ceuta.

El director marroquí del servicio aduanero señala en la citada entrevista: “El contrabando, tal como se vivía hace unos años, ya forma parte del pasado”. Lakhdar aclara que los “puestos” de Ceuta y Melilla solo se han abierto a los viajeros, y “no a las operaciones comerciales, incluso lícitas”.

Un año después de que Marruecos permitiera la entrada de 10.000 emigrantes irregulares en Ceuta el 17 de mayo de 2021, en plena pandemia, Rabat consiguió lo que se proponía, con el giro sin precedentes que imprimió el Gobierno español en su posición sobre el Sáhara Occidental. Ahora, un funcionario del Estado marroquí que goza de la plena confianza del Palacio Real acaba de echar por tierra las pretensiones de Pedro Sánchez y su ministro de Exteriores, José Manuel Albares.

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