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20 destinos españoles muy deseados en Instagram

Lonely Planet ha propuesto a su comunidad instagramer que vote por las playas más anheladas, los pueblos más pintorescos, los valles más bonitosy los parques nacionales imprescindibles de nuestro país. Y los ganadores son...

Hay lugares de España que aparecen una y otra vez en Instagram y generan miles de ‘likes’. Lonely Planet (Es Molí de Sal, emblemático restaurante de Formentera alojado en un molino de viento que con más de 200 años fruto de la herencia salinera de la isla balear, y con unas vistas privilegiadas de la playa.Alamy
Por unanimidad, los ‘instagramers’ de Lonely Planet escogieron Cadaqués como el pueblo más bonito de nuestras costas. Y no son los únicos que lo piensan. Esta villa pesquera de la Costa Brava mediterránea ha sido la inspiración de muchos artistas, entre ellos Dalí. El pueblo, con sus caseríos blancos y coronado por el castillo de Sant Jaume, reposa en una pequeña bahía al sur del llegar requiere negociar 15 kilómetros de curvas en zigzag que no se lo ponen fácil al visitante. Pese al ‘boom’ del turismo, Cadaqués conserva sus encantos: un casco antiguo de callejuelas estrechas y empinadas, plazoletas, puertas pintadas de colores… y una iglesia parroquial, allá en lo alto, que contempla una espléndida vista de la bahía.Gerard Puigmal (getty)
Entre todas las localidades del interior de la Península, esta recibe elogios unánimes de los viajeros en Instagram. Es difícil sustraerse a la imagen de este Camino Lebaniego hasta el cercano monasterio de Santo Toribio de Liébana. Pueblo de puentes, de torres medievales y de caserones blasonados, por las calles de Potes escapan también aromas de su famoso cocido lebaniego y otros manjares cántabros.JESÚS MARÍA ERDOZAIN (alamy)
Entre los entornos naturales españoles, el valle de Ordesa es uno de los más impresionantes. Es el corazón del parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, patrimonio mundial, y está recorrido por el río Ariazas, que nace en el Monte Perdido y desciende creando espectaculares gargantas. La puerta de entrada es el pueblo de Torla, de calles estrechas y casas de piedra. Todo el valle custodia una sucesión de circos y valles glaciares, cascadas y rutas de senderismo de irresistible belleza. Ordesa es uno de los paraísos del senderismo, con algunas rutas míticas, como la Senda de los Cazadores.Artur Debat (getty)
Bosques, prados y lagos. Esta es la imagen idílica de Aigüestortes, uno de los rincones más bellos de la geografía española, protegido bajo la figura de parque nacional. Y lo merece: con más de 200 lagos y estanques, es el ejemplo más completo de los ecosistemas de la alta montaña pirenaica y de la acción de los glaciares del Cuaternario. En este lugar del Pirineo de Lleida, al que se accede por los pueblos de Boí (al oeste) y Espot (al este), se alternan riscos, cascadas y valles, y entre ellos, una fauna riquísima que va del urogallo al quebrantahuesos. Entre sus puntos más fotogénicos y más singulares, los riscos de El Encantats, culminados en las dos cimas gemelas al pie del lago Sant Maurici y los meandros de alta montañaEdwin Toone (alamy)
Muchos la llaman ‘la catedral de mar’, aunque aquí los canteros han sido el viento y la fuerza de las olas, que han ido tallando los acantilados de esta zona de la costa del Cantábrico hasta formar recovecos, cavidades, naves y altísimos arcos que tienen mucho de artístico. Su nombre real es playa de Augas Santas y está declarada Monumento Natural por la Xunta de Galicia. Los visitantes pueden acercarse solo a un tramo de un kilómetro y medio de arena blanca –en Semana Santa y de julio a septiembre hay que reservar previamente en la web esperar a que baje la marea para recorrerlo en su totalidad. En su borde superior hay un paseo acondicionado que permite recorrerlo cómodamente y hacer fotos realmente irrepetibles.Alamy
