El coronavirus transforma la tamborrada donostiarra en una fiesta doméstica

El estado de alarma obliga al alcalde de San Sebastián a oficiar la izada de la bandera en diferido

La bandera de San Sebastián ondea en una plaza de la Constitución completamente vacía. foto javier hernandezJAVIER HERNÁNDEZ
San Sebastián -

La pandemia del coronavirus y las restricciones impuestas para evitar su propagación (básicamente, la prohibición de juntarse más de seis personas en los espacios públicos en Euskadi y el toque de queda a las 22.00) han obligado este año a alterar por completo la celebración de la fiesta de la tamborrada en San Sebastián, la más importante y multitudinaria que de cuantas se viven en la capital guipuzcoana. Hoy, las tamborradas de adultos y escolares no han reco...

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La pandemia del coronavirus y las restricciones impuestas para evitar su propagación (básicamente, la prohibición de juntarse más de seis personas en los espacios públicos en Euskadi y el toque de queda a las 22.00) han obligado este año a alterar por completo la celebración de la fiesta de la tamborrada en San Sebastián, la más importante y multitudinaria que de cuantas se viven en la capital guipuzcoana. Hoy, las tamborradas de adultos y escolares no han recorrido las calles de la ciudad, la izada de la bandera en la plaza de la Constitución se hizo sin gente y en diferido, tampoco se ha entregado el Tambor de Oro, ni se han celebrado las típicas cenas en las sociedades gastronómicas. Los donostiarras han tenido que reprimir su deseo de honrar a su patrón san Sebastián como vienen haciéndolo el 20 de enero desde 1876.

San Sebastián y sus vecinos se han conformado con adornar sus balcones con motivos blanquiazules y haciendo sonar sus tambores y barriles en casa. Sin los desfiles de las compañías de tamborreros, las calles han permanecido prácticamente vacías, cuando otros años la música de Sarriegi solía estar presente en todos los rincones de la ciudad. No había ocurrido algo semejante desde 1971. Aquel año tampoco hubo tamborrada por haberse declarado el estado de excepción. En los casi 150 años de historia, solo en 16 ocasiones se ha tenido que suspender la fiesta más grande y popular de los donostiarras.

Uno de los momentos más esperados, cuando se iza la enseña de la ciudad en la balconada de la biblioteca de la plaza de la Constitución a las 00.00 del 20 de enero y empieza a sonar la Marcha de San Sebastián en medio de una explosión de júbilo general, tuvo que realizarse esta vez de un modo muy peculiar. El alcalde de la ciudad, Eneko Goia, adelantó unas horas esta ceremonia para cumplir con el estado de alarma. A las 21.45 del martes, un cuarto de hora antes del toque de queda, salió balcón (no había nadie en la plaza, salvo un grupo de reporteros avisados previamente) para hacer ondear la bandera mientras cuatro txistularis tocaban el himno de la ciudad. Esas imágenes fueron grabadas y retransmitidas después, a las doce en punto de la noche, para que los donostiarras desde sus casas acompasaran los sones de la música con sus tambores.

Escolares del centro Aldapeta de San Sebastián tocan la tamborrada en el patio del colegio.J. H.

Otro acto emotivo y seguido por miles de personas es el desfile de las compañías de la tamborrada infantil, que suele reunir a unos 8.000 escolares (otros 20.000 participan en las tamborradas de adultos). En la mayoría de los colegios han tenido que hacerlo de víspera y en la intimidad de los centros, sin poder tocar este miércoles el repertorio musical por el centro de la capital, como es costumbre.

La cita de las cenas entre amigos, que en algunas sociedades gastronómicas, suele incluir en los menús las tradicionales angulas, tampoco han podido llevarse a cabo este año al estar cerrados estos locales desde que se decretó el estado de alarma.

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La Policía municipal vigila que nadie incumpla el toque de queda mientras la bandera ondea en una plaza de la Constitución vacía.J. H.

La sensatez y la responsabilidad han guiado en todo momento el comportamiento de los donostiarras, según han asegurado responsables del equipo de la Alcaldía. No se han registrado incidentes, salvo la presencia de un grupo de personas que increpó ayer al alcalde con gritos en euskera como “fuera de aquí” o “déjanos en paz”. Al anochecer un grupo de personas se han reunido en las Parte Vieja y causado incidentes que han obligado a la Ertzaintza a intervenir.

En estos disturbios cuatro personas fueron detenidas y, además, ocho ertzainas y un viandante resultaron contusionados en los altercados registrados este miércoles en la Parte Vieja de San Sebastián, en los que varios individuos arrojaron objetos contundentes contra la Policía Municipal y la Ertzaintza. Los arrestos se practicaron durante la tarde y noche en la Plaza de la Constitución y en la calle San Juan de San Sebastián, así como en vías aledañas. Los detenidos son dos jóvenes de 18 años, otro chico de 21 y un cuarto hombre de 31 años.

En el marco de los enfrentamientos, ocho agentes de la Ertzaintza resultaron contusionados, uno de los cuales tuvo que ser atendido en un centro hospitalario, todos ellos heridos leves. Además, otra persona, un viandante ajeno a los disturbios, tuvo que ser trasladada hasta el Hospital de Donosti por contusiones, según ha informado el Departamento vasco de Seguridad a Europa Press.

La Alcaldía de San Sebastián ha considerado “tristes y lamentables” los incidentes ocurridos en el cierre de la fiesta patronal de la ciudad. Ha considerado que “lo acaecido es triste y lamentable, por cuanto que un grupo de personas vivió la jornada de ayer como una fiesta”, a pesar de que no hubo celebraciones y se suspendieron los desfiles de tamborradas para evitar la propagación de la covid-19.

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