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Seis rutas en familia para descubrir Burgos en otoño

En los últimos meses del año, la naturaleza convierte los bosques de la provincia en preciosos escenarios dignos de cuento. Un tapiz vegetal de tonos marrones, verdes, amarillos, rojizos y naranjas tiñe los montes y sus caminos. Para admirarlos, nada mejor que recorrer algunas rutas de senderismo aptas para todas las edades. ¿Arrancamos?

Uno de los muchos miradores sobre el Ebro en el desfiladero de los Hocinos, en la comarca de las Merindades.


Los paisajes de la provincia de Burgos se llenan de contrastes y de colores casi imposibles en los meses de otoño. En estas rutas familiares que atraviesan su interior se suceden valles y páramos, desfiladeros abruptos y saltos de agua, bosques frondosos, pero también pueblos repletos de historia y tradiciones. Comienza un viaje en cinemascope para todos los públicos.

1. Ruta a la cascada de La Mea

La pequeña localidad de Puentedey, de apenas 50 habitantes, es el punto de partida de una ruta sencilla que acerca al visitante hasta la cascada de La Mea. El nombre de la aldea, cuya traducción literal es Puente de Dios, ya es toda una declaración de intenciones. El río Nela, a su paso por el pueblo, ha excavado en la roca un puente tan impresionante que no es de extrañar que sus antiguos pobladores lo considerasen una obra sobrenatural. Esta estampa tan icónica es la imagen más reconocida de una villa singular, rodeada por altas montañas.

Muy cerca de aquí se abren los canales de Dulla, un espacio pintoresco y semioculto compuesto de varios cañones profundos de material cárstico por los que circulan corrientes intermitentes de agua. Entre Puentedey y la vecina población de Quintanilla Valdebodres es donde brota la cascada de la Mea. Surge al final de un estrecho cañón, tapizado por un magnífico bosque de quejigos, robles y encinas. A 400 metros de la carretera, un intrincado camino conduce hasta una enorme peña de la que se desprende un chorro de agua que va a dar al Nela. En la ribera del río se alternan fresnos, arces, majuelos y chopos. Un delicioso paseo para disfrutar en familia.

La cascada de La Mea, tras un intrincado paseo desde la carretera, impone con sus más de 30 metros de caída de agua.

De Puentedey a la cascada

Situación: Merindades/Norte de Burgos. Punto de partida: Puentedey. Distancia: 1,5 km. Dificultad: Baja. Tiempo estimado: Una hora

2. Desfiladero de los Hocinos

A la salida de Valdenoceda, un pueblo enclavado en el valle de Valdivielso, el río Ebro penetra por una espectacular garganta que fue una histórica vía de comunicación de la comarca burgalesa de Las Merindades, donde conectaba las localidades de Incinillas con la propia Valdenoceda. Es aquí donde se encuentra la ruta del Desfiladero de los Hocinos. Sus siete kilómetros de ida y vuelta son ideales para completar en familia. El itinerario forma parte de la séptima etapa del Camino Natural del Ebro (GR-99) y su recorrido comienza antes de cruzar el denominado Puente del Aire, donde se sitúa un aparcamiento. Desde allí, el camino adentra al visitante en un bosque de encinas, enebros, hayas y robles junto al Ebro. El paseo transcurre entre elevadas murallas de piedra sobrevoladas por aves rapaces como águilas perdiceras, culebreras o reales; buitres y alimoches. En algunos tramos hay que caminar por pasarelas metálicas clavadas a la pared de roca, sobre el mismo cauce del río.

Para disfrutar aún más del paisaje, es posible alargar la ruta hasta el impresionante Monasterio de Rioseco, cuyas ruinas se encuentran en un paraje natural de gran belleza. Contemplar su claustro, la iglesia, los jardines y las antiguas dependencias de los monjes es toda una experiencia. Esta caminata, sin dificultad técnica, alcanza los 14 kilómetros de ida y vuelta, con un desnivel de apenas 200 metros. También se puede llegar hasta el monasterio en coche.

Unas pasarelas metálicas clavadas a la pared de roca, sobre el cauce del río Ebro, permiten disfrutar del vértigo.

De Valdenoceda al desfiladero

Situación: Merindades/Norte de Burgos. Punto de partida: Valdenoceda. Distancia: 7 km. Dificultad: Baja. Tiempo estimado: Una hora y media

3. Hayedo de Urrez

Urrez, un encantador pueblo de arquitectura tradicional en el que destaca su iglesia románica, es donde comienza y termina esta ruta de 12 kilómetros que une esta localidad con la vecina Pineda de la Sierra. Los protagonistas indiscutibles del paseo son la fauna, el agua y los bosques de caducifolios. El buen estado del terreno hace que este recorrido sea ideal para público de cualquier edad. El itinerario arranca en una pista de tierra de formas sinuosas antes de llegar a Urrez, justo al pie de los montes de la Sierra de la Demanda. Aunque el haya predomina en el paraje –aquí se ubica uno de los hayedos más bellos de la provincia–, el caminante también va a contemplar robles, pinos y algún que otro acebo.

