Desmontando ilusiones en la Feria de Abril

Los operarios han comenzado a desmontar este jueves la portada de la Feria de Abril de Sevilla, después de que el pasado lunes el Ayuntamiento confirmara que la gran fiesta que reúne a un millón de personas en 270.000 metros cuadrados durante una semana tampoco podrá celebrarse en septiembre. Tras la entrada en vigor del estado de alarma, el consistorio había anunciado su aplazamiento para tratar de salvar un evento que en 2019 tuvo un impacto económico de 1.22...

Los operarios han comenzado a desmontar este jueves la portada de la Feria de Abril de Sevilla, después de que el pasado lunes el Ayuntamiento confirmara que la gran fiesta que reúne a un millón de personas en 270.000 metros cuadrados durante una semana tampoco podrá celebrarse en septiembre. Tras la entrada en vigor del estado de alarma, el consistorio había anunciado su aplazamiento para tratar de salvar un evento que en 2019 tuvo un impacto económico de 1.220 millones de euros, lo que supone el 4,5% del PIB local. Es la primera vez que se suspenden Semana Santa y Feria de Abril, desde que esta fiesta nació como una feria de ganado en 1847 autorizada por decreto por Isabel II.

En lugar de furgonetas llenas de cajas de fino para hacer el rebujito y gente cargando las neveras para el comienzo de la fiesta con la cena de la Noche del Alumbrado, prevista para el sábado 25, en el real de la feria solo hay trabajadores desmontando las 1.052 casetas que estaban casi terminadas e iban a quedarse en Los Remedios hasta septiembre. Sin embargo, la Delegación de Gobernación y Fiestas Mayores ha enviado una carta a los titulares de las casetas para informarles de que devolverán las tasas abonadas y solicitarles el desmontaje de todas las estructuras. Los dos millones de euros que el Ayuntamiento ha invertido hasta ahora en los preparativos se dan por perdidos.

“El montaje de la feria cualquier año tiene un coste de 4,5 millones de euros para el Ayuntamiento. Pero se generan ingresos por las tasas de las casetas y las atracciones por un importe de 4,4 millones. La paralización de los trabajos cuando se inició la crisis sanitaria ha permitido un importante ahorro, puesto que no se llegaron a formalizar o a ejecutar muchos contratos. Se ha conseguido salvar más de la mitad del coste habitual de la feria”, han explicado fuentes municipales.

“El mantenimiento de las estructuras hasta la feria de 2021 no es viable por distintos motivos. Los primeros 8 metros de las estructuras de las casetas más los 4,5 de anchura del módulo los pone el Ayuntamiento mediante el sistema de alquiler. El resto, es de los particulares. Muchos de ellos los alquilan a empresas montadoras que los usan en otras ferias. Por tanto, no podrían mantenerse hasta el año próximo. Aún en el caso de que pudiera hacerse, exigiría una vigilancia mensual con un coste muy elevado. Aparte, habría que abrir nuevos procedimientos administrativos para llegar a acuerdos con las empresas contratadas”, añaden desde el Consistorio.

“Esto es terrorífico. Vamos a terminar de desmontar y no sé si volveré a trabajar otra vez con muchos de mis clientes. Nosotros tenemos 31 casetas terminadas al 90%, apenas nos faltaban algunos detalles, y la mitad de ellos ya me han dicho que no me pueden pagar. Con el resto hemos llegado a un acuerdo y abonarán lo que se ha hecho. Estamos trabajando desde octubre y si no cobro nada tendré 90.000 euros de pérdidas”, ha explicado Daniel Carnerero, quien desde 2000 tiene una empresa que monta, desmonta y almacena durante todo el año casetas de feria. Carnerero tiene contratados a 19 trabajadores que, como él, vienen de La Roda de Andalucía, a casi 130 kilómetros de la capital.

“Es un trabajo que nos ocupa casi cinco meses y mis trabajadores van a cobrar. Antes y después del montaje todos los elementos hay que limpiarlos y requieren un mantenimiento, además del almacenaje. Hay gente que ha tenido una reacción que nunca me hubiese imaginado. El mejor amigo que tenía en Sevilla era el presidente de una caseta, fulanito de copas, y ahora es mi mejor enemigo”, se lamenta el empresario.

El golpe para la ciudad no solo es económico, sino también anímico, ya que la Feria de Abril es para muchos la semana más esperada del año, unos días dedicados por entero al hedonismo. De forma que muchos sevillanos están haciendo gala de ingenio y buen humor para recrear estos días. Los balcones engalanados como si fueran portadas de casetas -Las Encerrás, Los Confináos-, las fotografías con los trajes de gitana durante el encierro y los memes en las redes sociales no paran de circular. Hasta hay quien ha montado caseta en una terraza, como muestra una fotografía que circula por WhatsApp; todos están calentando el ambiente esta semana con el famoso lema: “Ya huele a feria”. Incluso algunas bodegas, como la sanluqueña Barbadillo, ha lanzado una campaña para celebrar el alumbrado durante el encierro y ha puesto a la venta una caja de manzanilla, con sus catavinos y farolillos para adornar los balcones.

Entre tanta desilusión, Javier Navarro de Pablos, el arquitecto que el pasado noviembre ganó el concurso para la portada de la feria de 2020 con un diseño inspirado en el hotel Alfonso XIII, está contento porque su proyecto se mantendrá para 2021, según ha adelantado el alcalde, Juan Espadas.

“Estoy agradecido por la decisión, porque ser el único que no inaugura su portada hubiese sido muy frustrante. Pero hay que relativizar, porque la portada no deja de ser un regalo, un añadido, y hay gente que lo está pasando muy mal con la pandemia”, ha comentado el arquitecto, sevillano de 29 años y el más joven de cuantos han ganado este concurso público que comenzó a celebrarse en 2006. Anteriormente lo realizaban desde la Delegación de Fiestas Mayores.

La portada, inspirada en la arquitectura regionalista como establecían las bases del concurso, es un homenaje a los viajeros a través del Alfonso XIII, obra de 1928 de José Espiau, y especialmente a aquellos navegantes que hace 500 años completaron la circunnavegación de la tierra. La empresa Ferrovial, que construye la gran estructura de 38 metros de ancho por 47 de alto, comenzó a trabajar el 13 de enero y estaba previsto que terminaran a finales de marzo, para después iniciar el panelado. El desmontaje, que durará varios meses, quedará para siempre en la memoria colectiva de Sevilla.

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