Arancha González Laya | ministra de Asuntos Exteriores

Arancha González Laya: “Es tiempo de política, no de tecnocracia”

“Queremos controlar cuanto antes la pandemia para recibir turistas”, asegura la ministra de Asuntos Exteriores

La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, en febrero.Samuel Sanchez

Arancha González Laya (Tolosa, Gipuzkoa, 50 años) llegó a la cartera de Exteriores del Gobierno de Pedro Sánchez con la etiqueta de tecnócrata especializada en comercio mundial. Pero su brillante trayectoria profesional, que ha pasado por la Comisión Europea o la Organización Mundial de Comercio, no le impide defender con ahínco que la crisis provocada por la covid-19 abre un “tiempo de política, no de tecnocracia”. Este viernes asiste a la reunión (p...

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Arancha González Laya (Tolosa, Gipuzkoa, 50 años) llegó a la cartera de Exteriores del Gobierno de Pedro Sánchez con la etiqueta de tecnócrata especializada en comercio mundial. Pero su brillante trayectoria profesional, que ha pasado por la Comisión Europea o la Organización Mundial de Comercio, no le impide defender con ahínco que la crisis provocada por la covid-19 abre un “tiempo de política, no de tecnocracia”. Este viernes asiste a la reunión (por videoconferencia) del Consejo de ministros de Exteriores de la UE, una cita en la que defenderá una respuesta contundente de Europa a la mayor recesión económica desde la II Guerra Mundial.

Pregunta. Se suponía que un problema tan supranacional y transfronterizo como una pandemia era la ocasión ideal para que la UE se reivindicase ante los ciudadanos. Pero hasta ahora, parece más bien al contrario.

Respuesta. Quiero ver la respuesta europea como un vaso medio lleno. Se ha hecho un esfuerzo importante de buscar una respuesta rápida, quizá porque ya aprendimos en la crisis de 2008 que la lentitud y el gradualismo no ayudan a cortar de raíz el problema. Ahora ha habido una reacción rápida por parte del BCE, de la Comisión y del Eurogrupo. Y en tiempo récord, gracias en parte a la insistencia del presidente del Gobierno, se ha aceptado que hay que construir un fondo de recuperación. Todo esto se ha conseguido en apenas dos meses. Ahora falta llenar el vaso del todo. Y eso debe hacerse con el nuevo marco financiero de la UE y con el fondo. Aquí es donde nos jugamos la salida de la crisis. Cuanto más importante sea la respuesta ahora, menos durará la crisis en Europa. Y cuanto más tímidos o timoratos seamos, más larga será. Esto es lo que hay que entender. Y no nos olvidemos: esta crisis llega en un momento de gran fractura geopolítica. La crisis no afecta solo a nuestro crecimiento y empleo, sino también a la capacidad de Europa de tener una autonomía estratégica en el mundo y de ser capaz de liderar en cuestiones globales, para no limitarse a ser simplemente el apéndice de otros.

P. El Parlamento Europeo ha advertido esta semana a la Comisión de que no aceptará “hechicería financiera”, un fondo con muy poco dinero real y la esperanza de atraer inversión privada. ¿Se conformaría España con un fondo como el que sugiere la Comisión?

R. Es muy interesante que el Parlamento avise a la Comisión y al Consejo de la seriedad de la situación y de la importancia de estar a la altura de las circunstancias. Y, en un gesto bastante extraordinario, prácticamente todos los grupos políticos han apoyado una resolución con ese mensaje. El Parlamento le dice al Consejo que es tiempo de política, no es tiempo de tecnocracia. Y que asuman sus responsabilidades.

P. Hasta ahora, la UE ha ofrecido créditos a los países golpeados por la pandemia, como España o Italia. ¿Qué porcentaje de subsidios debería ofrecer el fondo para que se tratara de un mecanismo solidario?

R. Ahora no toca decir el porcentaje de subsidios en el fondo. Pero una parte importante del fondo de reconstrucción europeo deberá hacerse en forma de transferencias. España ha hecho un ejercicio de solidaridad al aceptar que se flexibilicen las normas sobre ayudas de Estado para que los países que pueden permitírselo, empezando por Alemania, socorran a sus empresas. Ahora España también quiere que otros países sean solidarios y entiendan que el nivel de endeudamiento público provocado por esta crisis hace imprescindible que una parte importante del plan de reconstrucción sea en forma de transferencias, no simplemente de más crédito.

P. La reciente sentencia del Tribunal Constitucional alemán ha puesto en jaque la intervención del BCE para atajar la crisis. Algunos analistas apuntan que será imprescindible avanzar en la integración fiscal para sortear el obstáculo de los jueces alemanes. ¿Apoya España esa vía?

