Otegi anuncia que dará la batalla en el Supremo: “No damos por terminada esta partida judicial”
El líder de EH Bildu ve en la repetición del juicio un intento de “desestabilizar el actual escenario político” y el ministro Campo replica que el alto tribunal actúa para cumplir la ley, no para “criminalizar”
El líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, solo ha valorado en términos políticos la decisión del Tribunal Supremo de repetir el juicio del caso Bateragune, por el que cumplió seis años y medio de cárcel, pero ha advertido de que él y los otros cuatro condenados en esta causa ―Rafael Díez, Arkaitz Rodríguez, Sonia Jacinto y Miren Zabaleta― están dispuestos a plantarle dar la batalla en el alto tribunal en términ...
El líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, solo ha valorado en términos políticos la decisión del Tribunal Supremo de repetir el juicio del caso Bateragune, por el que cumplió seis años y medio de cárcel, pero ha advertido de que él y los otros cuatro condenados en esta causa ―Rafael Díez, Arkaitz Rodríguez, Sonia Jacinto y Miren Zabaleta― están dispuestos a plantarle dar la batalla en el alto tribunal en términos jurídicos: “El Supremo ha reanudado la partida de ajedrez moviendo una pieza importante, pero ahora nos toca jugar a nosotros. Esto no ha terminado y veremos quién tiene la razón”. Otegi no ha querido precisar si van a recurrir y solicitar el amparo del Constitucional y se ha limitado a anunciar que no se van a quedar de brazos cruzados. “La partida jurídica no ha terminado y vamos a disputarla”. El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, ha defendido la actuación del alto tribunal diciendo que solo actúa para hacer cumplir la ley y no para “criminalizar” a nadie.
Con el tono sosegado ―”estamos muy tranquilos”, ha dicho―, Otegi ha calificado de “albatros togado” la decisión unánime de la Sala de lo Penal del Supremo de volver a sentarle en el banquillo de los acusados y repetir la vista oral que se celebró hace casi una década y que se resolvió con una condena de más de seis años de cárcel para los cinco dirigentes abertzales. La sentencia recibió en 2018 un varapalo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que consideró que se habían vulnerado los derechos de los acusados, y en julio pasado el alto tribunal español acordó anular las condenas cuando estas ya habían sido cumplidas por los responsables independentistas.
La última medida del Supremo, a juicio de Otegi, es una “aberración jurídica” cuyo objetivo principal es “criminalizar el liderazgo de la izquierda independentista vasca” y tiene la finalidad de “desestabilizar el actual escenario político” e impedir que EH Bildu tenga influencia en la política nacional. Ha considerado “curioso” que se pueda relacionar la decisión judicial con el apoyo de la formación abertzale a los Presupuestos Generales del Estado, pero tampoco ha descartado esta opción porque, según ha dicho, los jueces han decidido presentar “una enmienda a la totalidad a los presupuestos”. “No les gusta lo que está pasando, pero nuestro voto no se va a modificar. No vamos a cambiar de opinión”.
Tanto Campo como la ministra portavoz, María Jesús Montero, han respondido en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros a preguntas sobre la sentencia del Supremo y su influencia en las relaciones del Gobierno con EH Bildu. El titular de Justicia ha declinado pronunciarse sobre una decisión judicial, pero ha dejado claro que en España los tribunales actúan para hacer cumplir la ley y “nunca” intentan “criminalizar nada”.
Otegi ha comparecido este martes en San Sebastián acompañado por los otros cuatro condenados en el caso Bateragune ―el proceso seguido sobre el intento de reconstrucción de la Mesa Nacional de la ilegalizada Batasuna en la etapa final de ETA―, además de representantes de la Mesa Política de EH Bildu, entre ellos la portavoz parlamentaria de esta formación Maddalen Iriarte. En su intervención, ha enmarcado el último movimiento del alto tribunal en la estrategia que “sectores muy poderosos del Estado” están impulsando para “volver a un marco previo al régimen de 1978″ mediante una “salida de corte autoritario”. “Cada vez que la derecha pierde unas elecciones legislativas [en España], se refugia en los aparatos del Estado, en la judicatura y en sectores militares, policiales, económicos y mediáticos para seguir mandando desde ahí en la política del Estado español”, ha comentado.
El objetivo es “desestabilizar el actual escenario político”, ha dicho Otegi sin referirse al papel cada vez más relevante que está adquiriendo EH Bildu desde la investidura del presidente socialista Pedro Sánchez. “Para su desgracia”, ha señalado citando al PP y a Vox, “la izquierda soberanista crece, somos cada vez más decisivos. Esto es algo insoportable para quienes defienden la vuelta al régimen del 78. La izquierda abertzale se ha fortalecido y nuestra influencia está aumentando, aquí en el País Vasco, pero también en Navarra y en el Estado y esto les resulta insoportable”.
También ha asegurado que la decisión del Supremo tiene una derivada en clave catalana, porque supone declararse “insumiso” al tribunal de Estrasburgo y envía un mensaje a los independentistas de Cataluña para que “pierdan toda esperanza” de crear un estado propio. Otegi no ha querido vincularla a las negociaciones políticas para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), porque EH Bildu no tiene entre sus objetivos estar presente en el principal órgano de gobierno de la judicatura, aunque ha apostillado: “Otra cosa es que nosotros sí podemos coadyuvar a que haya espacios de los poderes del Estado que se tienen que democratizar. Nuestro objetivo no es democratizar el Estado español, sino construir una república vasca”.
Y ya en un tono más jocoso, Otegi se ha referido a las últimas declaraciones realizadas por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien se mostró partidario de que aquel dejara de liderar EH Bildu: “Aprendí de Telesforo Monzón que cuanto te atacan desde el Estado significa que algo bien estás haciendo. Ahora estamos en plena campaña de captación de militantes [de EH Bildu]. Cuesta 120 euros al año. Ya sé que a Marlaska no le gusta que yo siga en política, pero si quiere puede hacerse bilkide y así yo sabría a quién quiere el ministro del Interior como coordinador general de EH Bildu. Pero como mi candidatura no le gusta, me voy a volver a postular”, ha sentenciado.