Las vistas panorámicas de la montaña, con Urrez al fondo, es uno de los grandes atractivos de la excursión. Si las fuerzas acompañan, vale la pena ascender hasta el Mirador del Refugio. La cuesta exige cierta forma física, pero el esfuerzo tiene recompensa. Las vistas son un espectáculo, y desde las alturas pueden divisarse lugares de interés como el Cerro San Mamés, el Alto de la Burra y el embalse del Arlanzón. Tras la subida, esperan unos 40 minutos de descenso que darán cierta tregua a las piernas.

Aunque se impone el envidiable color de las hayas, en el camino hay también robles, pinos y algún acebo.

De Urrez al mirador del refugio

Situación: Demanda – Pinares/Este de Burgos. Punto de partida: Urrez. Distancia: 12 km. Dificultad: Baja. Tiempo estimado: Tres horas

4. Bosques de Obécuri y Bajauri

Del extremo suroriental del Condado de Treviño parte una ruta circular muy sencilla que empieza en la localidad de Obécuri ­–su imponente iglesia de San Juan Bautista, del siglo XIII, merece una visita–y atraviesa la de Bajauri. El recorrido discurre por un camino flanqueado por hayas y robles rebollo, sobre un relieve formado por suaves ondulaciones. Este hermoso sendero conduce a uno de los bosques caducifolios mejor conservados de toda la provincia de Burgos, por lo que el espectáculo cromático está asegurado en otoño. En medio de la espesura vegetal serpentean tres ríos –Barruntia, Laño y del Molino–, todos ellos afluentes del río Ayuda.

A lo largo del paseo es más que probable que el caminante se tope con corzos, jabalíes y zorros, así como con multitud de aves. La lista es amplia: desde rapaces como los abejeros europeos, azores y gavilanes a picos picapinos, agateadores, camachuelos y trepadores azules. Sin embargo, el elemento más representativo de estos bosques es la población de aves de pico mediano, una de las más importantes de la península Ibérica. Un paseo donde reconciliarse con la naturaleza.

En el 'túnel' natural de la ruta no es raro toparse al amanecer con algún corzo, jabalí o zorro, mientras sobrevuelan al senderista muchas aves de pico mediano.

Por el Condado de Treviño

Situación: Bureba-Ebro/Noreste de Burgos. Punto de partida: Obécuri. Distancia: 10,3 km. Dificultad: Baja. Tiempo estimado: Tres horas

5. Senda del nacedero del río Oropesa

Al norte de la Sierra de la Demanda se sitúa esta singular ruta entre bosques repletos de magia que atrapan al viajero desde el primer minuto. Se trata de un recorrido sencillo, ideal para el otoño, cuando los bosques de hayas centenarias, pinos y acebos tiñen el entorno de tonos ocres y rojizos. Este contraste cromático es una constante a ambos lados del sendero hasta llegar al nacimiento del río Oropesa, a la sombra de las majestuosas cumbres que culminan la sierra. El paseo discurre paralelo al cauce, que durante tantos años fue el motor principal de la actividad textil del municipio de Pradoluengo. Testigos mudos de aquella época son los batanes que todavía hoy se conservan.

La ruta parte del mercado de abastos de esta localidad. De allí, hay que tomar el camino de San Antonio hasta alcanzar el refugio, donde se cruza el río para continuar con la ascensión, siempre junto al agua. La subida está bien señalizada con marcas de colores y postes. A 1.500 metros de altitud, resguardado por un hayedo bajo la cumbre del Cerro Remendia, aguarda el Nacedero del río Oropesa, un remanso de paz donde disfrutar del esplendor de la naturaleza y el rumor acuático.

La ascensión transcurre siempre junto al agua, entre colores tan otoñales como la bruma.

De Pradoluengo al nacimiento del río

Situación: Demanda-Pinares/Este de Burgos. Punto de partida: Pradoluengo. Distancia: 10 km. Dificultad: Baja. Tiempo estimado: Tres horas

6. Ruta a la necrópolis de Cuyacabras

El corazón de la Tierra de Pinares esconde, entre sus preciosos paisajes naturales, un riquísimo patrimonio medieval. Desde la localidad de Quintanar de la Sierra parte una sencilla ruta de 10 kilómetros que atraviesa un bosque de pinos, robles y hayas. El paseo desemboca en la necrópolis altomedieval de Cuyacabras, una de las mayores concentraciones de tumbas paleocristianas de Europa. El enclave está compuesto por un recinto ceremonial de tradición pagana, el poblado y la necrópolis, compuesta por 166 tumbas y 16 nichos, todos ellos excavados en la roca.

En otoño, los sepulcros suelen cubrirse con las hojas de los robles centenarios que los rodean, lo que crea un escenario de película. La ruta prosigue por un bosque de hayas que domina el paisaje de Peñas Corvillas, un lugar mágico donde el agua se desprende en cascada entre grandes piedras. Escuchar el rumor de esta caída y admirar la variedad de tonos que ofrece la naturaleza en este rincón es una auténtica delicia. Las hojas rojizas y amarillas del hayedo forman una alfombra en el suelo, y sus colores contrastan con el musgo verde y mullido que cubre el camino.

En total, la necrópolis cuenta con 166 tumbas y 16 nichos, todos ellos excavados en la roca.Cesar Manso

De Quintanar de la Sierra a la historia

Situación: Demanda-Pinares/Sureste de Burgos. Punto de partida: Quintanar de la Sierra. Distancia: 10 km. Dificultad: Baja. Tiempo estimado: Dos horas y media

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