Si tienes 24 horas en Alcalá de Henares estas son las visitas imprescindibles
Pasamos un día en la ciudad madrileña donde nacieron o vivieron los mejores escritores del Siglo de Oro español y que hoy un lugar privilegiado para estudiantes, rodajes de películas y celebración de eventos culturales
En 2015, la autora cubano-mexicana Gabriela Guerra Rey publicaba un artículo titulado Por quién vuelan las cigüeñas en referencia a su visita a “una ciudad preciosa, que bebe de numerosas tradiciones históricas y culturales, desde romanos y árabes hasta las grandes letras de los escritores españoles que pasaron por su magnífica universidad”. Esta ciudad era Alcalá de Henares, una localidad madrileña patrimonio mundial de la Unesco desde diciembre de 1998. Un lugar que ofrecía, a sus ojos, “las mejores tapas, las buenas cañas, los espacios sagrados, la historia vívida, los inmensos nidos de cigüeñas empollando en lo alto de sus torres, palacios y monasterios”.
En Alcalá, también lugar por antonomasia para localizaciones del cine histórico —su Oficina de Rodajes ofrece sus servicios de manera gratuita—, se puede vivir toda una jornada estupenda con uno de los mayores genios de la literatura universal, Miguel de Cervantes, siempre como referencia inexcusable.
9.00 Plaza principal y calle Mayor
Precisamente la plaza de Cervantes (1), el corazón de la ciudad, es el sitio donde arrancar la visita. En determinados momentos del año, —finales de agosto e inicios de octubre, sobre todo— ofrece conciertos y verbenas regresando al Siglo de Oro con el Mercado Cervantino, un impresionante espectáculo que no cesa durante todo el día con personajes de la obra del autor del Quijote, pasacalles y torneos medievales, entre otras cosas. En la plaza se encuentra una estatua del escritor obra del italiano Carlo Nicoli Manfredi, inaugurada en 1879, y el Quiosco de la Música, que data de finales del siglo XIX. Detrás está la torre de la antigua iglesia de Santa María la Mayor —destruida por un incendio en julio de 1936—, y un mirador de la ciudad al que se puede acceder gratuitamente y a cuyos pies estuvo la pila bautismal de Cervantes.
Conectada con la plaza más grande e importante de la ciudad está la calle Mayor que presenta una estructura soportalada. Era la zona comercial del barrio judío y hoy está repleta de bares y restaurantes donde desayunar y emprender una jornada quijotesca. Todo un viaje en el tiempo.
10.30 Visita cervantina
Tal viaje podría empezar ya en Madrid subiéndose, en la estación de Atocha, al Tren de Cervantes, que opera algunos sábados de abril a julio y de septiembre a diciembre (el billete de ida y vuelta cuesta 22 euros). Creado en 1997, es un trayecto de poco más de media hora durante la cual unos actores recrean la obra cervantina y se completa con una visita guiada para conocer lo más valioso de Alcalá de Henares. De hecho, también se puede hacer una Ruta Cervantina para conocer numerosas ubicaciones vinculadas con el poeta, narrador y autor teatral: desde la Capilla del Oidor (2), donde en 1905 se trasladó la pila donde recibió las aguas bautismales el 9 de octubre de 1547, hasta el Museo Casa Natal de Cervantes (gratuito) (3). Este edificio, que una investigación de 1956 indicó que fue la casa de la familia del escritor, actualmente evoca lo que podría ser, por medio de sus 13 salas, un hogar acomodado del siglo XVI que, además, exhibe una gran colección de ediciones del Quijote.
12.00 Un pasado romano
En tiempos del Imperio romano, Alcalá se denominó Complutum, y restos de aquel periodo pueden hoy pisarse en la Casa de Hippolytus (4), situada en el límite de la ciudad y construida entre los siglos III y IV. La visita, que es gratuita (los sábados también mediante una guía de una hora duración), lleva a conocer lo que era un colegio para jóvenes de la sociedad noble, rodeado de jardines y que contaba con una zona termal. Aún se pueden apreciar diferentes partes de la casa, como un horno para cocinar o un pozo y, sobre todo, un mosaico en que se ve a tres individuos en una barca pescando y que realizó uno de los maestros, Hippolytus.
Entre otras muchas huellas arqueológicas que ver, destaca la Casa de los Grifos (5), de la etapa del emperador Augusto, donde puede admirarse un conjunto de animales mitológicos que forma la pintura mural que mejor se conserva en España de la época romana.
14.00 Almuerzo en La Hostería del Estudiante
En la Manzana Fundacional Cisneriana (creada por el cardenal Cisneros y su fundación del antiguo colegio menor de San Jerónimo) (6), un recinto de máximo histórico y artístico en que también se halla el Paraninfo de la Universidad de Alcalá —donde se entrega el premio Cervantes cada año—, hay un lugar inexcusable si se quiere comer realmente bien: La Hostería del Estudiante (7). A unos pasos de la plaza de Cervantes, este establecimiento abrió en 1930 y es pura historia de España. Allí solía acudir un alcalaíno como Manuel Azaña (su casa natal está señalizada, pero no es visitable) u otras figuras del mundo de las letras como Federico García Lorca. Bajo grandes vigas de madera y una chimenea en la que se cocinaba hace cinco siglos, aquí se degusta lo mejor de la cocina madrileña, a veces con toques inspirados en el Quijote: croquetas de cocido madrileño, sopa boba alcalaína, migas o duelos y quebrantos, olla podrida de garbanzos o asadillo manchego con ventresca de bonito.
