Illa los quiere a todos

El candidato socialista se ha colocado en el centro de la plaza pública para llegar a la inmensa mayoría de los catalanes

El candidato del PSC a la Generalitat, Salvador Illa, este domingo en Barcelona.Marta Perez (EFE)

Cuando se sale a la plaza pública los destinatarios del orador son todos, sin distinción, sin barreras. Y el candidato socialista a presidir la Generalitat, Salvador Illa, se ha situado en el centro de la plaza. El resto de contendientes le han colocado como objeto prioritario de ataque. Esa es una realidad que no ofrece dudas y que va en paralelo a la tenaz decisión de Illa de saltar ese cerco para llegar a la inmensa mayoría de los catalanes. No a sus representantes, sino a ellos, a los votantes. Ill...

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Cuando se sale a la plaza pública los destinatarios del orador son todos, sin distinción, sin barreras. Y el candidato socialista a presidir la Generalitat, Salvador Illa, se ha situado en el centro de la plaza. El resto de contendientes le han colocado como objeto prioritario de ataque. Esa es una realidad que no ofrece dudas y que va en paralelo a la tenaz decisión de Illa de saltar ese cerco para llegar a la inmensa mayoría de los catalanes. No a sus representantes, sino a ellos, a los votantes. Illa va a por todos, los quiere a todos.

Hubo un tiempo en el que el PSC movía para sí mucho voto de la izquierda catalanista y de la que no lo era tanto o nada. De ahí salía la convención de “las dos almas del PSC”, en el que pudieron convivir los máximos exponentes del socialismo ilustrado catalán y del obrerista, bajo el paraguas de su hermano el PSOE, con un líder como Felipe González. Esa doble identidad no se ha extinguido, pero la convulsión del procés ha roto partidos y ha alterado las opciones tradicionales de los ciudadanos. El juicio y condena a líderes independentistas reafirma a muchos votantes de esa orientación en que Illa es uno de los exponentes del Estado español, ese que “oprime” al secesionismo. La derecha constitucionalista repite que Illa, como Pedro Sánchez, se echará en brazos de ERC. El exministro de Sanidad no pone puertas a sus posibilidades. Primero, en las urnas, el 14 de febrero; después, en las negociaciones para formar una mayoría de gobierno.

Él es el del artículo 155 de la Constitución, junto al PP; pero también el que está al tanto de todo lo que está dispuesto a hacer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para indultar a los condenados por el procés. Eso le pone en el foco del fuego graneado de todos. Pero se ha impermeabilizado. No oculta que una fórmula como la del Gobierno central le parece la más razonable, con En Comú Podem, con el apoyo “del resto de las fuerzas”. Apoyo para hacer frente a las graves consecuencias, aún por empeorar, de la pandemia, en materia sanitaria, educativa, laboral y económica. Con estas intenciones cree Salvador Illa que puede atraer a votantes de casi todas las orientaciones, sufridores de los estragos del coronavirus. A eso se une su ya reiterado “pasar página”, que alude a media Cataluña contra la otra. No se desviará de su discurso un tanto almibarado de paz y concordia. El exministro está cómodo en este nuevo trabajo. Se le ve sonreír abiertamente; nunca lo hizo en público en once meses como responsable de la lucha contra la pandemia.

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