Salvador Illa: “Las autonomías ya pueden decretar lo que otros países llaman confinamiento”
El ministro de Sanidad y candidato del PSC en Cataluña defiende que las comunidades disponen de “herramientas legales suficientes para doblegar la tercera ola” en una entrevista con EL PAÍS
El recién estrenado 2021 ha colocado a Salvador Illa (La Roca del Vallés, Barcelona, 54 años) ante un escenario complejo. Con la tercera ola de la pandemia desbocada y una situación alarmante en los hospitales, al ministro de Sanidad y aspirante por el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) a presidir la Generalitat catalana se le abren cada día nuevos frentes. Pandémicos y electorales. Autonomías que piden confinar a la población en contra de su criterio. Sobresaltos en la campaña de vacunación por recortes en la ...
El recién estrenado 2021 ha colocado a Salvador Illa (La Roca del Vallés, Barcelona, 54 años) ante un escenario complejo. Con la tercera ola de la pandemia desbocada y una situación alarmante en los hospitales, al ministro de Sanidad y aspirante por el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) a presidir la Generalitat catalana se le abren cada día nuevos frentes. Pandémicos y electorales. Autonomías que piden confinar a la población en contra de su criterio. Sobresaltos en la campaña de vacunación por recortes en la producción de dosis... Y también el aplazamiento de los comicios de Cataluña al 30 de mayo, que amenaza con desgastar al candidato-ministro. Illa, licenciado en Filosofía y con un máster en Economía y Dirección de Empresas, casado y padre de una hija, exalcalde de su ciudad, ofreció esta entrevista el pasado miércoles (justo al año de asumir una cartera que ha resultado más pesada de lo previsto), y fue actualizada este sábado. Maestro en el arte de no salirse del guion para esquivar asuntos espinosos, defiende su decisión de dejar de trabajar por la salud de 47 millones de españoles para buscar una solución en Cataluña: “Es una decisión responsable”.
Pregunta. ¿Empezamos por el Illa candidato o el Illa ministro?
Respuesta. Hasta que empiece la campaña electoral está solo el Illa ministro. Me dedicaré a hacer campaña en campaña y, hasta ese momento, me dedico al 101% a mis tareas de ministro.
P. ¿Y eso cómo se compatibiliza con los actos de precampaña?
R. Hice uno, anuncié mi candidatura y me he dedicado en cuerpo y alma a las tareas de ministro.
P. Parece que usted tenía previsto dar el paso en un escenario amable, con la segunda ola controlada y la campaña de vacunación iniciada. ¿Teme ahora que la actual situación pueda volvérsele en contra?
R. No, no, no. Primero, la segunda ola se controló gracias a un trabajo muy relevante de las autonomías en el marco de una estrategia común. En Navidad se tomaron más medidas, pero ya sabíamos que habría unos efectos posteriores que también viven otros países europeos. Lo que hay que hacer ahora es volver a aplicar lo que nos funcionó antes.
P. ¿Y una vez iniciada la tercera ola, no es irresponsable abandonar ahora el barco?
R. No. Vienen ahora, es verdad, unas semanas duras. Estamos viendo los efectos de la Navidad, pero el 27 de diciembre empezamos un proceso de vacunación que supone el principio del fin. Si todo va como está previsto, tendremos unos porcentajes relevantes de población vacunados en verano. Y estaremos en una etapa distinta. En esta situación, y habiéndomelo pedido mis compañeros, he tomado una decisión a conciencia y creo que es una decisión responsable.
P. Los casos empezaron a aumentar después del puente de la Constitución. Lo siguieron haciendo tras Navidad, y luego después de Año Nuevo. ¿Por qué no se ha reaccionado antes?
R. La Navidad es un periodo muy especial, con un incremento muy importante de la movilidad y de los contactos. Sí se tomaron medidas drásticas, en línea con las de otros socios europeos. Lo que hay que hacer es actuar, insisto, con medidas lo más quirúrgicas posibles pero también contundentes. Es un esfuerzo que tenemos que hacer entre todos.