16.00 Una universidad internacional
También inexcusable es el hecho de conocer a fondo la Universidad de Alcalá de Henares (si se desea, a través de una visita guiada). En primer lugar, el Colegio Mayor de San Ildefonso (8), ideado a partir de lo que diseñó Cisneros (en la Capilla Universitaria se puede ver su sepulcro), fundado en 1499, donde se enseñaba artes liberales, teología y derecho canónico. Es un edificio imponente, lleno de ornamentos góticos, mudéjares y renacentistas, que cuenta con el Patio de Santo Tomás de Villanueva, el de los Filósofos y el Trilingüe, más el Paraninfo o Teatro Escolástico, donde se celebraban los actos académicos más solemnes.
Por otro lado, el ámbito universitario alcalaíno se hace internacional gracias al Instituto Franklin, creado en 1987, y que desarrolla un sinfín de cursos de posgrado y actividades culturales, además de proporcionar becas y ayudas a la investigación. Y que, además, se sitúa en otro edificio histórico, el Colegio de Trinitarios (9), del siglo XVII, que empezó siendo un convento de esta orden de Descalzos.
Y es que Alcalá constituye un lugar perfecto para estudiantes foráneos que pueden vivir una rica vida universitaria en una villa tranquila, a media hora en tren de la capital y aún menos tiempo de viaje hasta el aeropuerto de Barajas.
18.00 Museos en español y aire libre
Más allá de entrar en edificios históricos, Alcalá también es depositaria de un conjunto de obras escultóricas y pictóricas de primer nivel, como el Museo de Arte Iberoamericano de la UAH (10), cuya enorme superficie —1.300 metros cuadrados— está protagonizada por la iniciativa de Luis González Robles (Sevilla, 1916 - Madrid, 2003), que reunió obras de artistas hispanoamericanos desde los años cincuenta hasta finales del siglo pasado. El visitante podrá ver piezas del Dau al Set, El Paso, Tàpies, Guinovart, Cuixart o Capuleto. La entrada es gratuita, como también lo es la del Museo de Esculturas al Aire Libre de Alcalá de Henares (11), que el escultor José Noja inauguró en agosto de 1993. Esta última se compone de 50 esculturas, en especial de autores españoles pero también americanos, que abarcan diferentes estilos: arte figurativo, cubismo, conceptualismo o abstracto.
19.30 Tarde de teatro
A esta hora se suelen interpretar las piezas teatrales que, ya clásicas, ya modernas, componen la programación del Corral de Comedias de Alcalá (12). Y, por muy pocos euros, se puede conocer en una visita guiada. Este teatro se construyó en 1601 y de este tiempo todavía se conservan elementos como el patio empedrado, las gradas o la cazuela —el espacio reservado para las mujeres en el primer piso—. El edificio se mantuvo abandonado después de servir como sala de cine hasta 1970 pero, tras ser restaurado, en 2003 volvió a abrir sus puertas. Estamos en la ciudad, por otra parte, en la que se representa cada año el Don Juan Tenorio, de José Zorrilla, desde 1984. Dada su temática religiosa se representa en la festividad de Todos los Santos. Además, otros insignes dramaturgos como Lope de Vega y Calderón de la Barca hicieron aquí también sus estudios.
21.30 El Parador
Para acabar el día, nada como cenar, dormir y, al día siguiente, desayunar en un inmenso parador (13) cuyo sofisticado diseño se cimentó respetando la estructura de los tres colegio-convento del siglo XVII sobre los que se levantó. Buena cuenta de ello es su claustro, su Jardín Tallado, que se llevó a cabo con el reto de recuperar la arquitectura clásica del antiguo Colegio de Santo Tomás, así como el spa, con una original estética en penumbra y bajo las bóvedas de la antigua iglesia conventual. Pedro Soria, director del Parador de Alcalá desde 2007, y experto y entusiasta de la historia alcalaína, tiene la agenda repleta de actos institucionales y empresariales, al ser este centro un lugar idóneo para la celebración de eventos.
Mención aparte merece su oferta gastronómica, cuyos valores de cocina de autor y de vanguardia, con referencias a lo cervantino, comparte con La Hostería. Así, en su restaurante Santo Tomás se pueden saborear recetas como pavías de bacalao y berenjenas con tapenade de aceitunas negras, sopa castellana tamizada, huevo trufado asado y crujiente de jamón o paletilla de cordero lechal asada al modo tradicional con patatas panaderas. Y tras la noche, al amanecer, asomarse a la ventana y, acaso, ver, como también decía Guerra Rey, “que todas las cigüeñas que no van de París a ninguna parte cargadas de recién nacidos volaban en Alcalá de Henares”.
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