PP y Cs agrietan su relación en Castilla y León y acercan el horizonte electoral
Mañueco no prevé ahora un adelanto, pero tiene la vista puesta en marzo
Todos los análisis políticos pasan por discutir si habrá o no un adelanto electoral en Andalucía y, sin embargo, hay otra comunidad que podría adelantarse en el calendario electoral del nuevo curso político. Castilla y León lleva 38 años sin anticipar unas elecciones, pero su presidente, Alfonso Fernández Mañueco (PP), no descarta ese escenario con la vista puesta en marzo del año que viene. A part...
Todos los análisis políticos pasan por discutir si habrá o no un adelanto electoral en Andalucía y, sin embargo, hay otra comunidad que podría adelantarse en el calendario electoral del nuevo curso político. Castilla y León lleva 38 años sin anticipar unas elecciones, pero su presidente, Alfonso Fernández Mañueco (PP), no descarta ese escenario con la vista puesta en marzo del año que viene. A partir de esa fecha es posible presentar una nueva moción de censura, y la inestabilidad en Ciudadanos, socio menor del Ejecutivo, mantiene en alerta al PP. Los socios han agrietado su relación esta semana en una encendida disputa por una reforma sanitaria, acercando el escenario electoral, aunque fuentes de la presidencia afirman que de momento no está encima de la mesa el anticipo.
La sorpresa saltó el lunes en las Cortes de Castilla y León, cuando el presidente de la Junta aseguró en el estrado que apoyaría al PSOE, que hace seis meses le presentó una fallida moción de censura, para suprimir un plan sanitario avalado por su socio de Gobierno. El vicepresidente, portavoz y líder de Cs, Francisco Igea, admitió el día siguiente, cuando se confirmó el anuncio de Mañueco y su bancada se alineó con los socialistas, que se había enterado ese mismo día de las intenciones populares. El martes, tras unas tensas horas en las que sobrevoló sobre el Parlamento la disolución del pacto y la convocatoria electoral, Igea tildó lo ocurrido como “error estratégico” del partido de Mañueco. Asimismo, amparó que Ciudadanos se abstuviera en esa votación, en lugar de apoyar su propio proyecto, para no echar más leña al fuego. Pero el Gobierno salió tocado de sus días más tensos.
La iniciativa que ha encendido la mecha estaba abanderada por Verónica Casado, consejera sanitaria y protegida de Igea. El propósito era agrupar los pequeños consultorios rurales en centros de atención en localidades más grandes. El proyecto ha generado sonoras críticas por las dificultades para la movilidad de los ancianos.
La discrepancia ha sido la primera de calado desde la alianza de PP y Cs en 2019, y fuentes de la presidencia de la Junta subrayan que “las relaciones con Cs se han enfriado muchísimo”. Hasta ahora, el Gobierno de coalición había funcionado con relativa calma interna y sintonía personal entre Mañueco e Igea. Las cosas ya no son como antes. Fuentes próximas al presidente castellanoleonés subrayan que “no va a haber ahora una convocatoria de elecciones”, pero al mismo tiempo lanzan una advertencia. “Si Igea sigue haciendo de las suyas, a lo mejor termina ocurriendo”. Es decir, no de inmediato, pero teniendo claro que marzo de 2022 es el Rubicón.
Mañueco gobierna ahora sin mayoría absoluta por una tránsfuga de Ciudadanos que se alineó con el PSOE en la fallida moción de censura, y algunas encuestas recientes apuntan a que podría conseguir esa mayoría ahora en solitario. El riesgo, no obstante, es quedarse a las puertas y tener que pactar con Vox en lugar de con Ciudadanos, un escenario que el barón del PP quiere evitar. Sin embargo, Mañueco tiene también que manejar con cuidado otro riesgo: el de que alguno de los diputados de Cs traicionara al Gobierno y se aliara con el PSOE, un escenario que no descartan en el PP dada la debilidad orgánica de su socio. En una entrevista en EL PAÍS el pasado 4 de septiembre, Mañueco apuntó a esa posibilidad. “Sánchez salió derrotado de Castilla y León. Y lo que ha provocado es una situación de inestabilidad en el Parlamento. ¿Sánchez prefiere apoyarse en tránsfugas? Pues no me parece adecuado. Yo creo que no tengo por qué creer que haya más tránsfugas en el futuro, pero si se produjera una situación de esta naturaleza, habría que analizarlo. Siempre pensando en el interés de Castilla y León”, manifestó.
Igea, líder de Cs, tiene claro que no quiere elecciones. “Los ciudadanos no merecen que haya un adelanto ni inestabilidad. El Gobierno está siendo eficaz y no hay razón alguna para que se produzca”, señala a EL PAÍS. Fuentes del PP destacan, no obstante, que Igea no tiene el control de su grupo parlamentario.