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Aventura y adrenalina para amantes del riesgo en Europa

Nadar junto a tiburones en las costas de Escociao subir hasta el cráter de un volcán en Sic ilia. Desafíos para los que gustan de emociones fuertes

Si se tiene vértigo, la mera visión de esta pasarela en medio de las montañas hace sudar las manos. Enfilar 'la escalera que lleva a la nada' –de esta forma tan inquietante se ha bautizado a 14 peldaños aparentemente inofensivos– le encoje el estómago a cualquiera. Y eso si finalmente uno se atreve, porque los escalones terminan en una plataforma de cristal a 400 metros de altura sobre la base de la pared rocosa del macizo de Dachstein, a 2.700 metros de altura, en el Estado austriaco de Estiria, fronterizo con Eslovenia. La vista sin obstáculos sobre el mundo alpino circundante es, simplemente, increíble. Pero primero hay que ser capaz de soportar la visión del abismo.mauritius images GmbH (alamy)
Cuando, en primavera, el deshielo nutre de agua al desfiladero de Lammerklamm, en la localidad austriaca de Scheffau, a 27 kilómetros de Salzburgo, surcar estas intrincadas gargantas en bote neumático es igual que montar un potro salvaje, pero con salpicaduras. Ir salvando saltos y corrientes por entre las rocas de la garganta de Voglau es toda una aventura. Aunque el barranco del Lammerklamm, extremadamente estrecho, se explora sobre todo en kayak, también se puede recorrer a pie por senderos que se abrieron en 1884 y que, pese a haber sido transitados durante más de un siglo, se mantienen bien conservados a lo largo de escarpadas paredes rocosas y aguas embravecidas.Janoka82 (getty images)
Solo mentar su nombre provoca escalofríos: Black scorpions. Así se llaman las siete pistas más desafiantes de la estación de esquí de Silvretta-Montafon, en el valle de Montafon, en el Estado austriaco de Vorarlberg. Con más de 140 kilómetros de pistas, se trata de una de las diez zonas de esquí más grandes de Austria. Las hay fáciles (7 pistas, 60 kilómetros), de dificultad media (8 pistas, 45 kilómetros) y las más difíciles (8 kilómetros) con pendientes de hasta el 81%. Son tan negras (pistas muy empinadas, destinadas únicamente a esquiadores con un nivel muy alto) que el esquiador medio tiene que bajarlas como si se tratara de un principiante, siempre en cuña. El subidón máximo de adrenalina se obtiene en la pista de Sennigrat.MaxBaumann (getty images)
¿Qué hacen las cascadas en invierno? Congelarse. Un fenómeno natural que ocurre todos los años en el valle austriaco de Pitztal, donde se halla el glaciar más alto del Tirol (3.440 metros). En ese entorno gélido, un total de 45 cascadas ejercen de reclamo para aquellos que practican la escalada en hielo. Hay rutas que suben hasta alturas superiores a los 190 metros: tiempo y espacio suficientes para experimentar cierto cosquilleo en el estómago, aunque también hay sitio para principiantes. La temporada de escalada en hielo suele arrancar a mediados de diciembre y extenderse hasta finales de marzo.alamy
Con 3.883 metros, el Klein Matterhorn (en la foto) es el pico más alto de los Alpes Peninos, con vistas a Zermatt, en el cantón suizo de Valais. También es el lugar más alto de Europa al que se puede llegar por teleférico, así como por cualquier otro medio de transporte. Desde finales de 2018, 25 modernas cabinas discurren en paralelo a la vieja línea de teleférico (que aún sigue funcionando) hasta la estación de montaña más elevada del continente. Cuatro de ellas son góndolas especiales 'Crystal ride', en las que se han utilizado miles de cristales de Swarovski. Gracias a su suelo enteramente de vidrio, los viajeros pueden sentirse literalmente suspendidos a escasos 170 metros del glaciar. Al llegar arriba les espera una plataforma de observación convertida en uno de los grandes iconos de Zermatt. Esquiadores, alpinistas, escaladores y fotógrafos de todo el mundo disfrutan cada año de una de las mayores panorámicas de los Alpes, abarcando un impresionante rosario de cumbres de más de 4.000 metros, desde el Mont Blanc y el Grand Paradiso, al Matterhorn y el Macizo del Mischabel.John Philip Harper (getty images)
