Juan Marín gana las primarias exprés de Ciudadanos en Andalucía

El vicepresidente de la Junta se ha alzado con la victoria con el 58,3%% de los apoyos

El vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, este martes, en Sevilla.Foto: PACO PUENTES (EL PAIS)
Madrid | Sevilla -

No ha habido sorpresa. El vicepresidente de la Junta, Juan Marín, se ha alzado este martes con la victoria de las primarias andaluzas de Ciudadanos, con el 58,3% de los apoyos, 823 votos. Un polémico proceso en el que han concurrido nueve aspirantes —ha habido dos bajas de última hora— para elegir al candidato del partido a los próximos comicios autonómicos, previstos para 2022. Los 2.264 afiliados andaluces con derecho a sufragio —los que tienen las obligaciones ...

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No ha habido sorpresa. El vicepresidente de la Junta, Juan Marín, se ha alzado este martes con la victoria de las primarias andaluzas de Ciudadanos, con el 58,3% de los apoyos, 823 votos. Un polémico proceso en el que han concurrido nueve aspirantes —ha habido dos bajas de última hora— para elegir al candidato del partido a los próximos comicios autonómicos, previstos para 2022. Los 2.264 afiliados andaluces con derecho a sufragio —los que tienen las obligaciones económicas en regla— han votado 1.412 (un 62,3% de los inscritos), desde las ocho de la mañana de este lunes hasta las ocho de la tarde de este martes, en urna telemática. El escrutinio se ha llevado a cabo en la sede general del partido, en Madrid y los aspirantes más visibles —salvo Carmen Almagro, que ha viajado desde Sevilla a la capital—, han recibido los resultados en Andalucía.

El segundo candidato más votado ha sido Fran Carrillo, que se había revelado como principal rival de Marín, al obtener 454 votos, el 32,2% de los apoyos. A mucha mayor distancia han quedado Elena Bago (74 votos, el 5,2%) y Carmen Almagro (36 votos, 2,5%). El resto de candidatos no ha alcanzado siquiera el 1% de los sufragios. “Los números no cuadran. Estoy esperando a hablar con el apoderado y recontar los justificantes de voto”, ha dicho Carrillo tras conocer los resultados. “No hemos visto el goteo de votos. Proceso opaco y sin garantías. Y un porcentaje récord de participación en el peor momento del partido”. Aunque más tarde ha felicitado al vencedor en Twitter. “Enhorabuena Juan Marín por haber ganado justamente. Y muchas gracias a todos los afiliados que han participado en el proceso, votaran a quien votaran. Ahora toca unidad y defensa sin fisuras de estos principios”. Marín ofrecerá este miércoles una rueda de prensa a primera hora en la sede de Cs en Sevilla. La participación ha sido superior a la de 2018, cuando votó el 55% de los 3.337 afiliados con derecho al sufragio. En esa ocasión, el vicepresidente de la Junta logró el 67% de los apoyos (1.245 votos).

Desde el principio, el proceso ha estado embarrado por las críticas de miembros de la organización por convocarlo de forma exprés y en medio de un puente festivo, el de la Constitución y la Inmaculada, la semana pasada, y porque Carrillo entró en la lista de aspirantes in extremis tras abonar la deuda de algo más de 4.000 euros que tenía con el partido. Para más inri, los candidatos tuvieron solo 48 horas (entre el miércoles y el jueves pasados) para postularse oficialmente. Las dudas llevaron a los tres candidatos que tenían mayores posibilidades frente a Marín, el diputado autonómico Fran Carrillo, la simpatizante de Renovadores Cs Carmen Almagro y la onubense Elena Bago —que ya se enfrentó al vicepresidente en 2018— a enviar apoderados hasta la sede general del partido para fiscalizar en persona el recuento de los votos, a los que se permitió el acceso al edificio a partir de las 19.45 de la tarde de este martes.

Las primarias andaluzas son las primeras que celebra Ciudadanos tras la aprobación del nuevo reglamento electoral el pasado 22 de octubre, en el que se blindó el voto telemático. Facciones críticas como la de Renovadores Cs han reprochado reiteradamente a la organización que no permita también el sufragio presencial. Fuentes del partido explican que a cada afiliado se le ha asignado un número identificativo para votar en su perfil de la intranet, en aras de garantizar “la privacidad y la limpieza del proceso”.

