Siete ‘beach clubs’ en Mallorca para arrancar el verano
Relajarse en una hamaca, disfrutar de una paella con los pies en la arena y maravillarse con atardeceres espectaculares son solo algunas de las propuestas para disfrutar de la isla balear junto al mar
El mes de junio es el momento del año en el que los mallorquines nos calzamos las abarcas, agarramos nuestros bolsos de rafia y nos dirigimos al mar para disfrutar del sol y la brisa marina en alguno de los beach clubs que se pueden encontrar en la isla balear.
En esta ocasión, proponemos siete espacios de Mallorca que combinan gastronomía, buena música y vistas espectaculares, convirtiéndose en el lugar perfecto para relajarse, divertirse, o ambas cosas a la vez.
1. Mar Sea Club: elegancia mediterránea (Costa d’en Blanes)
El año pasado, en los jardines del St. Regis Mallorca Resort, en Costa d’en Blanes —en el municipio de Calvià—, abrió sus puertas el Mar Sea Club, el único beach club de la prestigiosa marca St. Regis en España. A diferencia de otros clubes de playa de la zona, su ambiente es tranquilo y elegante, alejado de las típicas piscinas y la música estridente. Su zona chill out diseñada con plataformas escalonadas permite disfrutar de unas vistas preciosas a las aguas del Mediterráneo desde lo alto del acantilado.
Al final del camino de bugambilias del jardín se encuentra una playa paradisíaca frente al beach club. Los clientes del resort pueden explorar la zona en un llaüt eléctrico —una versión moderna de la tradicional embarcación mallorquina— o en un yate fondeado a 100 metros del restaurante, desde donde se organizan excursiones a arenales remotos. El hotel también ofrece un servicio de recogida para las embarcaciones fondeadas en la bahía que deseen llegar hasta el Mar Sea Club.
El restaurante, con una propuesta gastronómica inspirada en sabores locales con una fusión de influencias latinoamericanas, ofrece comidas todos los días, y cenas, excepto miércoles y jueves. Su variada oferta incluye las ostras Gillardeau de la semana, tacos de cochinita y de pescado, pescados frescos, carnes y arroces. Es imperdible probar sus cócteles artesanos o su signature: el Bloody Mary. Este cóctel nació en legendario King Cole Bar del The St. Regis New York en los años treinta del pasado siglo, y ahora cada hotel y resort de la cadena ha creado su propia versión inspirada en su ubicación. La versión mallorquina se prepara con gin Hendricks, pimientos de padrón picantes y sal marina cristalizada, añadiendo un toque fresco y mediterráneo.
2. Beso Beach, gastronomía y diversión (Palmanova)
Otra de las aperturas más esperadas del verano de 2023 fue la del Beso Beach en Mallorca, el terceero en las islas Baleares después del de Formentera e Ibiza. Como en otros locales del grupo, ofrece una fórmula que combina gastronomía, diversión, buen ambiente y música —un DJ comienza a pinchar todos los días desde las 13.00—.
Se encuentra a pie de playa en Palmanova, dentro del hotel Zel Born in The Med, la marca de Meliá Hotels Internacional y el tenista Rafa Nadal. Un espacio diseñado con esencia mediterránea junto a una playa larga de arena blanca muy concurrida por mallorquines y turistas.
Su propuesta se adapta las 24 horas del día con menús completamente diferentes; hay uno alternativo para disfrutar en el área de la piscina. Su cocina es mediterránea, con un toque vasco, simbolizando el vínculo entre entre la tierra y el mar, donde prevalece el producto en platos como su paella de carabineros o el chuletón de ternera de vaca vasca madurada a la brasa.
3. Assaona, vacaciones en la ciudad (Palma)
En Palma, Assaona es siempre una buena opción para sentirte de vacaciones sin salir de la ciudad. Este beach club nació en 2017, cuando sus fundadores, inspirados por antiguos verbos mallorquines, descubrieron el concepto de assaonar en un libro antiguo de recetas. En castellano, significa sazonar, darle el toque perfecto a algo, hacerlo madurar con los ingredientes adecuados. El nombre refleja su filosofía culinaria. Miguel Androver, el consejero delegado y gerente, es de S’Horta, un pequeño pueblo del sureste de la isla, donde la conexión con las raíces y los orígenes es muy fuerte.
El restaurante no podía estar en una mejor ubicación, en primera línea de mar, en el paseo del Portixol, a solo cinco minutos del centro de la capital mallorquina. Durante los pocos días fríos uno puede refugiarse junto a su chimenea y disfrutar de las vistas, mientras que en verano cobra aún más vida con una luz radiante, el mar, la playa, los cócteles de autor, las hamacas y unas vistas impresionantes de la catedral de Palma.
Su gastronomía moderna se complementa con excelentes cócteles y una propuesta que fusiona toques tradicionales con ingredientes locales frescos. Desde un gazpacho bien fresquito hasta arroces de mariscos, pulpo a baja temperatura, hamburguesas de carne (o veganas), pescados del día o pokes, sushis, niguiris y sashimis.
4. Balneario Illetas, vida mediterránea (Calvià)
El Balneario Illetas es otro lugar perfecto para experimentar el estilo de vida mediterráneo. Con acceso directo a la popular playa de Illetas y una excelente conexión de transporte público que lleva al centro de Palma en menos de media hora, es un verdadero tesoro en una isla donde los arenales a menudo no están bien conectados para aquellos sin vehículo.