Saltos de hasta 15 metros, descensos en rápel por superficies verticales de más de 50, toboganes hacia un abismo desconocido, nadar en agua fría… El barranquismo no es cosa de cobardes. Al tener tantos cañones, en ocasiones de muy difícil acceso, el cantón suizo de Tesino, fronterizo con Italia, se ha convertido, con su majestuoso paisaje, en una meca de los amantes de esta modalidad deportiva. En la foto, el río Verzasca, de aguas turquesas y corrientes traicioneras, atraviesa el valle de Lavertezzo, en Tesino (Suiza).yuelan (getty images)
Mejor no sufrir de vértigo cuando debajo de nuestras botas de trekking no hay más que una grapa de hierro y 100 metros de abismo. La vía ferrata que conecta las localidades suizas de Mürren y Gimmelwald, calificada de difícil, atraviesa paredes rocosas verticales y profundos barrancos a través de puentes colgantes e incluso haciendo equilibro sobre cables de acero. En apenas un par de kilómetros se salvan 300 metros de desnivel –aquí está lo particular– cuesta abajo. El pueblo de Gimmelwald es parada obligada en cualquier visita a la vecina Interlaken. Situada a 1.363 metros de altitud, esta pequeña joya alpina está resguardada por las enormes cimas que la rodean, a los pies de la zona protegida de Jungfrau-Aletsch, patrimonio de la humanidad desde 2007. La aldea es inaccesible en coche, siendo necesario hacerlo a través del espectacular teleférico Schilthorn, cuyas vistas se cuentan entre las mejores de toda la zona y del impresionante macizo del Jungfrau.Christian Kober 1 (alamy)
20 kilómetros y 3 horas de bajada: el descenso del Tremalzo, con un desnivel de hasta un 14%, es un clásico de la bicicleta de montaña con el que muchos ciclistas se deleitan tras cruzar los Alpes. Desde el lago de Garda -el más grande Italia, con una superficie de 368 kilómetros cuadrados- hay 1.800 metros de subida, pero, quien quiera ir directamente a la bajada, puede reducirlos a apenas 300 tomando un autobús. El descenso es por gravilla y caminos militares; hay raíces, hay piedras y una arrebatadora vista sobre el lago. Y para terminar, nada mejor que tomar un cappuccino en Riva, la ciudad de la provincia de Trento a orillas del lago.Saro17 (getty images)
Adrenalina X-Treme Adventures, el parque de aventuras detrás de este trepidante paseo por los Dolomitas, presume de contar con la tirolina más larga de Europa. Y salvo que alguien diga lo contrario, las cifras que exhibe son rotundas. El viaje comienza exactamente a 1.600 metros de altitud, que es la altura desde donde nos lanzamos en tirolina, alcanzando velocidades de 80 kilómetros por hora mientras descendemos sus 3,2 kilómetros de recorrido hasta llegar a la localidad italiana de San Vigilio di Marebbe, en el corazón de la región del Tirol del Sur. Una breve pero intensa experiencia que dejará sin aliento a los más osados.adrenalineadventures
El cráter del Estrómboli, uno de los volcanes más activos de Europa, en las Islas Eolias, al norte de Sicilia, resulta especialmente imponente cuando el sol se pone. Bajo la oscuridad que brinda la noche, las erupciones y la lava fresca ofrecen un espectáculo de fuegos de artificio. Naturalmente, en una visita guiada a una de las calderas más activas del mundo, también conocida como el 'faro del Mediterráneo', se guarda una prudente distancia. Una excursión hasta su cima, a 924 metros sobre el nivel del mar, suele durar entre cuatro y seis horas de exigente caminata. Durante todo ese tiempo impresiona bastante saber que bajo nuestros pies burbujea el magma ardiente. Se suele partir por la tarde de la oficina de turismo de Pro Loco, en Ficogrande, para coronar el cono volcánico al anochecer.Hemis (alamy)