Los estatutos impiden que la dirección nacional aupase a ningún candidato, pero el ensalzamiento reiterado que Arrimadas ha hecho del Gobierno en coalición del que Marín es cabeza visible refleja el apoyo del aparato. “No puedo ponerme de parte de unos ni de otros. Pero el proceso de primarias es un proceso para elegir el candidato a la Junta, el partido tiene que respetar los resultados”, ha afirmado Edmundo Bal, portavoz de Cs, este martes en el Congreso, antes de conocerse los resultados. En privado, miembros de la cúpula mencionaban solo un nombre como vencedor posible: “Juan”.

El vicepresidente de la Junta volvió a incidir este lunes en la posibilidad de concurrir en listas conjuntas con el PP en las elecciones autonómicas —previstas para junio u octubre—, pese a que esta hipótesis ha sido rechazada por Génova. Marín quería unas primarias rápidas, sin ruido y que pasasen desapercibidas, y así se lo había transmitido a su entorno. Varios miembros de la dirección nacional admiten que no entienden por qué se convocaron de una manera tan abrupta y con los tiempos tan ajustados. Al final, rápidas, sí; pero, ruido, mucho.

Seguimiento de los resultados

Los candidatos han seguido el resultado de forma muy distinta, como también han abordado estas primarias. Juan Marín no tiene previsto reunirse con su equipo en ningún sitio ni se plantea comparecer. El vicepresidente ha optado incluso por evitar cualquier exposición mediática y ha rechazado conceder entrevistas. Carrillo ha recibido los resultados en Sevilla, Almagro ha viajado hasta Madrid y a Bago le ha pillado impartiendo clases en la Universidad de Huelva.

Esta no ha sido la campaña de primarias a la Junta de Andalucía con más candidatos —en la de 2018 concurrieron 13 contrincantes y en esta finalmente, nueve—, pero sí de lejos la más crispada. La división interna en la que venía sumida el grupo parlamentario en el último año a cuenta del perfil tan bajo de los miembros de Cs en el Gobierno se ahondó tras la pérdida de la alcaldía en Granada y la crisis en el Ayuntamiento de Jaén. Las filtraciones de las conversaciones de Marín, grabadas por algún miembro de su partido, o la propuesta de concurrir en listas conjuntas a las elecciones andaluzas lanzada por Arrimadas poco antes de la convocatoria de las primarias han enturbiado unas aguas que, junto al rechazo inicial de la candidatura de Carrillo, se han convertido casi en un maremoto.

El chapoteo ha impedido escuchar los principales mensajes lanzados por los candidatos en un proceso en el que, por la escasez de tiempo, tampoco han tenido posibilidad de transmitir. Marín, el favorito, ha celebrado tres actos —uno el sábado por la mañana en Sevilla, otro por la tarde en Jerez (Cádiz) y el último, en Málaga, el domingo—. En todos ha buscado la cercanía con el afiliado y ha puesto en valor su trayectoria al frente del partido desde sus inicios en 2015. El vicepresidente se ha esforzado en atribuir a su partido los cambios de políticas en Andalucía para demostrar que siguen siendo necesarios y ha apelado a la unidad. “Los otros partidos están locos por pegarle un bocado al cervatillo más endeble”, dijo en Sevilla para alertar sobre los peligros de la desunión.

Carrillo celebró un acto de arranque de campaña en Córdoba en la tarde de este jueves, el viernes tuvo otro encuentro con afiliados en Triana (Sevilla), el domingo celebró un encuentro online con simpatizantes y cerró la campaña en Córdoba. El diputado ha sido el más beligerante y ha acusado a la dirección de “extorsión” tras su expulsión provisional. Como Marín, ha tratado de insuflar esperanza a unos votantes sumidos en el derrotismo, apelando al pasado y cuestionando las actuales estrategias.

El resto de los candidatos, menos mediáticos, también han aprovechado las sedes que les brindaba el partido para organizar encuentros con militantes. Almagro, la candidata por Renovadores, estuvo en domingo en Sevilla para lanzar un mensaje en positivo en el que pidió huir de tacticismos y luchar por recuperar una identidad propia. Algo que también ha reclamado Elena Bago, que repite en las primarias. Lo hizo desde Málaga.

Quien salga elegido tiene por delante la ingente tarea no solo de levantar a un partido que ha dilapidado su rédito político en menos de tres años, pese a haber protagonizado el cambio de Gobierno en Andalucía, sino de servir de muro de contención al desmoronamiento progresivo de la formación en el resto de España.

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