Casado pide no usar la salud de forma “partidista” pero afirma que “murieron más ancianos donde no gobernaba el PP”

El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, y el líder del PP, Pablo Casado, han protagonizado este domingo en Santiago de Compostela, ante un aforo limitado a 100 personas por el coronavirus, el primer mitin de la precampaña para las elecciones del próximo 12 de julio, en la que los populares aspiran a revalidar la mayoría absoluta, que sería la cuarta consecutiva. Como es habitual en las campañas gallegas, las siglas del partido eran prácticamente imperceptibles en el cartel, encabezado por ...

El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, y el líder del PP, Pablo Casado, han protagonizado este domingo en Santiago de Compostela, ante un aforo limitado a 100 personas por el coronavirus, el primer mitin de la precampaña para las elecciones del próximo 12 de julio, en la que los populares aspiran a revalidar la mayoría absoluta, que sería la cuarta consecutiva. Como es habitual en las campañas gallegas, las siglas del partido eran prácticamente imperceptibles en el cartel, encabezado por el nombre del candidato y la palabra Galicia repetida tres veces. Los discursos han vuelto a evidenciar los distintos tonos del PP gallego y la dirección nacional.

Feijóo presumió durante su intervención de no haber “dejado a nadie atrás” durante la epidemia, “tuvieran la edad que tuvieran” y Casado lo alabó por ello: “Era muy difícil, pero lo habéis logrado con atención medicalizada en las residencias, atención domiciliaria o telefónica....”. No obstante, en las últimas semanas, la dirección nacional del PP ha insistido, tras el escándalo de las residencias de ancianos en la Comunidad de Madrid, que la responsabilidad era de Pablo Iglesias. Tras pedir “sacar la salud de la confrontación partidista”, el presidente de los populares añadió: “Me causa vergüenza ver cómo el Gobierno de la nación nos arroja las cifras de muertes de ancianos en las residencias. Donde más fallecidos hubo fue en las comunidades autónomas donde no gobernaba el PP. Es la primera vez que lo digo ―dijo antes de repetirlo― porque no me parece relevante, nosotros no somos así y lo que decimos es que, aunque haya sido en comunidades autónomas gestionadas por otros partidos donde más muertes ha habido en residencias de ancianos, lo que nos tiene que preocupar es que eso no se repita”.

La epidemia ha acaparado las intervenciones. Feijóo inauguró la suya pidiendo un minuto de silencio para los 619 fallecidos por coronavirus en Galicia, después de emitir un video en el que presumía de gestión durante la pandemia. En la grabación se escuchó al presidente de la Xunta “garantizar la lealtad de Galicia al Gobierno de España”, así como palabras del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, uno de los objetivos de la oposición de Génova, alabando la labor del personal de Sanidad gallego. “Que no tengan ninguna duda: si hay que elegir entre Galicia y el partido, siempre ganará Galicia”. “Las peleas sobran. Nosotros, a Galicia. Es nuestra forma de hacer política: la tolerancia a los pensamientos distintos. No caer en el insulto”, insistió Feijóo, que en las últimas semanas ha criticado abiertamente, por ejemplo, las declaraciones de la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo ―a lo que ella replicó que tampoco le gustaban algunas de las intervenciones del presidente gallego―. Feijóo alabó, sin embargo, lo que describió como “crítica constructiva” de Casado contra el Ejecutivo.

El candidato gallego terminó su discurso con el siguiente mensaje: “La alternativa a este Gobierno [en alusión a la coalición del PSOE y Podemos] es Galicia”. “Galicia no se puede explicar sin el PP ni el PP sin Galicia”, retomó Casado, que viajó a Santiago en furgoneta ―“como peregrino”, dijo, tras tres meses de confinamiento―. Feijóo declaró que, en todo caso, está “únicamente a disposición de Galicia”.

El líder del PP insistió en sus propuestas para crear un departamento de atención a las víctimas del coronavirus y una agencia para la prevención de epidemias y trató de presentarse como “un partido de Estado” que apoyó al Gobierno “durante dos meses sin pedir nada a cambio”, en alusión al estado de alarma. Casado admitió, no obstante, que cuando el partido votó abstención en el Congreso a una de las últimas prórrogas, lo hizo sabiendo que “saldría adelante” de todas formas porque el Ejecutivo ya había reunido apoyos suficientes negociando con otros partidos, entre ellos, Ciudadanos, su socio en cuatro gobiernos autonómicos.

El presidente gallego aseguró que Galicia había respondido a la epidemia “con sentimientos y sentidiño”, la palabra más repetida durante el acto, y presentó las elecciones del 12 de julio como la alternativa entre dos opciones: “Este equipo o la suma de cuatro partidos. No se puede llegar a la Xunta de Galicia en plena pandemia a aprender”. Las encuestas apuntan a una nueva victoria del PP, pero el presidente gallego pidió a los suyos que no se confíen. “Si no tenemos hambre, si no pateamos todas las aldeas, no lo conseguiremos. No he ganado nada. No se ha votado. Aún no hay ni un voto en una urna. Dicen que los gallegos son desconfiados, pero la desconfianza a veces es un signo de inteligencia”.

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