“Nos han estafado seguro”: el mensaje de una alto cargo de Madrid a uno de los comisionistas días después de cerrar el contrato de las mascarillas

El sumario que acorrala a Medina y Luceño desvela cómo mencionaban el apellido del alcalde en sus conversaciones por WhatsApp con la encargada de compras en el Ayuntamiento de Madrid

Madrid -
El comisionista Luis Medina, investigado por un juzgado de Madrid, en Madrid, el 21 de abril de 2021.OSCAR ORTIZ DIAZ (Europa Press)

“Por favor, llámame. Esto es lo peor que me ha pasado en la vida [...] Por Dios, dime algo. Nos han estafado seguro”. Elena Collado, alto cargo del área de Hacienda y Personal del Ayuntamiento de Madrid, envió este mensaje el 8 de abril de 2020 a Alberto Luceño, uno de los dos comisionistas investigados por cobrar comisiones millonarias e inflar los precios “artificialmente” del material sani...

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“Por favor, llámame. Esto es lo peor que me ha pasado en la vida [...] Por Dios, dime algo. Nos han estafado seguro”. Elena Collado, alto cargo del área de Hacienda y Personal del Ayuntamiento de Madrid, envió este mensaje el 8 de abril de 2020 a Alberto Luceño, uno de los dos comisionistas investigados por cobrar comisiones millonarias e inflar los precios “artificialmente” del material sanitario que, junto a su socio Luis Medina, vendieron al Consistorio en lo peor de la pandemia. Collado, responsable de Compras, había observado irregularidades ese día, según apuntó la Fiscalía Anticorrupción en su querella, donde atribuye a los dos empresarios delitos de estafa agravada, blanqueo y falsedad.

Los mensajes cruzados de WhatsApp entre Luceño y Collado, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, se encuentran incorporados al sumario de la causa que ha abierto el Juzgado de Instrucción Número 47 de Madrid, encabezado por el magistrado Adolfo Carretero.

El ministerio público relataba en su escrito que Collado, tras constatar que le habían enviado “guantes de ínfima calidad”, contactó con Luceño el 8 de abril de 2020. Le envió una fotografía tomada en un supermercado de Madrid ese mismo día, en la que “se podía comprobar que un par de guantes” idénticos a los recibidos, “por los que el Ayuntamiento de Madrid había pagado dos dólares, se ofrecían al público por poco más de ocho céntimos de euro”. El comisionista intentó entonces calmarla y le indicó que había hablado con los suministradores para que rebajaran el precio inicial, por lo que devolverían al Consistorio 4,025 millones de dólares [3,605 millones de euros al cambio actual] —lo que efectivamente se produjo—. Pero, según el ministerio público, al haberlos descubierto, Luceño realmente lo que hizo fue quitar las respectivas comisiones que iban a obtener en esta operación concreta y con las que habían inflado el precio.

—Por favor, llámame. Esto es lo peor que me ha pasado en la vida —escribe Collado a Luceño a las 12.58 del 8 de abril, según consta en las conversaciones de WhatsApp incorporadas al sumario.

—Elena, estoy con China. Ahora te llamo —responde él.

—Por Dios, dime algo. Nos han estafado seguro.

—No. Tranquila, cuelgo y te llamo.

[...]

—Alberto, méteme en la conversación, por favor. 3,5 euros cajas de 15 guantes.

—Elena, me confirman que van a hacer transferencia de 4.025.000 dólares. Precio par de coste 0,49 dólares, menos los dos dólares. Igual 1,61 dólares. Eso multiplicado por 2,5 M = 4.025.000 dólares [sic]. Eso es lo que quieren transferir de inmediato.

—0,034 por guante. 0,068 el par. Ese es el precio. Estamos mirando este tipo de guantes. También de Malasia.

La Fiscalía detalla que, solo por esta operación de venta al Ayuntamiento, Medina y Luceño habían pactado una comisión de 0,45 dólares por cada par de guantes, además de otra comisión adicional para el segundo (”solo conocida por él”, dice el ministerio público) de 0,72 dólares. En total, más de cuatro millones de euros en comisiones (”el 426% del precio real del producto”), a las que los querellados “renunciaron para intentar contentar al [Consistorio], visto el fracaso de la operación”.

El apellido del alcalde

La palabra “Almeida” también sale a relucir en las conversaciones que mantuvo Luceño con su contacto en la Administración. El empresario mencionó el apellido del actual alcalde de la capital (José Luis Martínez-Almeida), y del primo de este, que ejerció de mediador en la operación, cuando conversaba con Elena Collado.

—Buenas Elena. Confirma cuándo enviáis contratos firmados, please [”por favor”, en inglés] —escribió Luceño por WhatsApp a Collado el 26 de marzo de 2020.

—Mira a ver si está todo correcto en los contratos —respondió ella.

—Perfecto. Gracias. Ya me ha dicho Luis [Medina, su socio y hermano del actual duque de Feria] que le llamó Almeida.

—Pues he estado cinco horas con un material requisado y no me he enterado.

Fuentes del Ayuntamiento reconocen que el Almeida de esta conversación es el alcalde, y no su primo. Según la versión del Gobierno local, el regidor llamó a Medina para agradecerle la donación de 183.000 mascarillas, informa Manuel Viejo. El Consistorio insiste en que la Administración es la principal perjudicada.

El juez Adolfo Carretero ha asumido esta investigación tras la querella de la Fiscalía Anticorrupción, que atribuye a Medina y Luceño delitos de estafa agravada, blanqueo y falsificación. Según el relato de la acusación, ambos se conchabaron para perpetrar una operación irregular para “obtener un exagerado e injustificado beneficio económico”, esquilmando las arcas públicas mediante la venta de material sanitario al Ayuntamiento de Madrid, parte del cual era defectuoso.

