La Moncloa intentó dejar fuera a Iglesias de la gestión de los fondos europeos, pero acaba cediendo a sus presiones

El Gobierno rectifica y deja el control de las ayudas al Consejo de Ministros tras las quejas de Unidas Podemos

El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, junto al vicepresidente segundo Pablo Iglesias, durante el Consejo de Ministros este martes en el Palacio de la MoncloaBORJA PUIG DE LA BELLACASA (AFP)

La coalición vive un nivel de tensión máximo justo cuando está a punto de consolidar la legislatura con una gran mayoría para los Presupuestos. Este martes protagonizó un rocambolesco episodio que concluyó con una rectificación completa por parte de Pedro Sánchez y su eq...

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La coalición vive un nivel de tensión máximo justo cuando está a punto de consolidar la legislatura con una gran mayoría para los Presupuestos. Este martes protagonizó un rocambolesco episodio que concluyó con una rectificación completa por parte de Pedro Sánchez y su equipo de La Moncloa, que había preparado un decreto en el que dejaban a Pablo Iglesias fuera del núcleo duro de la gestión del fondo europeo de recuperación. Tras la queja de Unidas Podemos, Sánchez ordenó un giro total: todos los ministros estarán en la comisión de control.

El jueves pasado, en plena crisis interna de la coalición y mientras los socialistas acusaban a sus socios de Unidas Podemos (UP) de desleales por presentar una enmieda antidesahucios con ERC y Bildu, el ministerio de la Presidencia introdujo en el circuito habitual de comunicación interna entre los ministerios un real decreto ley de 80 páginas, muy detallado, con un nombre pomposo: “medidas urgentes para la modernización de la administración pública y para la ejecución del plan de recuperación, transformación y resiliencia”.

En el texto, de 72 artículos y una decena de disposiciones, se desgranaba la gobernanza del proyecto estrella del Gobierno: la gestión de los fondos europeos de hasta 140.000 millones de euros que servirán para salir de la crisis económica y transformar el modelo productivo del país para modernizarlo, según los planes del Ejecutivo.

Los ministerios leyeron esas 80 páginas, y como le sucedió a todos los periodistas que lo hicieron este martes, en la vicepresidencia segunda no tardaron ni dos minutos en ver que allí fallaba algo importante. Todo el control del fondo, centralizado claramente en La Moncloa, pivotaba en torno a un órgano de nueva creación: la Comisión para la Recuperación, el núcleo duro decisivo para los próximos meses, marcados por ese gran fondo de recuperación. Y en su composición, dispuesta en el artículo 14, había 11 ministerios, 10 de ellos en manos socialistas y solo uno de Unidas Podemos —Trabajo, dirigido por Yolanda Díaz—, pero no estaba la vicepresidencia segunda, la de Pablo Iglesias —tampoco la primera, la de Carmen Calvo, pero sí la tercera, la de Nadia Calviño, y la cuarta, la de Teresa Ribera—. No estaba Iglesias, pero sí estaba inlcuido el presidente Sánchez, al frente del organismo, que dirigiría Calviño en su ausencia.

Nadie ha ofrecido aún una explicación formal, ni en público ni en privado, de por qué no estaba Iglesias y cómo se eligieron esos 11 ministerios —Hacienda, Transportes, Educación, Industria, Agricultura, Ciencia, Sanidad, Inclusión, además de los citados—, pero las especulaciones más extendidas ayer en La Moncloa señalan que se trataba de contar con los departamentos que más están implicados en el fondo, con más proyectos. Sin embargo, desde UP contestan que la vicepresidencia social de Iglesias tiene previsto gastar más de 3.000 millones en tres años de ese fondo de recuperación. En cualquier caso no pudo ser un despiste. Hubo una voluntad de dejar a Iglesias fuera de ese núcleo duro.

Nacho Álvarez, secretario de Estado de la vicepresidencia de Iglesias, vio enseguida el problema y lo trasladó a La Moncloa. El equipo de Iván Redondo, jefe de Gabinete de Sánchez, con Manuel de la Rocha como hombre clave en este asunto —de hecho es la figura central en la organización del control del fondo de recuperación— tomó nota, pero no se envió modificación alguna.

El lunes, aún de forma interna y discreta, Iglesias le trasladó a Sánchez en la habitual reunión de maitines que había que resolver este problema. Y el presidente le dijo que lo haría. Sin embargo, el texto no se cambió. Este martes, la Cadena SER difundió el decreto, al que tuvo acceso EL PAÍS, y el enfado privado se convirtió en público.

En La Moncloa, a primera hora, trataban de minimizar el hecho de que no estuviera Iglesias y destacaban que tampoco estaba Calvo. Pero en UP estaban indignados. Creen que la parte socialista aún no ha entendido del todo que gobierna en una coalición, y el líder del otro grupo tiene que estar detrás de todas las decisiones clave. Iglesias se ha quedado fuera de la salida del rey emérito de España, la fusión de Bankia y Caixabank, o la crisis migratoria en Canarias.

Esta vez las cosas fueron demasiado lejos. La crisis era importante y tuvieron que resolverla personalmente Sánchez e Iglesias por mensaje. Sus estrategas, Redondo y Juanma del Olmo —que también asisten los lunes a los maitines— cerraron el giro. A las 14.00 comparecía la portavoz, María Jesús Montero, para rematar la rectificación.

Según su versión, Sánchez ya había decidido que se cambiaría esa comisión para incorporar a todos los ministros, una manera de que entre Iglesias. Montero insistió en que lo publicado era una “versión antigua”, pero nadie había visto este martes ninguna nueva ya con Iglesias dentro.

Unidas Podemos vio en directo la rectificación con sorpresa. No esperaban que la solución fuera el absurdo de anular una comisión que había anunciado el propio presidente para subsumirla en el Consejo de Ministros con 23 miembros. Pero con esta salida todos dan por zanjada la crisis. De momento, porque la tensión sigue mientras ambos grupos aprenden a gobernar en coalición y están a punto de lograr oxígeno político para varios años con los Presupuestos.

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