Esquerra y PNV aprietan al Gobierno con los Presupuestos sin renunciar al pacto

Los socios nacionalistas del Ejecutivo se aferran a las exigencias en materia ferroviaria y La Moncloa confía en contar con sus apoyos para la aprobación de las Cuentas

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, interviene durante la sesión de control al Gobierno celebrada este miércoles en el Congreso de los Diputados.Chema Moya (EFE)

No hay nada cerrado, pero todos los interlocutores trabajan con la expectativa de acuerdo para los Presupuestos de 2022. Las condiciones de los grupos nacionalistas se mantienen, todas económicas y muy pegadas a su tierra, y el Gobierno, a través de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, calibra cada una de las exigencias para ajustarlas al máximo a lo que consideran posible. Las advertencias del PNV son muy serias. El decreto de la luz debe modificarse para no perjudicar a las empresas, ...

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No hay nada cerrado, pero todos los interlocutores trabajan con la expectativa de acuerdo para los Presupuestos de 2022. Las condiciones de los grupos nacionalistas se mantienen, todas económicas y muy pegadas a su tierra, y el Gobierno, a través de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, calibra cada una de las exigencias para ajustarlas al máximo a lo que consideran posible. Las advertencias del PNV son muy serias. El decreto de la luz debe modificarse para no perjudicar a las empresas, como ha exigido esta semana en el Congreso su portavoz, Aitor Esteban. Además, los nacionalistas vascos siguen pendientes de cumplimientos anteriores a los Presupuestos como la culminación del AVE. En paralelo, el traspaso de los trenes de cercanías para Cataluña es una exigencia de ERC. Se trata de cuentas pendientes desde hace muchos años. El Gobierno confía en que habrá acuerdo, pero no tiene aún las soluciones para satisfacer a los grupos que aglutinan los 21 escaños que necesita.

La confrontación debería ser de 176 votos frente a 155 para que las Cuentas del Estado salgan adelante, aunque hay un primer paso, que entraña menor compromiso: una mayoría de votos en contra de las enmiendas a la totalidad que presenten los grupos que aspiran a la devolución de las Cuentas al Gobierno. Si los grupos nacionalistas presentan sus respectivas enmiendas a la totalidad o votan a favor de las de quienes sí las presentan, todo estaría perdido para el Ejecutivo. Un rechazo a esas enmiendas de devolución, sin embargo, no compromete el final, sino que permite que el proyecto de Presupuestos pueda empezar su tramitación y, por tanto, la negociación. Este es el camino emprendido por el Gobierno: conseguir que sus socios del año anterior negocien y no trunquen la posibilidad de acordar.

No se va a dejar a ninguno de los potenciales socios fuera de la negociación. Lo único seguro es que no hay nada que hacer con el PP, Vox ni —en esta ocasión— con Ciudadanos. El PNV, ERC, Bildu, Compromís, Teruel Existe, Nueva Canarias y PRC portan una gruesa cartera para la negociación. El intento decidido de Junts de condicionar a ERC está lejos de llegar a buen puerto. Los 13 de ERC, en principio, se impondrán sobre los cuatro de Junts, tras la escisión de los parlamentarios del PdeCat que sí quieren jugar un papel negociador.

Las conversaciones empezaron en verano, y no se interrumpirán a pesar de las discrepancias de calado que mantienen ERC y el PNV. En estos Presupuestos hay mucho dinero para la red de trenes de cercanías en Cataluña. Esa es una tarjeta de presentación con la que el Gobierno central va a la negociación, pero no acepta el traspaso de la competencia a Cataluña. Ninguno se ha movido aún. Con el PNV se ha suavizado el clima de diálogo después del aviso meditado del Gobierno vasco de que el precio desorbitado de la luz no puede resolverse con “la simpleza” de cortar beneficios a las eléctricas. Se estudiará cómo abordar la problemática porque, sin modificaciones, el PNV detiene la negociación. En materia presupuestaria, el AVE para las provincias vascas y la ejecución del Ingreso Mínimo Vital son condiciones imprescindibles para seguir adelante. La expectativa del Gobierno es de pacto final, aunque queda mucho por discutir, aseguran. Les anima la contrastada aversión política de los nacionalistas a dar bazas al PP y a Vox.

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