Tenso careo en Kitchen. Fernández Díaz: “Los mensajes están manipulados”. Martínez: “¿Me acusas de cometer un delito?”
El exministro niega la versión del ex secretario de Estado de que le llamó para preguntarle por el confidente captado en la trama para espiar a Bárcenas
Jorge Fernández Díaz, exministro del Interior, y su antiguo número dos, Francisco Martínez, han protagonizado este viernes en la Audiencia Nacional un intenso careo sobre el conocimiento que ambos tuvieron de la Operación Kitchen, la trama parapolicial para espiar al extesorero Luis Bárcenas y arrebatarle papeles comprometedores para altos cargos del PP. Los dos se han mantenido en sus trece: Fernández Díaz ha negado tajantemente que conociera el despliegue, ha rechazado la veracidad de ...
Jorge Fernández Díaz, exministro del Interior, y su antiguo número dos, Francisco Martínez, han protagonizado este viernes en la Audiencia Nacional un intenso careo sobre el conocimiento que ambos tuvieron de la Operación Kitchen, la trama parapolicial para espiar al extesorero Luis Bárcenas y arrebatarle papeles comprometedores para altos cargos del PP. Los dos se han mantenido en sus trece: Fernández Díaz ha negado tajantemente que conociera el despliegue, ha rechazado la veracidad de los mensajes SMS guardados por su subordinado y ha reiterado que nunca contactó con él por teléfono para hablarle del confidente captado por la trama, según han confirmado fuentes jurídicas. Martínez, por su parte, ha sostenido todo lo contrario.
“No hice esa llamada”, ha asegurado Fernández Díaz. “Nunca oí hablar de Kitchen. No me creo ese operativo”, ha añadido el exministro. Martínez le ha replicado: “Me llamabas todos los días a cualquier hora, incluso los fines de semana”. El cruce de reproches ha ido en aumento.
—Los mensajes están manipulados— ha dicho el exministro.
—¿[Me] estás acusando de cometer un delito?— ha respondido Martínez— Me estás llamando falsificador.
Los dos antiguos altos cargos han llegado este viernes al juzgado minutos antes de las diez de la mañana, hora a la que estaban citados por el instructor Manuel García-Castellón. El magistrado quería sentar a los dos en la misma sala para cotejar las versiones contradictorias que ambos ofrecieron en sus respetivas declaraciones como imputados. Martínez admitió al juez que conocían la existencia de un operativo policial para seguir a Luis Bárcenas, aunque defendió que creía que era legal, y dijo que incluso Fernández Díaz le comentó que se había captado un confidente en el entorno del extesorero.
El exministro niega esta versión. Según él, no solo nunca se produjo esa conversación sobre un operativo, sino que tampoco reconoce los mensajes de móvil que el ex secretario de Estado guardaba en su teléfono y que ahora le cercan. El juez y los fiscales dan veracidad, en cambio, a esos SMS, que demostrarían que el integrante del Gobierno de Rajoy estaba al tanto del dispositivo.
—¿A santo de qué me iba a inventar todo esto?— ha insistido Martínez.
—Eso me pregunto yo— ha replicado el exministro.
En su declaración como imputado, el pasado 30 de octubre, Fernández Díaz aseguró que él no podía haber escrito los mensajes porque en uno de ellos se usaba la letra K (“kedado”) y él nunca lo hacía. El ex número dos de Interior ha insistido en que eso era mentira y ha propuesto al juez que se mirase la agenda del móvil de Fernández Díaz, ya que, ha insistido, algunos nombres de la misma aparecían escritos con K. En concreto, ha asegurado que así estaban recogidos en la terminal los apellidos del cardenal Antonio Cañizares y de Mauricio Casals, consejero del grupo Atresmedia. “Puede ser”, ha admitido el ministro.
“No me quedó más remedio”
Durante el careo, un medio extraordinario de prueba para aclarar declaraciones contradictorias de testigos o imputados, se han vivido momentos de tensión. El exministro ha acusado a su antiguo número dos de manipular los mensajes, como ya adelantó en un escrito donde pidió que se anulara su imputación. En un momento dado, el juez Manuel García-Castellón incluso ha tenido que llamar la atención a Fernández Díaz, pidiéndole que no se alterase y mantuviera la calma.
El careo, conducido por el juez, ha durado unas dos horas y ha navegado por los diferentes recovecos de la Operación Kitchen. Una trama a la que, en eso sí han coincidido ambos, nunca se refirieron con ese nombre —así la bautizaría el comisario jubilado José Manuel Villarejo, también imputado—. Entre otros aspectos, han abordado cómo el ex secretario de Estado se sintió abandonado por el PP y por su líder, Pablo Casado, cuando saltó el escándalo y él no fue en las listas al Congreso en julio de 2019. Martínez considera que actuaron con él de forma “indigna e inmoral”. “Me sentí tirado, abandonado y furioso”, ha asegurado.
El exministro ha llegado entonces a reprochar a su antiguo subordinado que, en conversaciones con terceras personas tras estallar el caso, lo calificara de “idiota integral, miserable y bobo”. Martínez ha retirado esos adjetivos —“estuvo fuera de lugar”—, pero se ha justificado en que lo hizo cuando su exjefe comenzó a hacer declaraciones públicas donde afirmaba que no sabía nada de Kitchen: “No me quedó más remedio”. También ha subrayado que llevó los mensajes de móvil a un notario porque sentía que el PP le había dejado de lado. En ese sentido, Fernández Díaz le ha reprochado que “qué es lo que podía haber hecho” por él y le ha espetado: “Estoy aquí sentado por ti”.
La defensa del ministro ha presentado un informe pericial para intentar acreditar que los mensajes fueron manipulados y se ha mostrado dispuesto a entregar a la Audiencia un antiguo móvil de su propiedad para que sea analizado, aunque ha recalcado que ya no guarda el terminal que usaba cuando era a miembro del Gobierno de Rajoy —el juez le ha requerido, de hecho, que se los haga llegar—. Martínez ha puesto en duda el valor de ese informe de parte al recordar que se había confeccionado sin haber tenido acceso a su móvil.
Contactos con la cúpula policial
Otro de los rifirrafes se ha producido al hablar de los contactos que ambos mantenían con los integrantes de la cúpula de la Policía Nacional implicados en la trama, los comisarios Enrique García Castaño y José Manuel Villarejo, que admitieron el operativo. El exministro ha negado que el primero le informara de Kitchen y ha asegurado que jamás habló con él. Según su versión, ni se cruzó llamadas ni mensajes con ese agente. Martínez ha replicado con ironía que, para mantener esas delicadas conversaciones, ya le mandaba a él; y que su antiguo jefe estaba al tanto de lo que pasaba dentro del ministerio y recibía “información de todos lados”.
“El ministro hablaba conmigo todos los días. Yo era la persona de su máxima confianza”, ha recalcado Martínez. “Eso lo tendré que decir yo”, ha contestado Fernández Díaz, que ha negado también que tuviese contactos habituales con Villarejo. Según su versión, solo le dijo una vez a Martínez que contactara con el comisario, pero luego se desinteresó. A eso, el ex número dos ha respondido que hubo muchas conversaciones con Villarejo y que informaba de ellas a su superior.