Hospitalizado de urgencia el exjefe etarra ‘Kantauri’ tras sufrir un infarto días antes de su traslado de cárcel

Arizkuren, incluido por la izquierda abertzale entre los presos gravemente enfermos, había mostrado su renuncia a la violencia por escrito

El ex jefe de ETA 'Kantauri', en un juicio en la Audiencia Nacional en 2019.EFE

El exjefe militar de ETA José Javier Arizkuren Ruiz, alias Kantauri, ha sido ingresado de urgencia este domingo por la tarde en el Hospital Virgen de Arrixaca, en Murcia, tras sufrir una grave insuficiencia cardiaca en el Centro Penitenciario de Murcia II, donde está recluido, según han confirmado a EL PAÍS fuentes penitenciarias. La hospitalización se produce ...

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El exjefe militar de ETA José Javier Arizkuren Ruiz, alias Kantauri, ha sido ingresado de urgencia este domingo por la tarde en el Hospital Virgen de Arrixaca, en Murcia, tras sufrir una grave insuficiencia cardiaca en el Centro Penitenciario de Murcia II, donde está recluido, según han confirmado a EL PAÍS fuentes penitenciarias. La hospitalización se produce cuatro días después de que el Ministerio del Interior anunciase su próximo traslado al Centro Penitenciario de Logroño, dentro de la nueva política penitenciaria puesta en marcha por el Gobierno de Pedro Sánchez tras la disolución de la organización terrorista que se ha traducido, desde junio de 2018, en el acercamiento de 103 presos de ETA y la concesión del tercer grado o semilibertad a otros 16, de los que 13 también fueron trasladados de prisión para que esta medida de reinserción fuera efectiva.

Fuentes penitenciarias destacan que no es la primera crisis cardiaca que sufre el exjefe militar de ETA. De hecho, figura en la lista de presos enfermos para los que la izquierda abertzale lleva años solicitando su excarcelación. Fuentes de la prisión murciana señalan que desde que se conoció su próximo traslado a una cárcel cercana al País Vasco, Arizkuren se mostraba “intranquilo y nervioso”, circunstancia que achacan a que se le imputa haber dado la orden de secuestrar al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, destinado precisamente en el penal riojano. Su próximo ingreso en esta prisión había creado un enorme malestar entre los trabajadores penitenciarios. “Debería ser trasladado a otro centro, como Burgos o Zuera [en Zaragoza], pero no donde están los compañeros de una de sus víctimas”, critican fuentes sindicales. La prisión de Logroño se ha convertido en uno de las cárceles a la que están siendo trasladados un mayor número de reclusos etarras desde que se iniciaron los acercamientos.

El traslado de Kantauri fue anunciado por Interior el pasado jueves en una nota de prensa en la que también informaba de que iba a pasar de estar clasificado en primer grado, el más duro y que impide disfrutar de beneficios penitenciarios, al segundo grado, por lo que podrá solicitar permisos de salida. Según Instituciones Penitenciarios, la medida se había adoptado después de que el exdirigente etarra “ha aceptado la legalidad penitenciaria y ha remitido escritos en los que renuncia a la violencia y lamenta el dolor causado a las víctimas”. Fuentes policiales detallaron entonces a EL PAÍS que envió al director de su cárcel una misiva en la que reconocía “el daño provocado” y admitía que la actividad terrorista de ETA no sirvió para nada. Arizkuren es uno de los 42 presos de la organización que han enviado cartas pidiendo perdón en lo que va de año, según datos de la lucha antiterrorista.

Kantauri fue dirigente de la organización entre 1994 y 1999, cuando fue arrestado en Francia. Él fue el primer etarra entregado por Francia en virtud del mecanismo de entrega temporal en 2001, aunque su extradición definitiva no se produjo hasta noviembre de 2006, tras pasar siete años en cárceles galas para cumplir dos condenas impuestas en aquel país. El exjefe etarra está implicado en, al menos, una veintena de asesinatos, además del atentado frustrado contra el rey Juan Carlos I en Palma de Mallorca en 1985. También se le considera el ideólogo de la campaña de ataques contra cargos políticos del PP. En España acumula penas de cientos de años por asesinato, atentado, secuestro, depósito de armas, detención ilegal y falsificación, por los que tendrá que cumplir un máximo de 30 años de prisión.

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