El PSOE y Podemos se vuelven a distanciar en el Congreso con la ‘ley Zerolo’
Las discrepancias entre los socios de Gobierno son casi semanales
No era la campaña catalana. El problema de discrepancias entre los dos socios del Ejecutivo, PSOE y Unidas Podemos, tiene carácter casi semanal al menos en el Congreso. El último desmarque grave y simbólico se produjo este martes con la votación para empezar los trámites de la llamada l...
No era la campaña catalana. El problema de discrepancias entre los dos socios del Ejecutivo, PSOE y Unidas Podemos, tiene carácter casi semanal al menos en el Congreso. El último desmarque grave y simbólico se produjo este martes con la votación para empezar los trámites de la llamada ley Zerolo, para la igualdad de trato y la no discriminación. Podemos se abstuvo y llamó “desleal” al PSOE por registrar esa iniciativa unilateralmente. Los socialistas esgrimieron un informe cuestionando la capacidad del Ministerio de Igualdad de Irene Montero.
Hasta los socios más preferentes de este Gobierno inédito de coalición empiezan a estar más que hartos de estas disputas recurrentes. El aliado más templado, Aitor Esteban, el portavoz del PNV en el Congreso, confesó encontrarse “un poquito cansado de este tour de force de los dos partidos intentando liderar cada uno por su cuenta”. Esteban admitió que habían pensado en un primer momento en abstenerse en la toma en consideración este martes de la ley Zerolo, aunque luego no lo hicieron, porque no ven “agradable” ni entienden esta manera que tienen PSOE y Podemos “de consolidar un Gobierno”. Otro socio más esporádico, como Íñigo Errejón, de Más País, incidió: “No usen esta Cámara para meterse el dedo en el ojo unos a otros”. O la diputada Sara Giménez, de Cs, que apoyó la propuesta, y que añadió: “Es lamentable que se estén peleado por ponerse la medalla”.
El PNV finalmente votó a favor con el PSOE de arrancar los trámites del debate parlamentario de ese proyecto simbólico, que figuraba entre las prioridades del acuerdo de Gobierno de ambos partidos, y la proposición socialista superó esa primera barrera en el pleno con 160 votos a favor, 52 noes (Vox) y la abstención de partidos como el PP y Podemos (133).
No fue solo el PNV el que recomendó al Ejecutivo que acabe cuanto antes con las tensiones públicas y consulte más los proyectos antes de llevarlos al registro. Esa queja es muy mayoritaria. Esteban agregó incluso un consejo: “A nosotros nos gustan las cosas más ordenadas, menos sobresaltos y más institucionalizado todo, nos ayudaría a todos”. Joan Baldoví, de Compromís, abundó en que el Ejecutivo esté muchas veces más pendiente de las fotos que de impulsar reformas y se refirió a los cambios legales para evitar que raperos como Hasél puedan entrar en prisión.
El nuevo capítulo de divergencias entre los socialistas y la formación de Pablo Iglesias se desató con la ley Zerolo porque el PSOE decidió, tras seis meses de discusiones discretas y sin fin entre los socios, registrar esa proposición de ley por su cuenta, en el cupo que tienen los partidos. Defienden que habían advertido a sus socios, que llevaban ya dos años de trabajo al respecto y que no podían esperar más “para levantar barreras contra la discriminación y mejorar la convivencia”, como defendió la portavoz socialista, Adriana Lastra.
En Podemos no se fían
Consciente de la nueva polémica, Lastra intentó rebajar la evidente tensión: “No se pueden generar conflictos de buenas noticias”. Y negó que el PSOE “esté en una competición de batallitas, este grupo no genera conflictos, resuelve problemas”. El PSOE, ante el temor o la acusación de que ahora se puedan bloquear en el Congreso otras leyes sociales tan relevantes como la ley trans o la LGTBI, impulsadas desde el Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero, negó la mayor y aseguró que son asuntos distintos. En Podemos no se fían. Y aunque en el acuerdo de Gobierno firmaron con el PSOE, entre otras cosas, que ninguno de los dos grupos presentaría enmiendas a proyectos legislativos unilateralmente, el lunes la formación que lidera Iglesias registró en la Cámara hasta 12 para corregir aspectos del Ingreso Mínimo Vital, aprobado en Consejo de Ministros por todos los componentes del Gabinete, de los dos partidos. Esas escaramuzas no tienen fin.
A Lastra se le preguntó entonces cómo maneja estas complejas relaciones cada semana en el Congreso. Contestó: “Con mucha paciencia”. A su homólogo de Podemos, Pablo Echenique, se le planteó lo mismo: “En el Gobierno de coalición nos tenemos que tener mucha paciencia mutuamente”. Echenique quiso precisar que en las democracias y sin mayorías es “fundamental no llamar conflicto al debate”.
El PSOE elaboró al final del día un informe de sus servicios jurídicos con hasta 10 correcciones a errores del documento efectuado por el Ministerio de Montero que cuestionaba su proyecto. Los socialistas destacan ahí que Igualdad se equivoca al proponer reformar una ley orgánica con una ordinaria, al no entender quién debe tener la capacidad sancionadora y hasta en materia semántica: “El Ministerio ha añadido la coletilla derecho a la igualdad de trato, no discriminación e intolerancia, como si hubiese un derecho individual a la intolerancia”.