El oscuro mundo de las cuevas ejerce una fascinación especial. El macizo de Vercors, en los Alpes franceses, está atravesado por incontables cavidades. Son más de 3.000, y cada año se descubren nuevas. Pero la más impresionante, quizá, sea el Trou qui Souffle -Agujero que Sopla, en su traducción literal- un sistema de grutas de 50 kilómetros que se puede visitar, aunque siempre acompañado de un guía experto. No se trata precisamente de un paseo, sino de escalar y descender con bastante esfuerzo. Pero llegar a la amplísima sala Hydrokarst lo compensa todo. Otras gruta que merece ser explorada es la de Choranche (en la foto), en el pueblo del mismo nombre. Cuenta con una amplia sala de 16 metros de altura y 70 de anchura con miles de estalactitas goteando y reflejándose en la aguas del lago interior.Andy Bryant (getty images)
Descender a gran velocidad una ladera totalmente virgen es una experiencia solo apta para esquiadores avezados, que pueden hacerla realidad en las agrestes y solitarias montañas de Făgăraș, en el sur de los Cárpatos rumanos. A la escarpada cresta de este macizo montañoso se sube con un guía, y de noche puede uno reponer fuerzas en modernos hoteles que han proliferado en la zona durante los últimos años. Antes de que llegara la pandemia, que arruinó cualquier proyecto viajero a esta o a cualquier otra zona del planeta, 'The New York Times' incluyó entre los 50 lugares que visitar en 2020 los Alpes de Transilvania, que es como también se conoce a esta zona de alta montaña. El diario neoyorquino confesaba su admiración por "un hábitat salvaje accesible sin necesidad de irse a los confines de la tierra". Y de Făgăraș recomendaba sus "miles de kilómetros cuadrados de naturaleza intacta para practicar senderismo, acampar y nadar bajo cascadas", con su pico Moldoveanu, el más alto de Rumania con 2.544 metros de altura sobre el nivel del mar, y la sinuosa carretera Transfagarasan, "que por sí sola merece una visita".Paul Biris (getty images)
No todos los surferos son iguales. A los más expertos se les llama 'big wave surfers'. Son aquellos que desafían el frío del invierno en busca de olas gigantes. También se trata de una disciplina dentro de este deporte, con sus propias normas y campeonatos. Y Nazaré, un pueblecito de pescadores en la región portuguesa de Estremadura (centro del país), se ha convertido en la meca de esta modalidad de surf en Europa gracias a sus mastodónticas olas que en ocasiones superan los 20 metros de altura. Una garganta submarina se encarga de 'fabricar', con la colaboración de olas rápidas y lentas y de una corriente en sentido contrario, auténticos monstruos de agua. Y esto no solo provoca subidones de adrenalina en los surfistas y sus equipos, sino también en los espectadores que, de lejos, a buen recaudo, contemplan este atronador infierno.RichardALock (getty images)
Nueve segundos y por fin se llega, con las rodillas aun temblando, al suelo tras una caída libre desde la planta 39ª del Hotel Park Inn, ubicado en la céntrica plaza berlinesa de Alexanderplatz. 125 metros de vertiginoso descenso que se frenan en seco 20 metros antes de llegar al asfalto. La caída quizá no quede en tu memoria, pero el subidón de adrenalina de verse en el aire como un pájaro a la altura de la icónica torre de telecomunicaciones, antiguo emblema de la RDA, seguro que sí. La atracción, solo apta para aquellos sin vértigo ni miedo a las alturas (ni a las caídas), se puede disfrutar los fines de semana de julio y agosto, a partir de 80 euros por persona. Solo rachas de vientos muy fuertes o tormentas pueden cancelar la experiencia del 'base flyer', con la devolución íntegra de la reserva.Agencja Fotograficzna Caro (alamy)