Presume de ser el pueblo más bonito del Cantábrico asturiano, en competencia estrecha con otros como Lastres. Las pequeñas playas asturianas se suceden entre acantilados, dejando en los recodos villas como esta, cuyas casas de colores se descuelgan desde las montañas hasta el puerto. Para contemplar las mejores vistas hay que subir hasta el acantilado donde está su famoso faro, o al mirador de la garita-atalaya. En el pueblo no faltan edificios históricos que recuerdan que en su día fue un enclave pesquero muy importante. Y en los alrededores un lugar inesperado: el palacio de Los Selfas con sus jardines y estatuas, al que se conoce como el Versalles del Norte.getty images
Entre los pueblos más fotogénicos de España, Besalú destaca con uno de los mejores conjuntos medievales de Cataluña. Está en la comarca de La Garrotxa, entre volcanes y hayedos que se tiñen de color en otoño para añadir un irresistible atractivo al que es por sí mismo un destino de incuestionable belleza. Su puente románico sobre el río Fluvià es la entrada al pueblo (en la foto). Una vez en el interior, los rincones para disparar la cámara se suceden: calles empedradas, casas de piedra, escudos de madera, un castillo, un ‘micvé’ (baño judío de purificación) o la iglesia del monasterio de Sant Pere.Daniele SCHNEIDER (getty)
Entre cumbres de más de 3.000 metros, el valle de Arán no solo es el único de todo el Pirineo español que discurre hacia el norte, sino también uno de los más singulares y bellos. Tiene un idioma propio –el aranés–, una gastronomía y una cultura particulares, defiende su independencia y presume de sus impresionantes parajes, como lagos de origen glaciar y parajes vírgenes. Una carretera, la C-28, atraviesa el valle y recorre sus pueblos de alta montaña como Bagergue, Unha, Salardú –con uno de los templos románicos más valiosos del Pirineo, la iglesia de Sant Andreu (en la foto)– o Arties, que da acceso al parque nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. Pero la capital es Vielha, el punto de encuentro de todos los caminos para recorrer el valle.Alamy
El primer parque nacional español, la angosta garganta del Cares (en la foto).Íñigo Fernández de Pinedo (getty)
Enmarcada en los tonos verdes de los prados asturianos que cubren sus acantilados y subrayada por los azules turquesas de sus aguas, Torimbia es una de las playas más bonitas de toda la costa cantábrica, una especie de concha de arenas blancas que dibuja una imagen espectacular. Tranquila y aislada –a unos 15 kilómetros de Llanes–, de aguas prístinas, resguardada del viento y con poca profundidad, admite bañistas de toda condición aunque es especialmente apreciada por los nudistas, que encuentran aquí un entorno recogido y discreto. Está en el corazón del litoral oriental de Asturias y para hacer una buena foto desde arriba podemos ir al mirador cercano, junto a la playa del Niembro, desde el que se tiene una vista aérea preciosa sobre Torimbia.Orbon Alija (getty)
El cine y las series de televisión se han fijado muchas veces en esta villa marinera asturiana de calles estrechas y empinadas, en las que se entremezclan viviendas humildes con casonas señoriales, todas, eso sí, mirando al mar. Sobre ellas destaca la Torre del Reloj que retrotrae a la época de esplendor de la localidad –allá por el siglo XVIII–, cuando se levantaron muchas de sus mansiones y palacetes. En otros tiempos dedicada a la pesca de ballenas, hoy Lastres está volcada a los visitantes que llegan para contemplar la espectacular panorámica desde el mirador de San Roque y la playa de la Griega, o para pasear entre los barcos de colores de su puerto de pescadores. Hay otro lugar mágico en sus alrededores: el faro de Lastres, sobre los acantilados, a solo cuatro kilómetros del pueblo.Clementa Moreno (getty)
Todo es piedra en este pueblo, joya monocromática y espectacular en medio de las sierras turolenses, Para disfrutar del conjunto, nada como recorrer el paseo fluvial junto al meandro que abraza el pueblo o subir a las murallas: la vista del conjunto urbano merece el esfuerzo.M. Ramírez (alamy)
Benasque es un valle pirenaico célebre por sus ofertas de deportes en la nieve y de aventura, pero también hotelesvalero.com), con el Aneto y el macizo de la Maladeta como telón de fondo.Tomás Guardia Bencomo (alamy)
