Atila, el robot del Ejército contra el coronavirus
Defensa prueba un sistema antiexplosivos con un emisor de luz ultravioleta para desinfectar instalaciones sensibles
Si las pruebas concluyen con éxito, el Ejército de Tierra contará en breve con una nueva arma para luchar contra la pandemia. Desde el pasado 1 de mayo, el Parque Central de Mantenimiento de Ingenieros de Guadalajara está probando el proyecto Atila. Y este martes y miércoles se desarrollará el primer ensayo real en las instalaciones del Centro de Comunicaciones de Naciones Unidas en Manises (Valencia).
Atila es un robot al que se ha instalado un emisor de luz ultravioleta (UV). Se sabe que este tipo de rayos, especialmente los de banda C (onda muy corta), son capaces de destruir todo ti...
Si las pruebas concluyen con éxito, el Ejército de Tierra contará en breve con una nueva arma para luchar contra la pandemia. Desde el pasado 1 de mayo, el Parque Central de Mantenimiento de Ingenieros de Guadalajara está probando el proyecto Atila. Y este martes y miércoles se desarrollará el primer ensayo real en las instalaciones del Centro de Comunicaciones de Naciones Unidas en Manises (Valencia).
Atila es un robot al que se ha instalado un emisor de luz ultravioleta (UV). Se sabe que este tipo de rayos, especialmente los de banda C (onda muy corta), son capaces de destruir todo tipo de gérmenes y bacterias, pero también que pueden causar graves lesiones en los ojos y la piel.
Por eso, el Ejército ha utilizado un robot Teodor (Telerobot de Observación y Eliminación de Municiones Explosivas, por sus siglas en inglés), diseñado para la desactivación a distancia de artefactos explosivos por la compañía alemana Telerob, propiedad de la británica Cobham. Y le ha incorporado una lámpara de rayas UV que puede ser activada y dirigida a distancia, sin que nadie tenga que estar presenta y exponerse a sus efectos.
El objetivo es utilizar Atila para la descontaminación de instalaciones sensibles, como equipos electrónicos e informáticos, que podrían resultar dañados si se desinfectaran con agresivos químicos. Hasta ahora, los militares se han valido de una panoplia de instrumentos (mangueras, mochilas, cañones nebulizadores e incluso drones) para rociar con una mezcla de agua e hipoclorito de sodio (lejía) centros sanitarios o residencias de ancianos. Ahora, el propio Departamento de Transportes de Nueva York está probando el uso de lámparas ultravioleta para descontaminar vagones de tren o autobuses.
El proyecto del Ejército ya estaba en marcha, pero las pruebas se han acelerado para validar la efectividad de los sistemas de luminarias germicidas en el marco de la Operación Balmis, que coordina las actuaciones de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el coronavirus.
El primer prototipo del Teodor con emisor de luz UV, de los dos que está previsto adquirir, ya ha sido entregado al Mando Componente del Ejército; y también se han realizado pruebas con el Telemax, un robot de recogida de muestras en zonas contaminadas que utiliza el Gietma (Grupo de Intervención de Emergencias Tecnológicas y Medioambientales) de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
Fuentes de Defensa subrayan que aún se está en fase de ensayo y habrá que esperar a conocer resultados antes de extender su uso. Falta saber si, como se presumía del caballo del rey de los hunos, por donde pasa Teodor no queda ni rastro del virus.
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