Uno de cada cinco migrantes que murieron en ruta en el mundo en 2021 se dejó la vida en una patera a Canarias
La Organización Internacional para las Migraciones acredita que 5.795 personas fallecieron el año pasado buscando un futuro fuera de su país, aunque asume que la cifra real es mucho mayor
El mundo mira hacia los más de cuatro millones de personas que se han visto obligadas a huir de Ucrania. Mientras tanto, la ruta migratoria entre África y las islas Canarias sigue cobrándose casi a diario y de forma silenciosa la vida de personas que suelen quedar en el anonimato. El año pasado, uno de cada cinco migrantes muertos o desaparecidos contabilizados por la Organización Internacional para las Migraciones ...
El mundo mira hacia los más de cuatro millones de personas que se han visto obligadas a huir de Ucrania. Mientras tanto, la ruta migratoria entre África y las islas Canarias sigue cobrándose casi a diario y de forma silenciosa la vida de personas que suelen quedar en el anonimato. El año pasado, uno de cada cinco migrantes muertos o desaparecidos contabilizados por la Organización Internacional para las Migraciones pereció en el Atlántico rumbo a las islas. Se trata de la ruta más letal en proporción al número de llegadas, y la segunda en números absolutos, sólo por detrás de la que parte de países como Libia o Túnez y tiene como destino Italia o Malta.
En total, en el año 2021 se dejaron la vida 5.795 personas en su camino a otro lugar donde vivir. De esta cifra, 1.109 correspondieron a la llamada ruta canaria, según los datos que recopila Missing Migrants (migrantes desaparecidos), la agencia de Naciones Unidas dedicada a documentar las muertes y desapariciones de personas migrantes a destinos internacionales. Las cifras de la OIM incluyen al menos a 93 niños y adolescentes que murieron tratando de llegar a Canarias el año pasado, y a ocho en el primer trimestre de 2022. Estos datos son consecuentes con el hecho de que uno de cada siete inmigrantes que arriban al archipiélago en patera no ha cumplido los 18 años (el 14%), según datos proporcionados a la Agencia Efe por Cruz Roja.
Missing Migrants divide el mundo en seis zonas: Mediterráneo (2.048 fallecidos en 2021), África (1.488; de ellos, 1.109 en la ruta canaria), América (1.248), Asia Oriental (779), Europa (133) y Asia Occidental (99). Los datos de la agencia incluyen a quienes mueren en accidentes, naufragios, ataques violentos o debido a complicaciones médicas durante sus viajes. También se contabilizan los cadáveres encontrados en los pasos fronterizos que pueden ser considerados de migrantes según sus pertenencias o las características de la muerte. Para su documentación, la organización tiene en cuenta las noticias aparecidas en prensa, los datos de ONG como Caminando Fronteras, llamadas de emergencia o fuentes gubernamentales. La agencia de la ONU, con todo, admite que las cifras que maneja apenas suponen una parte del número real.
Dentro de las seis zonas principales de flujos migratorios en todo el mundo, las dos rutas más peligrosas con bastante distancia son la del Mediterráneo central y la que parte del oeste de África (Marruecos, Sáhara Occidental y Mauritania, principalmente) a Canarias. La primera, según los datos, se llevó la vida de 1.553 personas en 2021 y de 417 en lo que llevamos de 2022. La ruta canaria, sin embargo, resulta mucho más letal proporcionalmente, dado que constituye una ruta mucho menos transitada que la mediterránea.
Desde 2014 han muerto cubriendo la ruta canaria 2.686 personas. La mayor parte de ellas (2.100) fallecieron por ahogamiento. En lo que va de año, la travesía a las islas se ha cobrado las vidas de 174 personas, según Missing Migrants, y otras 1.109 perecieron el año pasado, que se convirtió en el más letal desde 2014, el año en que la OIM comenzó a llevar registros. En 2019, año en el que se reactivó la ruta a las islas, fallecieron 202 personas. Este número se multiplicó por cuatro al año siguiente, hasta 877. Los 174 decesos contabilizados en lo que va de año suponen un aumento del 287% con respecto a las muertes y desapariciones registradas durante el mismo período del año anterior (45).
“Los llamados naufragios invisibles, en los que no hay supervivientes, son frecuentes en esta ruta, pero son casi imposibles de verificar”, explican fuentes de Missing Migrants en España. “Incluso cuando se informa de pateras en peligro, es difícil determinar el número de personas desaparecidas. Por eso, el número real de personas muertas o desaparecidas podría ser mucho mayor”.
Días o semanas en el mar
Canarias se convirtió en 2021 en la puerta de entrada a Europa del 11,5% de todos los inmigrantes que accedieron de manera irregular a la UE por las fronteras terrestres o por las costas. Si el foco se restringe a las llegadas por mar, Canarias recibió en su territorio al 17,7% de las 126.493 entradas contabilizadas durante 2021, según los datos recopilados por Efe a partir de los registros de la Agencia Europea de Fronteras y Costas (Frontex).
La organización denunció el pasado lunes que los ocho apartados que recoge el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, que la OIM lanzó en 2018, “apenas se cumple en alguna parte del mundo”. Este pacto reclama que se desarrollen procedimientos y acuerdos sobre la búsqueda y el rescate de migrantes, y que se garantice que la asistencia humanitaria a los migrantes no se considere ilegal; que se revisen las políticas y las leyes migratorias para garantizar que estas no acrecienten o incluso creen el riesgo de que los migrantes desaparezcan o mueran; hacer posible que los inmigrantes se comuniquen con sus familias tanto en ruta como en el destino; facilitar que se establezcan canales de coordinación y que se designen puntos de contacto para las familias que buscan a los migrantes desaparecidos; se recojan centralicen y sistematicen los datos relativos a los cadáveres y se garantice la trazabilidad después del entierro y que, por último, se recuperen, identifiquen y repatríen los restos de los migrantes fallecidos “de forma digna, respetuosa y adecuada”.
La ruta a Canarias, activa desde 1994, es “extremadamente peligrosa debido en gran parte a la longitud del viaje y a la falta de capacidad de búsqueda y rescate”, sostiene la organización. Así, el punto de partida más cercano está en Marruecos, a unos 95 kilómetros de distancia. La gran mayoría de las salidas, sin embargo, se produce desde enclaves mucho más lejanos, como Dajla (Sáhara Occidental, a unos 450 kilómetros) o Nuadibú (Mauritania), que se encuentra a aproximadamente 775 kilómetros. “Estos viajes pueden suponer que los migrantes estén en el mar durante días o semanas, y las embarcaciones suelen estar insuficientemente abastecidas de alimentos y agua para los que están a bordo”.