Cae el circo de la explotación laboral
Detenido el gerente de un espectáculo ambulante que empleaba a 25 personas en pésimas condiciones de trabajo
El Circo Italiano, que recorría España con sus espectáculos, escondía horrores laborales. La mayoría de la compañía, integrada por 25 personas, sufría explotación e incluso se cometían abusos sobre inmigrantes en situación irregular. Los artistas tenían los bolsillos vacíos, pues apenas se les pagaba con la manutención o el alojamiento en las caravanas. Los más afortunados...
El Circo Italiano, que recorría España con sus espectáculos, escondía horrores laborales. La mayoría de la compañía, integrada por 25 personas, sufría explotación e incluso se cometían abusos sobre inmigrantes en situación irregular. Los artistas tenían los bolsillos vacíos, pues apenas se les pagaba con la manutención o el alojamiento en las caravanas. Los más afortunados, si el dueño lo decidía así y se había hecho buena caja, cobraban entre 50 y 150 euros semanales. Así iban viajando por todo el país, hasta que una inspección en Burgos desenmascaró la grave situación.
La carpa, instalada en junio en las proximidades de un centro comercial de la capital burgalesa, recibió la visita de agentes de la brigada provincial de Extranjería y Fronteras junto a inspectores de la Seguridad Social para evaluar las condiciones de la plantilla. El grupo se instaló en ese espacio entre el 18 de junio y el 4 de julio. Los funcionarios que acudieron, fuera del horario de espectáculo, se encontraron con 25 personas que, además de actuar ante el público, cubrían jornadas eternas fuera de los focos. Carecían de días de descanso y apenas recibían una remuneración.
El gerente, de 51 años, fue detenido —ya ha quedado en libertad a la espera de juicio— por un supuesto delito contra los derechos de los trabajadores y contra los derechos la ciudadanía extranjera, pues también explotaba a varios inmigrantes sin permiso laboral ni de residencia. El circo no ha respondido a los intentos de contacto de este diario.
El pasado verano, el circo también fue noticia porque una de sus acróbatas, uruguaya de 29 años e incorporada poco antes a la comitiva, murió mientras practicaba uno de sus números. La artista se golpeó accidentalmente la cabeza contra el suelo tras caer fuera de la colchoneta de seguridad.
Casi ninguna de las 25 personas que trabajaban en la compañía disponía de contrato, según informó el jueves la Policía Nacional. Los pocos que sí contaban con esta vinculación laboral habían firmado jornadas muy reducidas, con pocas horas, que en realidad se convertían en sesiones mucho más largas, duras y no retribuidas ni cotizadas.
Promesas de contratos incumplidas
Las autoridades han confirmado que el circo se desplazó durante meses por toda España mientras esos integrantes, “en situación de necesidad y sin recursos económicos”, llevaban a cabo sus tareas “sin horario”, en turnos de más de 12 horas y sin descanso semanal. El jefe del grupo, consciente de que los inmigrantes en situación irregular se encontraban en un contexto de gran vulnerabilidad, aprovechaba para someterlos a condiciones leoninas y les prometía contratos que nunca se materializaban.
Varios de los empleados recibían como única compensación la manutención y el alojamiento en las caravanas. Unos pocos cobraban de forma irregular pagos de entre 50 y 150 euros semanales si las taquillas habían marchado de forma satisfactoria para los socios que administraban el espectáculo. Las autoridades detallan que estas pequeñas cantidades eran difíciles de discutir por parte de los empleados. Los jefes podían engañarles con la excusa de que por mucha afluencia que hubiera habido durante esos días, los ingresos podrían no haber sido elevados por otros motivos, según la policía.
Una vez el empleador fue arrestado, los gerentes del espectáculo ambulante intentaron regularizar la situación laboral de varios de los trabajadores explotados. La comitiva circense ha seguido actuando por el norte de la Península después de la intervención policial y ha pasado por lugares como Pamplona antes de ubicarse en San Sebastián, en la zona de Sagüés, donde permanecerá para luego dirigirse a Bilbao.