División entre los grupos del Congreso sobre la fórmula para fiscalizar al Gobierno

Los partidos no se ponen de acuerdo en una fórmula para poder controlar al Ejecutivo

Miembros de la Comisión de Sanidad del Congreso guardan el pasado jueves un minuto de silencio por las víctimas del coronavirus.J.J. Guillén (EFE)

No hay un frente común de la oposición sobre cómo se controla al Gobierno en tiempos de pandemia. Solo les une la crítica al Ejecutivo, pero no se ha planteado una solicitud expresa de convocar más plenos que los previstos para prorrogar el estado de alarma, como el de la próxima semana. Unidas Podemos ha dado el paso de presentar una iniciativa para que en situaciones excepcionales puedan hacerse plenos telemáticos. Pero se requieren meses para aprobar ese cambio en el reglamento y el PSOE no hará nada para acelerarlo.

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No hay un frente común de la oposición sobre cómo se controla al Gobierno en tiempos de pandemia. Solo les une la crítica al Ejecutivo, pero no se ha planteado una solicitud expresa de convocar más plenos que los previstos para prorrogar el estado de alarma, como el de la próxima semana. Unidas Podemos ha dado el paso de presentar una iniciativa para que en situaciones excepcionales puedan hacerse plenos telemáticos. Pero se requieren meses para aprobar ese cambio en el reglamento y el PSOE no hará nada para acelerarlo.

Cuando el próximo martes se reúna la Mesa del Congreso, sus miembros se encontrarán con un abultado número de iniciativas de todos los grupos. La ausencia de plenos y de comisiones no ha frenado la capacidad de los grupos de presentar iniciativas, sobre todo de control al Gobierno, con petición de comparecencias, además de preguntas por escrito. Lo último es fácil, no así todas aquellas que requieran la presencia de los parlamentarios y los ministros.

Las dificultades son muchas y las opciones limitadas ante las restricciones que impone el estado de alarma. Las sesiones presenciales no solo implican un riesgo de contagio para los diputados sino para el personal del Congreso, como recalcan fuentes parlamentarias. Hasta ahora, la acusación más rotunda de que el Gobierno “ha cerrado el Parlamento” viene del PP, y singularmente de su portavoz en la Cámara baja, Cayetana Álvarez de Toledo. Su sentencia de que un Parlamento “no se cierra ni en una guerra” es el paradigma de esta situación excepcional que viven el país y sus instituciones.

Las peticiones de los grupos se debatirán el martes en la Mesa y, en principio, todas tendrán el visto bueno. La discusión y la toma de decisiones vendrán dos horas más tarde en la reunión de la Junta de Portavoces, donde cada grupo tendrá que manifestarse sobre si quiere que cambie el sistema de celebración de plenos o continúan solo las sesiones para tratar las prórrogas del estado de alarma. El Grupo Popular, el más reivindicativo y crítico, verá admitidas sus peticiones de que comparezcan los ministros de Interior y Exteriores. El marco más previsible será el de la Comisión de Sanidad, ya que ambas comparecencias se solicitan para pedir explicaciones sobre la actuación de los titulares de Interior, Fernando Grande–Marlaska, y Exteriores,Arantza González–Laya, sobre aspectos del control y gestión de la pandemia.

El PP quiere un Congreso y un Senado más activos, aunque no precisa si de manera presencial, en tanto que Ciudadanos insiste en que se dispongan los acuerdos necesarios para celebrar sesiones de forma telemática. Los grupos nacionalistas están más por mantener el confinamiento y argumentan que eso es lo que se le exige al resto de la población. Los impedimentos no son tecnológicos sino normativos: el actual Reglamento del Congreso exige la presencia física de los diputados para defender sus posiciones, por lo que se requiere una imprescindible reforma a fin de permitir los debates telemáticos.

Esta es la iniciativa que ha tomado Unidas Podemos en solitario, en uso de la libertad para presentar iniciativas parlamentarias que al comienzo de la legislatura pactó con sus socios del PSOE. La proposición de ley del partido de Pablo Iglesias será admitida por la Mesa, aunque no hay previsión de cuándo puede empezar su tramitación, que durará como mínimas semanas desde que se ponga en marcha el proceso. Las fuentes socialistas consultadas se limitaron a señalar que seguirá “su tramitación normal”, lo que indica que debe descartarse la celebración de plenos semanales hasta el verano.

En la propuesta del grupo confederal de Unidas Podemos se especifica que la realización de la actividad parlamentaria por dispositivos electrónicos se podría establecer, siempre en circunstancias excepcionales, por un plazo de 10 a 30 días, aunque prorrogable. Plenos, comisiones, reuniones de la Mesa y de la Junta de Portavoces entrarían en este formato inédito.

La próxima semana se celebrará el pleno para convalidar la prolongación del estado de alarma con presencia de no más de 40 diputados, como ha venido ocurriendo desde la irrupción de la pandemia. Lo único telemático será el voto de más de 300 parlamentarios.

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