Cambio de rostros y acentos, pero no de rumbo
Los porqués de cada uno de los cambios de ministros emergerán poco a poco porque muy pocos han estado en la reflexión del jefe de gobierno
No hay diferencia entre Isabel Rodríguez y Miquel Iceta sobre la interpretación que ambos hacen del artículo 2 de la Constitución. La nueva portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial, comparte con su compañero del Consejo de Ministros, del que recibe la cartera territorial, los principios de la indivisible unidad de España y el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran. Esa visión de la castellanomanch...
No hay diferencia entre Isabel Rodríguez y Miquel Iceta sobre la interpretación que ambos hacen del artículo 2 de la Constitución. La nueva portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial, comparte con su compañero del Consejo de Ministros, del que recibe la cartera territorial, los principios de la indivisible unidad de España y el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran. Esa visión de la castellanomanchega, nacida en la localidad de Abenójar, de Ciudad Real, y del catalán, barcelonés, Miquel Iceta, nuevo ministro de Cultura y Deportes, aunque compartida, deberá ser defendida ahora por la primera. El presidente estima que conviene más que sea ella.
Seguramente Miquel Iceta rechazaría con la misma fuerza que lo hará Isabel Rodríguez, la exigencia de los independentistas de celebrar un referéndum de autodeterminación. Pero lo hará la exportavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, entre 2008 y 2011, en tiempo del presidente socialista José María Barreda.
Los porqués de cada uno de los cambios de ministros emergerán poco a poco porque muy pocos, han estado en la reflexión del jefe de gobierno. Si su objetivo es que la economía sea la materia que impregne el resto de la legislatura, porque de ella dependerá la reavivación del aparato productivo, de las inversiones, de la creación de empleo y del consumo, la negociación con Cataluña no puede tapar el resto de la gestión. Esta reflexión de interlocutores gubernamentales conducen a explicar la presencia de Isabel Rodríguez, buena conocedora del mundo autonómico, de donde viene, aunque ahora fuera alcaldesa de Puertollano, y antes diputada al Congreso durante tres legislaturas, como la voz de la España de las autonomías, desde el Gobierno central.
En la mesa de negociación con Cataluña la ministra de Política Territorial defenderá las posiciones del Estado, pero con la voluntad de negociar lo que pueda ser factible, con flexibilidad, sin menoscabar la unidad del Estado aunque sí se pueda ahondar al máximo en el autogobierno de Cataluña. Tampoco Miquel Iceta se hubiera salido de esa linde. No es persona esquiva, como ha demostrado al reconocer este lunes en público que le hubiera gustado continuar en el ministerio que ahora dirigirá Rodríguez.
No es una tarea fácil la que aguarda a Isabel Rodríguez. No solo deberá responder y explicar todos los problemas que suscita la España autonómica, más allá de Cataluña, sino que le corresponde dar cuenta de todo el acontecer político. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, podrá explicarle la magnitud de la empresa, ahora que le traspasa la portavocía. Es la persona adecuada para la tarea, transmiten desde el entorno de Sánchez, que conoce muy bien a Rodríguez, ya que fue portavoz de su Ejecutiva en su primera hora como secretario general.
Las alegrías de algunos en estas horas contrastaban con quienes aún calibraban y trataban de entender los cambios. Irreprochable en el partido ha resultado el nombramiento de Pilar Alegría, como ministra de Educación, con muchas horas de vuelo en la política nacional, en la dirección del PSOE ―en la secretaría de organización― y en la delegación del Gobierno en Aragón, pero escozor por la salida de Isabel Celáa, cuando se embarcaba en la gran reforma de la Formación Profesional. La aragonesa Pilar Alegría, lo hará, señalan los interlocutores consultados. Nada de lo previsto se quedará sin hacer, y el área educativa es esencial para el proyecto de Pedro Sánchez.
Voces y rostros diferentes, procedencias que inciden en la relevancia de los alcaldes, a dos años de las elecciones municipales, pero en absoluto un giro en las líneas maestras de las políticas, recalcan las fuentes consultadas; pero sí convenía cambio de actores en las áreas no económicas. Esas no se tocan. Nadia Calviño, Teresa Ribera, María Jesús Montero, Reyes Maroto y José Luis Escribá. Yolanda Díaz, puntal esencial, es la cabeza del partido de la otra coalición. Menos ella, todos son ministros del PSOE, y de su hermano el PSC, recuerdan en ámbitos de Moncloa para recalcar que el rumbo no cambia