La Ertzaintza cree que el cadáver encontrado en el Bidasoa es de un migrante que cruzaba a Francia

De confirmarse, se trataría de la tercera vida que se cobran este año las aguas del río que hace de frontera

Protesta en el río Bidasoa (Gipuzkoa), junto al lugar en el que falleció ahogado un migrante en mayo.JAVIER HERNÁNDEZ

La Ertzaintza trabaja ya con la hipótesis de que otro migrante, el tercero en lo que va de año, ha fallecido en las aguas del río Bidasoa, en Irún. Un cadáver ha sido encontrado a las once de la mañana de este sábado, flotando el el río que separa España y Francia. Un deportista que practicaba paddle surf lo ha comunicado a la policía regional. El Departamento vasco de Seguridad ha constatado que el cadáver no tenía signos de violencia. Aunque su identificación no se ha hecho pública, fuentes policiales confirman que portaba documentación en los bolsillos de su pantalón y que su origen ...

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La Ertzaintza trabaja ya con la hipótesis de que otro migrante, el tercero en lo que va de año, ha fallecido en las aguas del río Bidasoa, en Irún. Un cadáver ha sido encontrado a las once de la mañana de este sábado, flotando el el río que separa España y Francia. Un deportista que practicaba paddle surf lo ha comunicado a la policía regional. El Departamento vasco de Seguridad ha constatado que el cadáver no tenía signos de violencia. Aunque su identificación no se ha hecho pública, fuentes policiales confirman que portaba documentación en los bolsillos de su pantalón y que su origen es africano.

De confirmarse que es un migrante, se trataría del tercero que fallece este año en las aguas del Bidasoa, en diferentes tramos del río, pero todos en la zona de Irun (Gipuzkoa). Las aguas del río, que separan esa localidad y Hondarribia de la francesa de Hendaya, hacen las veces de frontera natural entre España y Francia.

La primera víctima, Yaya Karamoko, de 29 años, y natural de Costa de Marfil, murió en mayo, y la policía consideró la teoría de que se tratase de un suicidio. El 8 de agostó falleció el segundo subsahariano. Ese día, dos migrantes intentaron cruzar cogidos de la mano las aguas, pero uno de ellos, Abdoulaye Koulibaly, un joven guineano de 18 años, se ahogó a pesar de los esfuerzos por rescatarlo de un vecino de la zona, que pasaba por el lugar y se lanzó al agua a ayudarlo. “La fuerza de la corriente en el lugar era tal que tuvo que volver a salir por sus medios para evitar ser también engullido por el río”, citaba entonces la policía vasca en una nota. El otro inmigrante consiguió llegar a Francia, aunque unas horas después fue arrestado y devuelto a España.

Los migrantes intentan evitar el control de la policía francesa sorteando la corrientes del río, que se ha convertido en una valla invisible que les corta el paso hacia el norte de Francia, adonde quieren llegar, en la mayoría de las ocasiones, en busca de sus familiares o conocidos. Las autoridades franceses establecen férreos controles de acceso por carretera y en la estación de Hendaya para impedir el paso de extranjeros sin residencia. Las devoluciones en caliente y sin las debidas comunicaciones entre los cuerpos de policía de un lado y otro de la frontera se producen a diario.

Tras la llamada del deportista que este sábado ha encontrado el cuerpo, se han desplazado al lugar efectivos de los bomberos y de la Ertzaintza y han recuperado el cadáver, que ha sido trasladado al Servicio de Patología Forense de San Sebastián.

El director de Migración y Asilo del Gobierno Vasco, Xabier Legarreta, ha declarado que, desgraciadamente, episodios como estos pueden repetirse hasta que Europa no cree corredores seguros para el tránsito de personas que sólo intentan buscar un futuro mejor”. “Ofrecer una respuesta adecuada a esta realidad es una obligación en el derecho interno y europeo, y en el derecho internacional”, ha subrayado Legarreta, que ha recordado que después del fallecimiento en agosto de Abdoulaye Koulibaly, un joven guineano de 18 años que murió en las mismas circunstancias, se “intensificó” la información sobre la “peligrosidad del Bidasoa” en el centro de atención a personas migrantes de Irun. El director de Migración y Asilo ha afirmado que “siempre queda el desasosiego cuando una persona pierde la vida por intentar alcanzar su sueño europeo” y que ante este drama de los que acaban muriendo “en el último escalón” de su difícil travesía, las instituciones vascas y las entidades sociales han creado en Euskadi “un sistema de respuesta ordenada y solidaria a los fenómenos migratorios”.

El alcalde de Irun, José Antonio Santano, ha pedido este sábado a las autoridades francesas que “se replanteen los controles en la frontera” que llevan a estas personas “a jugarse la vida”. “Es necesario que Francia entienda que no podemos cerrar el paso fronterizo a nadie y menos si esto termina convirtiéndose en una trampa mortal para quienes no desisten en su empeño de seguir su camino”, ha destacado el regidor guipuzcoano.

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