Ígor el Ruso, declarado culpable del asesinato de un ganadero y dos guardias civiles en Teruel

El veredicto del jurado ha sido alcanzado por unanimidad. El criminal serbio tiene una cadena perpetua en Italia por dos muertes y otra pena de 21 años de cárcel por intento de homicidio

Madrid -
El acusado Norbert Feher, alias ‘Igor el Ruso', en la última sesión del juicio por el triple asesinato de Teruel en 2017.J.Escriche.POOL (Europa Press)

Norbert Feher, alias Ígor el Ruso, ha sido declarado culpable por el asesinato del ganadero José Luis Iranzo y los dos guardias civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero en Teruel en diciembre de 2017. Este delito está castigado con la prisión permanente revisable, una pena...

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Norbert Feher, alias Ígor el Ruso, ha sido declarado culpable por el asesinato del ganadero José Luis Iranzo y los dos guardias civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero en Teruel en diciembre de 2017. Este delito está castigado con la prisión permanente revisable, una pena que han solicitado la fiscal y las acusaciones. La condena se fijará en la sentencia, que todavía tiene que redactar el juez. Feher no ha apartado la vista de la presidenta del jurado mientras leía las 40 preguntas que sus miembros se han dedicado a responder en los dos días que ha durado la deliberación. El jurado popular ha alcanzado el veredicto por unanimidad.

En su primera intervención en el juicio a Norbert Feher, su abogado defensor pidió a los miembros del jurado popular que estuvieran “tranquilos” porque el acusado ya sabía que iba a pasar una vida entre rejas. Tiene una cadena perpetua en Italia por dos muertes y otra pena de 21 años por intento de homicidio. A esas condenas, el criminal serbio acaba de sumar otra por matar a tres personas en el campo turolense en 2017.

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El lunes, en su último turno de palabra en la Audiencia Provincial de Teruel, Feher insistió en el mensaje que ha sostenido en las pocas veces que ha hablado en público: “La propaganda mediática ha influenciado mucho a la gente. Este caso es uno totalmente diferente ahora que cuando empezó”. El ya condenado aclaró que nunca apuntó a las armas de los guardias civiles para inutilizarlas y que pensar que había tenido tanta puntería en plena noche y sin gafas es de “ciencia ficción”. “Veo menos que usted, señor Tafalla”, dijo a uno de los abogados de la acusación, que lleva gafas. “Sean racionales, fríos y calculadores a la hora de tomar su decisión, no se dejen influenciar por mi presencia ni la de nadie en esta sala”, pidió en último lugar al jurado, antes lanzar un “gracias” en español a sus miembros y a la bancada de abogados de la acusación.

El jurado ha considerado probado el relato de la fiscal. Según esta reconstrucción, el 14 de diciembre de 2017 el ganadero José Luis Iranzo acompañó a un dispositivo de la Guardia Civil a inspeccionar unas cuevas de la zona ante la sospecha de que el autor de los disparos que habían puesto en alerta a la provincia en los días previos pudiera esconderse ahí. Poco después, el ganadero se quedó solo y se dirigió a su finca. No le había dado tiempo a abrir el portón cuando recibió dos disparos que acabaron con su vida. El autor de los tiros era Feher, que había huido de Italia tras cometer otros dos asesinatos. A continuación, Feher robó el coche de su víctima y condujo unos metros hasta una casa abandonada. En ese momento vio llegar a los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero, se escondió y, cuando estaban a tiro, les disparó más de una docena de veces.

El veredicto pone fin a un juicio que ha durado seis sesiones, pero no a la lucha de las tres familias de las víctimas y de muchos vecinos, que exigen que se sepa toda la verdad sobre esos días. Aunque la autoría de los asesinatos estaba clara porque Feher siempre reconoció los hechos, continúa la duda y la rabia de si se podría haber hecho más para evitar las muertes. Igor el Ruso había disparado a dos vecinos de Albalate del Arzobispo (un intento de homicidio por el que ya fue juzgado y que le costó una condena de 21 años) nueve días antes de esconderse en Teruel. “Estamos aquí por todos los habitantes del medio rural que se sintieron desprotegidos”, explicaba al inicio del proceso el letrado Pablo Martínez, que ha representado a la acusación popular de la Unión de Agricultores y Ganaderos.

Según reconoce una nota interna distribuida en los cuarteles de la Guardia Civil en la semana posterior al ataque de Albalate, hasta el 11 de diciembre, tres días antes del triple asesinato, se habían registrado 13 denuncias por robos y daños en propiedades. “Este es el sujeto que estuvo deambulando durante semanas por nuestros pueblos sin que tuviéramos protección, ahora ve todo el mundo qué tipo de persona es”, afirma Luisma Alquézar, primo de uno de los asesinados por Ígor el Ruso. “No sé si sabremos la verdad, si llegaremos a la concusión de que Iranzo debería haber sido acompañado por los agentes hasta su masico [casa de campo] para asegurarse de que estaba a salvo”, argumentó el abogado de la familia, Enrique Trebolle, en la sesión del lunes.

En aquellos días, muchos de los agricultores iban a trabajar con una escopeta en sus vehículos por el miedo a que les pasara algo. A través de los destrozos en las fincas fueron incluso reconstruyendo el recorrido que iba haciendo. Este escenario describió la viuda del ganadero José Luis Iranzo, Eva Febrero, cuando declaró en el juicio: “Cuando mi marido me contó esa mañana que habían entrado en el masico, no me sorprendió. Dijimos: ‘Pues ya está aquí”.

Iranzo no dudó en acompañar a la Guardia Civil en la búsqueda del desconocido que estaba sembrando el pánico en los municipios de la zona. Fue al regresar de noche de ese dispositivo a su finca cuando sorprendió a Feher dentro y acabó con un tiro en el corazón. El criminal serbio acabó, paradójicamente, con la vida de un activista contra el abandono del medio rural. Su muerte sirvió para intensificar la reclamación de estos pueblos contra el olvido y la inseguridad. “Era un líder, entraba en un sitio y se hacía notar, dedicó su vida a luchar por la dignidad de los pueblos, para que la gente no tuviera que irse de ellos para desarrollarse”, relata su viuda.

Los Iranzo son una familia ilustre en la provincia de Teruel. El abuelo de José Luis, José Iranzo, fue un cantante de jota que en los años 40 realizó giras internacionales por Cuba, México o Estados Unidos. “Mi hijo ya es más conocido que su abuelo”, aseguró el padre de José Luis cuando testificó. Igor el Ruso mató a José Luis, pero despertó lo que sus amigos han llamado el “espíritu de Iranzo”.

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