Casado busca espacio en la crisis afgana

A punto de comenzar el nuevo curso político, Pablo Casado da pistas sobre cuál será su estrategia de oposición. El líder del PP vuelve a disparar a todo, una táctica que ya fue criticada en el pasado por dirigentes populares que la consideraban poco eficaz. “La crítica a lo de Afganistán es política de sal gorda. Tenemos que centrarnos en la economía”, opina un barón autonómico. “El PSOE es más creíble en asuntos sociales y nosotros en la economía y en la gestión. Quedan dos años, se empiezan a percibir ganas de cam...

A punto de comenzar el nuevo curso político, Pablo Casado da pistas sobre cuál será su estrategia de oposición. El líder del PP vuelve a disparar a todo, una táctica que ya fue criticada en el pasado por dirigentes populares que la consideraban poco eficaz. “La crítica a lo de Afganistán es política de sal gorda. Tenemos que centrarnos en la economía”, opina un barón autonómico. “El PSOE es más creíble en asuntos sociales y nosotros en la economía y en la gestión. Quedan dos años, se empiezan a percibir ganas de cambio, pero tenemos que consolidar una alternativa, presentar un proyecto sólido. Y hace falta elevarse un poco y buscar acuerdos para renovar las instituciones”, añade.

En las últimas semanas la dirección del partido centra sus críticas al Ejecutivo en la crisis afgana y los datos de vacunación y ni los halagos de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, miembro del PP europeo, ni la llamada del presidente estadounidense a Pedro Sánchez han contraprogramado su discurso. Tampoco el hecho de que España, que incumplió el objetivo del 70% de la población vacunada el 18 de agosto, ocupe el séptimo puesto en dosis administradas en el ránking mundial y el primero entre los países más poblados, junto a Canadá. “Cuando Joe Biden tiene que llamar a Pedro Sánchez para ‘elogiar su liderazgo’, es que las cosas tienen que estar pero que muy mal para la humanidad. Vacunator se ha transmutado en Evacuator”, declaró el exportavoz en el Congreso Rafael Hernando.

Tras las alabanzas europeas a la acogida de afganos por parte de España y la llamada de Biden, Casado pareció querer rebajar este lunes el tono de sus críticas, y en un acto en Jumilla (Murcia) aseguró que el Gobierno tendrá “todo su apoyo” en “cuestiones de Estado como la política exterior”. Pero a continuación criticó que “la interlocución con EE UU llega con siete meses de retraso” y menospreció “el ratito” [unos 25 minutos, según La Moncloa] de charla entre el presidente estadounidense y Pedro Sánchez “después de varios desplantes”.

Casado rescató su idea de proponer a EE UU que Rota sea la base de la sexta flota, la fuerza naval estadounidense para el Mediterráneo que tiene su cuartel general en Nápoles. “Una vez que Sánchez se ha dado cuenta de que España tiene dos bases americanas muy importantes eso tiene que dar pie a que EE UU nos trate como el socio y aliado privilegiado que éramos cuando nuestro partido estaba en el Gobierno. Lo raro es que en estos siete meses no se le hubiera puesto al teléfono”, añadió.

En su conversación del pasado domingo, Sánchez y Joe Biden acordaron el uso de las bases de Morón y Rota para acoger a afganos colaboradores de EE UU en tránsito a otros países. Ese mismo día aterrizó en Torrejón de Ardoz un avión español con 64 evacuados que habían trabajado con los estadounidenses y este lunes fuentes del Gobierno confirmaron que España acogerá temporalmente hasta un máximo de 4.000 colaboradores afganos de EE UU en las bases de Morón y Rota.

En la misma línea que Casado, y tras aclarar que el PP es “un partido de Estado que no critica por criticar”, se pronunció este lunes el portavoz en el Senado, Javier Maroto: “El presidente se entera por la radio de lo que ocurre en Kabul y tenemos la sensación de que no existe un plan concreto”, declaró en Onda Cero. “Cada vez que se junten en la misma frase Biden y Sánchez a todo el mundo le vendrá a la cabeza el ridículo de Sánchez persiguiéndole”, añadió, en alusión al brevísimo saludo [menos de un minuto] entre ambos el pasado junio en Bruselas, previamente anunciado como una “conversación”.

Maroto también dejó caer que el PP no tiene previsto retomar las negociaciones para renovar el Consejo General del Poder Judicial, en funciones desde diciembre de 2018, e insistió en que su propuesta de cambiar el sistema de elección, es “moderna y pedagógica”.

La secretaria del área de Internacional del PP, Valentina Martínez, también ha sido muy crítica. “No hay UE que tape esta vergüenza. España no ha participado en los esfuerzos de EE UU para evacuar Afganistán”, aseguraba antes de la llamada de Biden. Desde que comenzó la operación para evacuar a ciudadanos afganos el pasado jueves han aterrizado en Torrejón más de 800 personas procedentes del país asiático. La ministra de Defensa, Margarita Robles, admitió, pese a todo, que la situación de Afganistán “es un fracaso sin paliativos de Occidente”.

Pero no todos los dirigentes del PP han mantenido la misma postura. “No cabe duda”, opinó Andrea Levy, “que nuestro país es un ejemplo de solidaridad en los momentos más difíciles. La sociedad española responde en los momentos duros. Solo así saben hacerlo nuestros servidores públicos. Y a pesar de las diferencias políticas con el Gobierno, esto es un orgullo”. Levy, miembro del comité de dirección de los populares, difundió en sus redes sociales las palabras de Von der Leyen poniendo a España como “ejemplo del alma de Europa” en una comparecencia con Sánchez. Por otro lado, los presidentes de Andalucía, Juan Manuel Moreno, y Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, han optado por ofrecerse a acoger a parte de los evacuados en lugar de incluir la crisis en Afganistán como elemento de desgaste del Gobierno. Un día después de que las declaraciones de Levy fueran elogiadas públicamente en Twitter, la portavoz popular compareció de nuevo ante los medios para endurecer las críticas a Sánchez. “Ante la acumulación de crisis que sufre el país, tenemos cada vez menos Gobierno”, dijo.

El PP insiste en que articula su discurso al margen de Vox, sabiendo que pueden presentar una nueva moción de censura contra Sánchez para presionar a Casado, y que pueden poner más difícil la negociación de los presupuestos de los Gobiernos autonómicos donde los populares necesitan el apoyo del partido de Santiago Abascal.