Alberto Luceño, en una captura de vídeo de una conferencia en la Escuela Europea de Dirección y Empresa.

El ministerio público subraya que, en marzo de 2020, cuando cientos de personas morían a diario y los ciudadanos se encontraban confinados en casa, los dos empresarios recurrieron supuestamente a Carlos Martínez-Almeida, primo del alcalde de la capital, para entrar en contacto con el Ayuntamiento, al que ofrecieron “la posibilidad de adquirir grandes remesas de material sanitario fabricado en China”. A cambio, se embolsaron seis millones de euros, gracias a que “inflaron artificialmente” los precios de los productos con comisiones disparadas: del 60% para las mascarillas; del 71% para las pruebas, y del 81% para los guantes, según las pesquisas.

Según consta en el sumario, el cruce de mensajes entre Luceño y Collado comienza a las 19.47 del 23 de marzo de 2020, en lo peor de la pandemia:

—Elena. Soy Alberto Luceño. Te ha llegado el correo con el SPA y factura, ¿verdad?. Mandar justificante de la TT, por favor [sic]. Mi gente en China, esperando para empezar producción para acortar plazos. Thanks [”gracias”, en inglés].

—Vamos a tardar un poquito porque son cuantías gordas y no hay nadie en los bancos. Espero que cuando se levanten los chinos ya estará.

A partir de entonces, los mensajes de WhatsApp entre ambos se suceden a lo largo de semanas. La documentación incorporada a la causa recoge ocho meses de conversaciones y revela que la responsable del Ayuntamiento tenía contacto con ambos comisionistas. Se cambian datos e indicaciones para tratar de llevar a buen puerto la operación. “‘Hola Luis. Tenemos dos B747-200 (capacidad 39 pallets) y un B747-400 (capacidad 38 pallets) para entregar las mascarillas. Estamos mirando el planning de las rutas para entregas. Si tus compradores quieren hacer pedidos, podemos incluir el destino en nuestras rutas. Gracias’. Me manda esto Luis”, le indica Collado a Luceño el 24 de marzo de 2020. “No sé. Se habrá equivocado”, le responde entonces Luceño.

“Ahora, la pelota en mi tejado. Haré lo que pueda para acortar tiempos”, le indica Luceño a su contacto tras el avance del papeleo ese mismo 24 de marzo. Collado le dice entonces: “En tus sabias manos estamos”. “Gracias por tu esfuerzo y compromiso”, responde el comisionista de seguido: “Solo te quedan guantes y test. Un esfuerzo pequeño más. Gracias, seguimos”. El 25 de marzo, el empresario le insiste con los abonos: “¿Cómo vais con el pago?”. “Ya en el Consejo. Bancos avisados. Todo preparado”, responde ella: “Tienes la transferencia en el correo”.

La insistencia de Luceño era alta. El 26 de marzo vuelve a la carga. “Buenas Elena. Mira a ver cómo va el tema de los contratos firmados y el justificante de la transferencia de los bancos. No comentes, por principio de prudencia, pero si vamos al ritmo de producción de hoy, a principios de la semana creo que podemos tener listas las NK95 [un tipo de mascarillas]. No te preocupes de los datos de la fábrica, que lo mandaré con suficiente antelación como para tener espacio de sobra. Generalmente se empieza a preparar cuando se solicita el certificado de auditoría del producto, que os mandaré para hacer el 50% restante. De ahí tendremos dos días aproximadamente. Sigo trabajando con todos los recursos que puedo, que no son pocos, para servir cuanto antes, siendo muy consciente de la responsabilidad”.

El cruce de mensajes evidencia los días caóticos que se vivieron en aquella época y cómo se vendía la mercancía al mejor postor, además de los problemas logísticos que acarreaba traer el mayor número de productos lo antes posible. Luceño le escribía lo siguiente a Collado el 2 de abril: “Elenaaaa [sic], SPA firmado y pago. Ya tenemos la mercancía terminada y en camiones, para enviar a HK. Te hablo de los test rápidos”. Ella le respondía de seguido: “Buffff. Con el lío de hoy falta una firma. Es que no hemos hecho otra cosa”. “Ya, es que tenemos problemas de espacio si no sale la mercancía”, contestaba el comisionista.

—Buenos días. Espero que hayas descansado algo. Ya me ha dicho Luis vuestra charla y que le has solicitado que te paso sus contactos de custom [sic] —le escribe también Luceño a Collado el 3 de abril de 2020.

“No tienen la misma calidad”

Según se desprende de las conversaciones, la Administración también comienza a apreciar defectos. “Hay una parte de los test que no tienen la misma calidad que las otras tres. Solo un 60%, lo que desaconseja que sigamos haciéndolos a nuestros empleados públicos. Si podemos cambiarlos por otra partida, fenomenal. Si no puede ser, tenemos que devolverlos. Te mando un correo con las validaciones del laboratorio independiente”, escribe Collado a Luceño el 31 de mayo de 2020.

Luis Medina, un habitual de la prensa rosa, es el hijo menor de la modelo Naty Abascal y el anterior duque de Feria, Rafael Medina. Alberto Luceño es su socio. El juez los ha llamado a declarar el 25 de abril, y prevé también interrogar “a los testigos necesarios para esclarecer los hechos” —entre ellos, a Elena Collado, a quien ha citado para el 9 de mayo—. También ha ordenado el embargo de los bienes de los comisionistas, aunque en las cuentas bancarias de Medina solo ha encontrado 247 euros.

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