P. Usted repite que la segunda ola se controló con medidas quirúrgicas. Pero la ocupación de las UCI era entonces muy inferior a la actual.
R. Es cierto que cuesta mucho que descienda la ocupación de las UCI, pero los datos que tenemos ahora permiten decir que de momento no es preciso el confinamiento domiciliario
P. Cada vez más autonomías lo piden, incluso solicitan a la población que se confine. ¿Por qué insisten en descartarlo si puede llegar a ser inevitable al ritmo que crecen las hospitalizaciones?
R. El estado de alarma ha funcionado porque da a las comunidades las herramientas para restringir la movilidad en sus territorios con cierres perimetrales, restricciones de movilidad nocturna y de reunión. Cada comunidad puede decidir si cierra sectores comerciales o de ocio. Disponen ya de las herramientas legales necesarias para doblegar la curva y que, en la práctica, es lo que en otros países llaman confinamiento. Por ejemplo en Portugal. Y en Alemania sucede algo similar. Con los datos que tenemos ahora no es preciso ir más allá.
P. ¿Y si empeoran?
R. Lo que hay que evitar es que empeoren y ya se están tomando medidas para ello.
P. ¿Cómo ve la decisión de Castilla y León de desbordar las medidas del Ministerio de Sanidad?
R. Ya me conocen. Yo no voy a entrar en polémicas con ninguna comunidad. Mi ánimo de colaboración y apoyo a las comunidades es férreo. Ahora bien, cualquier medida requiere una cobertura legal porque para restringir la movilidad hay que hacerlo con las máximas garantías jurídicas.
P. ¿No sería necesario establecer unos criterios objetivos para decidir cuándo es necesario el confinamiento domiciliario?
R. Siempre hemos dicho que esto no es un proceso de decisión mecánica. Hay que hacer una valoración global de la situación epidemiológica.
P. Fernando Simón ha puesto en entredicho el comportamiento de la población. ¿Del 0 al 10, qué responsabilidad tienen los ciudadanos en los contagios y cuánta las Administraciones?
R. Miren, aquí la responsabilidad es de todos y, además, constantemente he puesto de manifiesto el comportamiento ejemplar de la mayoría de la ciudadanía española intentando seguir unas normas que son duras. Llevamos ya muchos meses de pandemia, por tanto, no voy a entrar a poner nota a nadie.
P. ¿Estamos confiando en exceso en las vacunas?
R. Yo creo que no. No se ha subrayado lo suficiente lo que supone como éxito colectivo el hecho de que antes de que pasara un año de la secuenciación del SARS-CoV-2 tengamos ya varias vacunas disponibles. Estamos en un proceso de vacunación masivo sin precedentes en la historia y me parece que está funcionando razonablemente bien.
P. Pese a la mejora en los últimos días tenemos gran disparidad en las ratios de vacunación en función de las autonomías.
R. Comparen los índices de vacunación de España con otros países europeos… Estamos yendo razonablemente bien. Ya hemos administrado más de 768.000 dosis, el objetivo que tenemos es acabar esta semana con la administración de la primera dosis en las residencias de mayores y el lunes empezar con la segunda.
P. ¿Cuáles son los próximos colectivos que se vacunarán?
R. En poco tiempo diremos qué colectivos y en qué orden.
P. ¿No considera que era el momento de plantear la vacunación obligatoria en algunos colectivos?
R. Nos lo hemos planteado y la recomendación de los expertos ha sido que la vacuna sea voluntaria. Y yo estoy de acuerdo. Hay suficientes razones para convencer a la gente de que se vacune. En España tenemos unos índices de respuesta a la vacunación muy buenos y las primeras dosis han tenido un nivel de aceptación muy alto.