Damos un salto a las islas Canarias, donde todo es diferente y se cambia de escenario. Entre los cuatro parques nacionales del archipiélago –el volcán del Teide, con sus 3.719 metros de altura y sus coladas de lava formando un paisaje extraordinario, que parece de otro planeta y acoge muchas especies endémicas que son otro de los valores que hacen único este gran parque canario.Alamy
Este impresionante y amplísimo arenal de más de 13 kilómetros de largo y 50 metros de ancho, donde no hay construcciones, solo arenas finas y como telón de fondo las olas de un inmenso océano, se extiende al sur de Fuerteventura. Para bañarse hay que tener en cuenta las olas y las corrientes, que son fuertes, pero para los valientes del surf es un lugar perfecto para surcar las olas sobre una tabla. Custodian el enclave playero las montañas de la península de Jandía, que han permitido que hasta hoy sea un lugar prácticamente virgen: está lejos de la civilización y no cuenta con ningún tipo de servicio, salvo los que ofrece la cercana aldea de Cofete (un restaurante). Sobre la playa, un letrero advierte de la presencia de tortugas que hay que proteger.Michael Schelhorn (getty)
Ejemplo de la belleza de los pueblos de la Costa Brava, en Calella de Palafrugell pasó Josep Pla casi todos los veranos de su infancia y Joan Manuel Serrat compuso 'Mediterráneo'. A los dos les inspiró la armonía y el aire seductor de este pueblo marinero, rodeado por calas de aguas transparentes, que ha conservado todo el sabor tradicional en sus estrechas calles y en sus fachadas blancas. Situada en el Bajo Ampurdán, en Girona, Calella ha logrado preservar su aire bohemio frente al turismo de masas que llega a la Costa Brava. En los alrededores abundan los pueblos pintorescos y las buenas vistas: basta con seguir el Camí de Ronda que enlaza hasta ocho calas y playas, desde los jardines de Cap Roig hasta Llafranc, cada una con un encanto especial.george clerk (getty)
Casi mimetizado con las calizas que lo rodean, el pueblo medieval de Alquézar es otra de esas imágenes que llaman la atención a todo el que se acerca. Las casas se extienden a los pies de un castillo de origen islámico convertido en colegiata tras la reconquista cristiana. De aquella época apenas queda una muralla con almenas y torreones que rodea el conjunto y que sirve para dibujar un panorama de lo más sugerente. Alquézar es, además, puerta de entrada al parque natural de la Sierra y Cañones de Guara, escenario privilegiado para los deportes de aventura (en la foto, ruta de las Pasarelas del Vero). Para tomar una espectacular imagen del conjunto solo hay que acercarse al mirador Sonrisa del viento.Eloi Omella (getty)
Tranquilo y entrañable, el valle del Pas es uno de esos paisajes profundamente rurales y teñidos de verde que tanto triunfan en Instagram. Está a solo una hora de Santander, en una zona de paso entre la costa y el interior de Castilla, de ahí su enorme patrimonio cultural e histórico. Por aquí pasaron los rebaños trashumantes desde el siglo XI y crearon una forma de vida diferente. Las villas pasiegas más importantes son Vega del Pas, San Pedro del Romeral y San Roque de Riomiera, con grandes conventos de los siglos XVI y XVII y mansiones de indianos. Es una zona perfecta para el senderismo y también para probar los placeres de la buena mesa, entre contundentes cocidos montañeses y los no menos contundentes y omnipresentes sobaos.Xavier Fores / Joana Roncero (alamy)
Cies, Sálvora, Ons y Cortegada: estas son las islas que configuran el parque nacional marítimo-terrestre de las Islas Atlánticas, con alguno de los paisajes más bellos y fotografiados de la costa gallega. En el pasado refugio de piratas, ahora permanecen deshabitadas, excepto en verano. Exentas de tráfico rodado, lo único que se escucha aquí es el rumor de las olas y el viento. Y lo mejor está en el fondo del mar, que acoge ecosistemas de lo más variado y también buques hundidos cargados de leyendas. En Ons (al fondo en la imagen) encontramos las misteriosas ‘frunas’, cuevas marinas esculpidas en granito que , según la leyenda, bajan hasta el mismísimo infierno. Y en las Cíes espera una de las playas más bonitas de España, la de Rodas, paraíso natural con un faro desde el que se disfruta de un espectáculo impresionante.getty images