Pero más allá de su ubicación, aquí uno puede disfrutar ya sea comenzando el día con un desayuno ligero de tostadas o un bowl de açai, disfrutando de un refrescante baño en el mar, relajándose con un buen libro en las hamacas o mimándose con un masaje después de saborear un auténtico trampó mallorquín durante la comida.
Y más tarde, ¿qué tal un cóctel disfrutando del atardecer o una cena bajo las estrellas? La carta ofrece una selección de platos elaborados con ingredientes frescos y recetas tradicionales, con un toque moderno que destaca en sus arroces, pescados, mariscos y carnes.
5. Purobeach Palma, un oasis chic (Cala Estancia)
Purobeach Palma es uno de esos lugares legendarios que ha marcado el paisaje de la isla desde su apertura en 2005. Situado en una bonita península en Cala Estancia, ofrece un ambiente chic y relajado que captura la esencia del Mediterráneo. Su integración con el entorno y los impresionantes atardeceres que se disfrutan desde aquí crean una atmósfera inolvidable.
Este fue el primer beach club que la compañía abrió en Mallorca. Ahora, además de este, cuentan con otro en Illetas. Su ubicación privilegiada, a solo ocho kilómetros del centro de Palma y a cinco del aeropuerto, lo convierte en un destino fácilmente accesible.
El contraste entre las hamacas y sombrillas blancas, con los toques decorativos en madera, las plantas verdes y la gran piscina de fondo negro crea un ambiente verdaderamente glamuroso en el espacio. Para aquellos que buscan relajarse y desconectar, el beach club ofrece una variada oferta de tratamientos de bienestar, como masajes personalizados con vistas al mar. También hay música deep-house en directo con sus DJs residentes de Puro Music y relajantes rituales al atardecer.
En cuanto a su oferta gastronómica, la carta fusiona ingredientes locales con sabores de todo el mundo. Una amplia cocina que permite disfrutar de su carta desde la mañana con su opción de desayuno hasta la noche, junto a una amplia carta de cócteles y vinos.
En Purobeach Palma hay un calendario de eventos diferentes para el verano. El sábado 29 de junio celebrará el 20º aniversario de la marca Puro, con el evento Back to the Roots en Purobeach Palma, y el sábado 7 de septiembre presentará una nueva apuesta para conmemorar el verano y la “puroexperiencie”, con su nuevo evento Eclipse.
6. Mhares Sea Club, rincones escondidos entre rocas (Llucmajor)
En el municipio de Llucmajor se encuentra Mhares Sea Club, un rincón sobre las aguas cristalinas y las rocas que, aunque no constituyen una playa, son el lugar donde algunos mallorquines se acercan a refrescarse. Como curiosidad, aquí se extraía la piedra arenisca del marés, con la que se ha construido la catedral de Palma.
La ubicación del club tiene una larga historia, pues ocupa el lugar que antes albergaba el beach club Delta, uno de los primeros en la isla que abrió en 1978. Uno de sus mayores atractivos es su completa oferta para el descanso, que incluye camas balinesas junto a la piscina, acceso directo al mar y parking, siempre una ventaja en una isla donde el coche es el principal medio de transporte y encontrar aparcamiento en verano puede resultar complicado.
En la carta de este año se incluyen platos bien fresquitos, como el gazpacho tradicional con fresas y menta, el canelón de pepino relleno de trampó sobre crema de aguacate o el carpaccio de gamba roja con emulsión de aceituna y piparra. Como platos principales, salmón marinado con gazpacho de lechuga y vinagreta de mejillones, bacalao con verduras a la mallorquina y alioli de piñones y una amplia selección de arroces.
Los domingos, el club celebra la fiesta Adiós al sol a partir de las seis y media de la tarde con música a cargo de DJs conocidos de la isla. Se necesita previa reserva a través de la web, así que si quiere ir siempre es mejor planificarlo con antelación.
7. Ponderosa Beach, una paella con los pies en la arena (playa de Muro)
Al norte de la isla, Ponderosa Beach es uno de los lugares de referencia, donde sumergirse en la esencia pura del verano mientras se saborea una paella al mediodía junto al mar con los pies enterrados en la arena. Ubicado en la playa de Muro, conocida por sus seis kilómetros de arena blanca y el intenso azul de sus aguas, es fácilmente accesible en coche a través de Ses Casetes des Capellans.
La atmósfera en Ponderosa Beach, con sus coloridas persianas y lámparas balinesas, es tan refrescante como su oferta gastronómica. La carta es una invitación a disfrutar de ricos arroces, pescados frescos, ensaladas y carnes. Para los apasionados de la paella, este es el lugar perfecto: hay opciones para todos los gustos, desde la clásica paella de mariscos hasta creaciones más originales como la paella de sepia y gamba roja, arroz negro, o meloso de pulpo y cangrejo, e incluso una versión de verduras mallorquinas con un toque de salsa romesco y especias locales.
Su lema es “Ponderosa Beach cares”, reflejando su compromiso con el consumo responsable. Desde la cuidadosa selección de ingredientes de temporada y locales, hasta el manejo consciente de los recursos, evitando el uso de plásticos. El restaurante cierra a las 20.00, así que hay que asegurarse de llegar pronto.
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