Los candidatos de Iglesias se imponen en todos los congresos autonómicos de Podemos

El vicepresidente logra por primera vez el control en Andalucía tras la marcha de Teresa Rodríguez

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, esta semana en el Congreso.Ballesteros (EFE)

Ahora sí no hay más poder que el de Pablo Iglesias en Podemos. El resultado de los congresos celebrados en 11 comunidades, conocido este viernes, fue el que se esperaba: en todos los casos se impusieron los candidatos afines al líder. El secretario general logra así el control en plazas que siempre se le habían rebelado, como Andalucía, que será pablista por primera vez desde 2015 tras la salida de Podemos de los Anticapitalistas, el último sector crítico del partido....

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Ahora sí no hay más poder que el de Pablo Iglesias en Podemos. El resultado de los congresos celebrados en 11 comunidades, conocido este viernes, fue el que se esperaba: en todos los casos se impusieron los candidatos afines al líder. El secretario general logra así el control en plazas que siempre se le habían rebelado, como Andalucía, que será pablista por primera vez desde 2015 tras la salida de Podemos de los Anticapitalistas, el último sector crítico del partido.

Iglesias ya se había asegurado antes de la votación, que se celebró de forma telemática esta semana, la victoria en Madrid, Murcia, Cantabria y Extremadura, al no presentarse más que una candidatura, pero en las demás batallas tampoco hubo sorpresas. Nadie ha logrado imponerse al aparato del partido, hoy más fuerte que nunca con el líder como vicepresidente del Gobierno y una dirección nacional copada por sus afines. Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana, País Vasco, Castilla-La Mancha y la Rioja se suman a la línea pablista y acaban de cerrar el círculo de poder alrededor del secretario general.

El poder territorial siempre fue un dolor de cabeza para Iglesias. Las direcciones autonómicas, en las que regularmente se han alzado voces críticas frente a la línea marcada por Madrid, estaban sumidas en un mayúsculo caos con ocho de ellas dirigidas por gestoras a raíz de destituciones desde la dirección nacional o disputas internas. Unos congresos rápidos, celebrados inmediatamente después del congreso estatal, han impuesto una calma territorial que no se había vivido desde la fundación del partido.

El cierre de filas total con el secretario general, que acaba de ser reelegido para un tercer mandato al frente del partido, comenzó a dibujarse en enero de 2019. La salida del también fundador de Podemos Íñigo Errejón empezó a despejar el camino de Iglesias. La marcha en febrero de los Anticapitalistas, contrarios a la entrada del partido en el Gobierno de coalición, dejó al videpresidente sin su último contrapeso interno, un papel que jugaba la hasta ahora líder andaluza Teresa Rodríguez.

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