P. ¿La pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de mejorar la coordinación interterritorial?
R. A mí me parece que el Consejo Interterritorial, que tiene muchas comisiones y es mucho más que una reunión entre los consejeros de Salud y el ministro de Sanidad, funciona razonablemente bien. Soy partidario de mantenerlo. En un Estado ¿compuesto? las competencias las tiene quien las tiene. Hay otros países de nuestro entorno con sistemas menos descentralizados y no hay evidencia de que hayan respondido mejor ni peor. ¿Puede mejorarse el Consejo? Sí. En adquirir una cultura de cogobernanza.
P. ¿No existe?
R. Yo digo que debemos mejorar, no que no exista. Fíjese si existe que hemos hecho 18 reuniones del presidente del Gobierno con presidentes de las comunidades autónomas y 62 del Consejo Interterritorial. Y ha habido muchos acuerdos, desde el cierre del ocio nocturno en agosto hasta la reapertura de la educación presencial en septiembre en un contexto también de debate muy acalorado.
P. Ha dicho alguna vez que en la gestión de la pandemia se trataba de tener más aciertos que errores. ¿Cuál es el que más le pesa?
R. Con lo que hemos sabido después, hubiéramos querido actuar antes. No pudo ser. Pero tampoco quiero ir más allá. Prefiero que se haga esta evaluación por parte de un grupo independiente que señale lo que hay que mejorar para el futuro.
P. Transparencia les ha afeado opacidad en la gestión de la crisis.
R. No estoy de acuerdo. En 2016 entraron en este ministerio 91 solicitudes de Transparencia y se respondieron 88; en el 2020 entraron 977 y se respondieron 579 y este año ya han entrado 35. Pero es que además mi equipo tiene que hacer frente a las obligaciones parlamentarias y estamos en un contexto de pandemia. Pero a pesar de esto hemos dado informes diarios, yo he comparecido durante todo el periodo del estado de alarma semanalmente ante todos los grupos… He estado respondiendo y he dado siempre la cara. Me parece que esto, si me permiten la inmodestia, no se me puede achacar. Que hemos dado explicaciones yo y el Gobierno creo que no se puede discutir.
P. ¿Cuánto ha tenido que ver la fatiga pandémica en su decisión de irse a Cataluña?
R. Nada, cero.
P. ¿No tiene fatiga pandémica?
R. No me la puedo permitir.
P. ¿Hasta qué punto se ha sentido atrapado entre el ministro y el candidato en la decisión sobre el aplazamiento electoral?
R. En ninguno. Esta es una decisión del Govern y los partidos.
P. ¿La protección de la salud obligaba al aplazamiento?
R. Esta decisión ya ha sido adoptada por los órganos competentes.
P. Cataluña lleva unos años fracturada en dos bloques. ¿Con qué propuestas acude a estos comicios para superar esa lógica?
R. El reencuentro, el reencuentro de Cataluña consigo misma y de Cataluña con el resto de España y, si me permite, también con Europa. Yo quiero que Cataluña vuelva a ser la Cataluña integradora, vanguardista, la que lidera, la emprendedora, la que cuida su sanidad y el empleo, la que participa desinhibidamente en los asuntos que hacen referencia a la gobernabilidad de España, que es activa en Europa. Hay un problema de división en la sociedad catalana y hay que ir a una agenda de reencuentro y de centrarnos en los problemas que tiene la gente de Cataluña. Hay dos muy claros: la protección de la salud y la recuperación económica.
P. Decir de entrada que no va a pactar con independentistas no parece muy favorable a ello.
R. Yo voy con una propuesta que creo que tiene un apoyo mayoritario en la sociedad catalana y aspiro a formar un Gobierno que implemente esta agenda. Lo que he dicho es que con quien tiene un proyecto de división, como es la independencia de Cataluña, no voy a formar Gobierno.
