Vino y tradición al sur de Portugal
El Alentejo es un destino enogastronómico ejemplar por sus sabores únicos y sus vinos premiados. Su valor cultural también engancha
Este mes de octubre, el emblemático restaurante alentejano Fialho celebra su 80º aniversario. Referente de la gastronomía de la región sureña de Portugal, el local ensalza la solemnidad, lo clásico y la elegancia antigua del mundo culinario. Sus paredes engalanadas con fotos de visitantes únicos y sus amplias mesas acompañan a un rincón dedicado al vino, entronizado con flores como uno de los grandes tesoros del lugar. Ese trato no es casual, ya que el Alentejo es desde hace siglos el mayor productor de vino de Portugal y uno de los mayores productores de corcho del mundo.
Entre el río Tajo y el Algarve, al sur de Portugal, y limitando con España, al este, y con el océano Atlántico, al oeste, el Alentejo se abre paso como una extensa región esencialmente rural, escasamente poblada y con una calidad patrimonial deslumbrante, entre la que destaca su gastronomía y sus vinos, que ya eran la joya de la corona en la época romana.
Algunos, reconocidos y premiados como los Talha, surgen del mismo proceso que tenía lugar hace cientos de años y que se ha transmitido de generación en generación de forma casi inalterable. Un producto único, representante de la cultura milenaria de una zona que, en el Baixo Alentejo, fue declarada Capital Europea del Vino, reforzando su unión entre territorio y vinos de excelencia.
Más allá de la enología sublime del Alentejo, los productos locales sirven a los visitantes para conocer la cultura de esta zona a través del paladar. Algunos son esenciales en platos tradicionales como la açorda alentejana o la carne de porco à alentejana.
Más hacia la costa, las parrillas de pescado con sardinas y pargos y el marisco ganan protagonismo. Como colofón, no cabe excusa posible para no probar sus quesos de oveja, como el queijo de Évora o los pasteis de Évora, un postre en endulza la estancia en la ciudad declarada Patrimonio Mundial y que se prepara para ser Capital Europea de la Cultura en 2027.
El Alentejo también es naturaleza, gracias a sus inmensas rutas peatonales, y a sus cinco grandes parques y reservas naturales, muestra de una biodiversidad y geodiversidad que ha sido la base de la asignación de diversas clasificaciones.