Feijóo y Sánchez inician un tibio deshielo entre el PP y el PSOE

El líder popular se abre a renovar el Poder Judicial, pero exige bajar el IRPF. El presidente replica que nadie en la UE apuesta por rebajas generalizadas de impuestos y le reclama que se aleje de Vox

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, durante su reunión el jueves en La Moncloa. Foto: ANDREA COMAS | Vídeo: EPV

Como es habitual con Alberto Núñez Feijóo, la reunión política más relevante tras ser elegido presidente del PP, la que mantuvo este jueves con Pedro Sánchez en La Moncloa, se puede interpretar de varias maneras. Se puede ver el vaso medio lleno, porque se abre la puerta a desbloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial después de tres años y medio; o se puede ver medio vacío, porque el choque en política económica fue rotundo. Se puede poner el foco en que Feijóo no dijo “no” a los ...

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Como es habitual con Alberto Núñez Feijóo, la reunión política más relevante tras ser elegido presidente del PP, la que mantuvo este jueves con Pedro Sánchez en La Moncloa, se puede interpretar de varias maneras. Se puede ver el vaso medio lleno, porque se abre la puerta a desbloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial después de tres años y medio; o se puede ver medio vacío, porque el choque en política económica fue rotundo. Se puede poner el foco en que Feijóo no dijo “no” a los 11 acuerdos que le planteó Sánchez con un documento detallado, sino “necesito más tiempo, déjame mirarlo”. O se puede destacar que en este momento La Moncloa carece de garantía alguna para la renovación del Poder Judicial, y que en el asunto más inminente, la convalidación del decreto del plan de choque frente a las consecuencias económicas de la guerra, Feijóo dijo que no lo apoyará si no hay más bajadas de impuestos. En definitiva, hubo un inicio de deshielo, pero tibio y sin cerrar ni un solo acuerdo.

Al terminar, el líder del PP fue claro: “[Fue] una reunión cordial, pero mucho menos fructífera de lo que me hubiese gustado”. El Gobierno buscó transmitir optimismo: “Ha sido una reunión fructífera”, dijo la portavoz, Isabel Rodríguez. Y en el avión que lo llevaba a Marruecos, en conversación informal con los periodistas, Sánchez también puso el foco en lo positivo, que es el tono, aunque reprochó a Feijóo que en la cita había “concretado poco” porque “le falta aterrizar en los temas”.

Pedro Sánchez recibía al nuevo líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, el jueves en La Moncloa.Andrea Comas

En el PP se quejaban de que el presidente solo les dio el documento de trabajo con los 11 puntos durante la reunión, pero en La Moncloa contestaban que el jefe de la oposición no llevó ningún papel, ni siquiera el de la propuesta de bajada del IRPF. En el avión, Sánchez admitió que él había rechazado esta idea, y recordó que ningún país europeo ha apostado por rebajas generalizadas de impuestos, sino por medidas como las que el Ejecutivo está promoviendo: bajadas selectivas de tributos, sobre todo de los relacionados con la energía, y ayudas como los 20 céntimos por litro de descuento para las gasolinas.

En la cita sobrevoló, según Sánchez, un asunto que Feijóo obvió en la rueda de prensa: la sombra de Vox, que el lunes llegará por primera vez a un Gobierno autonómico, el de Castilla y León, de la mano del PP. El presidente le explicó a Feijóo que en Europa hay mucha preocupación por que la guerra pueda alentar a la extrema derecha, y le pidió una estrategia clara frente a Vox, según contó a los periodistas.

Sánchez reclamó al líder del PP que elija entre defender el pacto de Estado contra la violencia machista, en el que están los populares pero no Vox, o apoyar la ley de violencia intrafamiliar que quiere promover el partido de Santiago Abascal en Castilla y León y que está en sus acuerdos de gobierno con el PP. El presidente le solicitó que no apoyaran esa ley, porque va contra el pacto de Estado y los consensos ya asentados sobre la violencia machista. Feijóo, según Sánchez, explicó que ambas son compatibles, algo que el Gobierno no comparte. Esta relación con Vox será el asunto más delicado en los próximos meses.