R. La respuesta a la sentencia del Constitucional alemán no puede ser técnica ni tecnocrática. Tiene que ser una respuesta política, porque desde el punto de vista jurídico está claro. Ningún ciudadano ni ninguna institución en la Unión Europa está por encima de la ley europea. Así que jurídicamente está claro. Pero creo que la sentencia no es una interpretación jurídica, sino que entra en el campo de lo político. Y por tanto la respuesta tiene que ser política. Una respuesta del Consejo Europeo en que los Estados miembros decidan avanzar hacia una mayor integración fiscal. Y España apoyará esos esfuerzos.

P. España ha anunciado una cuarentena para las personas que lleguen desde otro país al mismo tiempo que la Comisión Europea ha recomendado la apertura gradual de fronteras para favorecer el turismo.

R. La Comisión pone en todas sus recomendaciones una coletilla final que dice que deben seguirse las recomendaciones sanitarias. Nosotros nos tomamos muy en serio esa recomendación. Ni antes éramos temerarios ni ahora somos temerosos. Antes y ahora somos prudentes. En España la desescalada es asimétrica y no hay todavía libertad de movimiento dentro del territorio nacional. Mientras estemos en esta situación sería un poco incongruente permitir a las personas que llegan de fuera la libertad de movimiento que no tienen los españoles. Cuando termine la desescalada, iremos abriendo gradualmente y sin discriminaciones.

P. ¿Cuándo podría empezar esa apertura gradual?

R. Más que fijar una fecha o un momento a partir del cual vamos a tomar una serie de acciones, lo que nos preocupa es ir construyendo el plan gradual y en función de la pandemia

P. ¿Negocia España acuerdos bilaterales con otros países de la UE para permitir la exención recíproca de cuarentenas?

R. Tengo contactos constantes con todos mis homólogos y todos somos extremadamente prudentes. En España somos conscientes de la importancia del turismo para nuestra economía, para el empleo, y de que somos un país de acogida de millones de turistas cada año. Desde el Gobierno queremos controlar cuanto antes la pandemia para recibir a estos turistas, a los que valoramos y apreciamos, pero siempre dentro del control de la pandemia. No olvidemos que aún no disponemos de vacuna ni de tratamiento y que el grado de inmunización en España es relativamente bajo, con lo cual tenemos que mantener nuestra prudencia al máximo.

P. El organigrama de su ministerio está incompleto, sigue vacante un puesto clave como la subsecretaría. ¿Cuándo va a proceder al nombramiento?

R. El relevo se va a producir en breve tras la reactivación de la actividad regular del ministerio coincidiendo con la desescalada.

“Oportunidad en Venezuela”

P. La pandemia ha quitado de la actualidad temas como Venezuela, pero el conflicto sigue ahí. ¿Concede credibilidad al intento de invasión que ha denunciado el Gobierno de Maduro?

R. Creo que lo importante es no dejar pasar la oportunidad que ofrece la pandemia de crear un consenso nacional en Venezuela. Es lo que España está impulsando con la Unión Europea y Naciones Unidas.

P. ¿Está mediando España entre Maduro y Guaidó?

R. Mediar es una palabra muy grande. España tiene ambiciones claras en este conflicto pero modestas. España habla con todas las partes y busca impulsar soluciones de diálogo, cooperación y colaboración en Venezuela. Es el mensaje machacón que hay que repetir si queremos contribuir a desencallar el conflicto. Y queremos también impulsar un esfuerzo de solidaridad internacional con los países vecinos, en particular, Colombia, Perú y Ecuador, donde se encuentra el 80% de los 5 millones de venezolanos desplazados. Es el segundo mayor éxodo del mundo, después de Siria.

P. La covid-19 también ha tensado la agenda internacional, en especial, con China. Algunos socios europeos secundan una investigación internacional sobre el origen del virus y apuntan hacia Pekín. ¿Secunda España esa iniciativa?

R. España ya ha dicho que va a crear una comisión para evaluar el impacto de esta crisis y como se reaccionó. Por tanto, nos sentimos legitimados para pedir que también se haga a nivel internacional. Pero entendiendo que no es un ejercicio para acusar a nadie, sino para extraer lecciones. Para que la próxima vez que haya que enfrentarse a una pandemia nos pille a todos mejor preparados.

P. Otro punto caliente es Israel. El nuevo Gobierno de Netanyahu amenaza con anexionarse parte de Cisjordania.

R. Celebro la formación de un nuevo gobierno, pero vemos con gran preocupación la posible anexión de una parte del territorio de Cisjordania. Es un riesgo para la reputación internacional de Israel, por la violación del derecho internacional que esto podría suponer. En segundo lugar, no ofrece una solución estable para la población palestina que habita engaza y en Cisjordania. Y tercero, es un reto desde el punto de vista de la paz y la seguridad con sus vecinos. Pedimos prudencia y creemos que todavía hay tiempo pare evitar el unilateralismo de Israel e iniciar un nuevo proceso de diálogo.

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