El coloso avanza por el mar frente al archipiélago de las Hébridas Interiores con sus enormes fauces abiertas: un espectáculo aterrador. Pero estos tiburones gigantes de hasta 10 metros de longitud y cuatro toneladas de peso se alimentan exclusivamente de plancton. El tiburón peregrino se mueve frente a la costa escocesa entre julio y septiembre, y con un poco suerte es posible verlo en esas fechas. Una localidad óptima para ello es Oban, con su bulliciosa bahía y los restaurantes de marisco y 'fish & chips'. Conocida como ‘la puerta de las islas' porque de ahí zarpan los ferries rumbo a las Hébridas Interiores y Exteriores, también cuenta con distintas empresas que organizan excursiones al fiordo de Lorn, un lugar excepcional para avistar vida marina.Mike Clark (alamy)
Las camas elásticas, ese pasatiempos para niños que los adultos contemplan con envidia cada vez que saltan sus hijos sobre ellas, pueden llegar a ser una experiencia de alto voltaje. Basta con mezclar la sensación de saltar y un entorno claustrofóbico como una cueva. Esa extraña combinación es lo que ofrece la empresa de entretenimiento Zip World en la localidad de Blaenau Ffestiniog, al noroeste de Gales (Reino Unido). A 200 metros de profundidad y suspendida sobre el suelo hasta 54 metros, la lona elástica permite una buena descarga de adrenalina. Quien quiera, puede seguir explorando este inframundo de abigarrada iluminación haciendo escalada o tirolina. Siempre, claro está, sin salir a la superficie.Clarissa Debenham (alamy)
El ascenso a la formación rocosa de Preikestolen, en la costa sudoeste de Noruega, cuyo nombre significa 'púlpito', es solo el comienzo: dos horas de caminata de dificultad media. Pero el verdadero subidón espera al final, una vez nuestros pies se posan sobre la meseta de roca de 25 metros cuadrados que se asoma con descaro a un enorme precipicio. Y es que esta atalaya natural, cuyas paredes caen verticalmente 604 metros sobre el fiordo de Lysefjord, no tiene barandilla. Esas imágenes legendarias en las que solitarios caminantes balancean las piernas sobre el abismo son, sin embargo, engañosas. En julio del 2019 fueron –para enfado de los conservacionistas– casi 120.000 los visitantes. Una leyenda local asegura que un día la explanada rocosa acabará cediendo y precipitándose a las aguas heladas del fiordo. Eso solo ocurrirá, según la misma leyenda, cuando cinco hermanos se casen con cinco hermanas.Andrey Armyagov (alamy)
Desde el Puerto de Izaña, en las rampas cercanas al Teide, en la isla de Tenerife, podemos sentirnos como pájaros volando sobre el valle de Güimar o el de la Orotava, según el sentido en el que se realice. Un parapente nos permitirá un espectacular vuelo con 2.200 metros de desnivel, uno de los más elevados de Europa, bien en solitario o en tándem. La sensación de volar junto al Teide, el volcán Cho Marcial o el azul oscuro del Atlántico es algo inolvidable.Pavliha (getty images)
Si queremos emular a Pierce Brosnan, quien en el papel de James Bond, el agente secreto más famoso de la literatura y el cine, se lanzó al vacío amarrado a una cuerda elástica en la presa suiza del valle de Verzasca, de 220 metros de altura, en la escena más recordada de 'Goldeneye' (1995), podremos hacerlo en el segundo salto más vertiginoso del continente europeo con permiso de Verzasca. Se trata del puente que salva la espectacular garganta de Arádena (138 metros de abismo), en la región de Sfakia, al suroeste de Creta. A veces hay buitres leonados sobrevolando en círculos este abrupto barranco rocoso, pero no hay que ver en ello un mal presagio. Cerca de allí, el pueblo de Arádena, que fue abandonado en la década de 1950, también merece una visita al contar con buenas muestras de arquitectura tradicional cretense.Posnov (getty images)
El meltemi es previsible como un reloj: este viento estival del Egeo griego se levanta a finales de mayo y no deja de soplar hasta comienzos de octubre. Pero no solo a eso se debe que Fanes, en la isla de Rodas, sea una meca para jugar con el viento deshilando una cometa o cabalgando el oleaje sobre una tabla de surf. También influye su amplio y sedoso arenal, y que los principiantes salen de aquí encantados. Los profesionales suelen optar por la tramontana de primavera y otoño, con olas más bravas.Shine-a-light (alamy)