Así, la primera reunión entre el presidente del Gobierno y el nuevo líder del PP ha dejado como resultado un tímido avance, según las expectativas con las que el Ejecutivo y el principal partido de la oposición llegaban a la cita. Tras tres horas de encuentro en La Moncloa, lo más parecido a un acuerdo fue el pacto para “retomar las conversaciones” paradas sobre la renovación del Consejo General del Poder Judicial, que lleva con el mandato caducado desde diciembre de 2018.

Feijóo y Sánchez, durante su reunión en La Moncloa. Andrea Comas

El presidente del PP confirmó que los contactos se retoman de forma inmediata y que la renovación se va a hacer “rápido”, pero no aclaró si antes del 12 de junio, como le propuso el Gobierno. En esa fecha se tiene que renovar el Tribunal Constitucional, y el Ejecutivo quiere aprovechar para hacer un paquete con ambos.

Feijóo mantiene la apuesta de la dirección anterior del PP para cambiar el método de elección de los vocales, pero no aclaró si eso incluye la exigencia del expresidente popular Pablo Casado de que se modifique la ley para que 12 de los 20 vocales sean elegidos exclusivamente por los jueces. En La Moncloa han visto a Feijóo mucho más dispuesto a la renovación, pero de nuevo el líder del PP ha pedido tiempo para poder hablarlo en su partido. De hecho, ni siquiera se nombraron los interlocutores para esta negociación.

La prioridad de Feijóo era centrar el debate en la economía, según Sánchez porque quiere confrontar con él en este asunto. El líder del PP llevó como gran propuesta una bajada contundente de impuestos. Ante la negativa del Gobierno, deslizó que no ve posible apoyar el real decreto de medidas para paliar las consecuencias de la guerra, aunque no aclaró si votará en contra o se abstendrá.

Feijóo tiene el inconveniente de que ejerce de líder de la oposición desde fuera del Congreso, y va a aprovechar todas las ventanas públicas para presentar su alternativa. Ayer lo hizo en La Moncloa. En su larga intervención tras la reunión con Sánchez, dedicó más de media hora a explicar la propuesta económica del PP.

Básicamente, esta consiste en una rebaja generalizada de impuestos, entre ellos el IRPF, así como un “ajuste importante de conductas económicas”, que incluye un plan de racionalización del gasto burocrático del Gobierno, aunque no detalló qué partidas concretas recortaría. La palabra “ajuste”, siempre delicada en un país que sufrió uno durísimo entre 2010 y 2014 —incluido el que hizo Mariano Rajoy, con una fuerte subida de impuestos y recorte del gasto en sanidad y educación— la asoció esta vez Feijóo a reducir “el gasto superfluo”, sin concretar qué bajaría para compensar la caída de recaudación por la bajada de impuestos.

El dirigente popular propuso además utilizar el 7% de los fondos europeos a sufragar deducciones fiscales para los ciudadanos, una idea que, según Feijóo, Sánchez sí se ha mostrado dispuesto a estudiar, aunque el presidente le dijo que no tiene nada claro que Europa pueda autorizar una iniciativa así.

El barón gallego quería poner el foco en la economía, donde va a centrar su estrategia de oposición al Gobierno, y soslayó el resto de los 11 puntos de posibles pactos que le había presentado el presidente. Sin embargo, en La Moncloa insisten en que toda la reunión giró sobre ese documento, entre otras cosas porque Feijóo no aportó ningún otro.

El líder del PP se mostró abierto a cerrar la negociación para el cambio del voto rogado y para modificar el artículo 49 de la Constitución para sustituir el término “disminuidos” por “discapacitados”. En definitiva, la reunión fue mucho mejor que la propia comunicación pública que hizo Feijóo, que centró el foco en las diferencias. Lo más sólido de momento es pues el cambio de tono, y varias puertas abiertas. La Moncloa se da por satisfecha, y el PP tampoco traslada malestar. Un nuevo tiempo parece comenzar, pero queda mucho por andar.

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