P. ¿Apoyaría un gobierno de ERC y Els Comuns desde fuera?
R. No apoyaré un Gobierno que tenga la independencia como objetivo.
P. ¿Y aceptaría el apoyo de ERC a un gobierno del PSC con Els Comuns?
R. Si puedo formar Gobierno, no será independentista. Quien me apoye lo tendrá muy claro.
P. O sea que sí lo aceptaría.
R. Si quieren apoyar un Gobierno para el reencuentro, bienvenidos los apoyos.
P. ¿Quiere más competencias para Cataluña?
R. Quiero mejorar el autogobierno más que aumentarlo. Yo creo que hay que revisar todo el sistema de financiación. Es algo que está en la agenda del Gobierno de España.
P. El PSC llega a estas elecciones con las mejores perspectivas en una década. ¿Se debe a un movimiento de fondo en la sociedad catalana, o es un mero reajuste del equilibrio en el bando no independentista por la caída de Ciudadanos, o es el efecto Moncloa?
R. Se da un conjunto de factores. En primer lugar, haber dicho siempre la verdad en Cataluña, incluso cuando era difícil. Segundo, haber respetado siempre el marco de convivencia que se dieron los catalanes. Tercero, habernos mantenido fieles a un ideario socialdemócrata. Y en cuarto lugar, el muy buen hacer de Miquel Iceta. Además, somos un partido con militantes con un ideario político e ideología muy clara y con unas estructuras de funcionamiento adaptadas a las nuevas formas de hacer política.
P. ¿Podrá recuperar el PSC el voto catalanista que un día tuvo?
R. Yo creo que sí porque el PSC es, ha sido siempre, un partido inequívocamente catalanista.
P. ¿Apoya los indultos a los presos del procés?
R. Es obligado tramitarlos cuando hay una petición formal y es lo que ha hecho el Gobierno. A partir de ahí veremos qué da de sí el trámite, y el Gobierno tendrá que tomar la decisión que corresponda.
P. Pero, ¿se sentiría cómodo en un Consejo de Ministros que los concediera?
R. Voy a esperar a que finalice el trámite. Las personas afectadas no tienen que tener ningún privilegio pero tampoco ningún perjuicio por ser quienes son.
P. ¿Cree bueno para Cataluña que en la situación actual recuperen la libertad las personas que fueron condenadas por saltarse el Estado de derecho?
R. Creo que es bueno para Cataluña que se aplique el Estado de derecho siempre, en toda circunstancia.
P. ¿Qué pide a los independentistas para facilitar ese reencuentro?
R. Lo que ya les hemos pedido. Respeto al marco de convivencia que puede ser cambiado por unos procedimientos que la propia Constitución permite.
P. El problema para su proyecto es que un porcentaje importante de los catalanes ha desconectado de España. ¿Cómo coser esto?
R. Con una agenda de reencuentro y constatando qué es lo que nos ha traído todo esto 10 años después. Nos ha dejado más divididos socialmente, más empobrecidos económicamente, más desprestigiados internacionalmente. Voy a poner un ejemplo muy concreto. El organismo europeo más relevante hoy en día es la Agencia Europea del Medicamento. Lo teníamos todo para que Barcelona acogiera su sede y la tensión hizo que se perdiera la oportunidad. Es para tirarse de los pelos. Lo perdimos por no tener un mínimo de consenso social, por estar en batallas que no nos han traído nada bueno.
P. La víspera del anuncio de su candidatura mintió en TVE al confirmar a Iceta como candidato. ¿Se arrepiente?
R. Hubiera preferido no tener que decirlo pero ese anuncio no me correspondía hacerlo a mí. Yo no quise, no aspiraba a ser candidato al PSC en estas elecciones en Cataluña. Es así. A mí me lo pide mi primer secretario y me da luz verde el presidente del Gobierno, y lo del anuncio en ningún caso lo iba a hacer yo, lo tenía que hacer quien tenía que ser candidato y renunció por generosidad, que es Miquel Iceta. Yo creo que es entendible, ese anuncio en ningún caso lo hubiera hecho yo, antes no hubiera sido candidato.