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Los 30 mejores proyectos viajeros para 2021, según Lonely Planet

La sostenibilidad, el apoyo a las comunidades y la diversidad distinguen a esta treintena de lugares, personas o historias viajeras destacadas en el Best in Travel 2021 en un año diferente al resto

Este año el tradicional 'Best in Travel' de Lonely Planet, el ránking anual de la editorial viajera, es diferente: en lugar de apostar por los destinos que despuntarán el próximo año, ha querido realzar las voces más diversas y más locales. Los mejores lugares, productos turísticos, personas e historias viajeras que apuestan por la sostenibilidad, el apoyo a la comunidad y la diversidad en el turismo.
La segunda ciudad de Suecia se mantiene en cabeza del Global Destination Sustainability Index, el índice global de destinos sostenibles, y ha introducido una serie de soluciones para lograr no depender de los combustibles fósiles en 2020. Hoy por hoy, el 95% de sus hoteles tiene certificado verde, el 65% de su transporte público funciona con energía renovable y las credenciales ecológicas de los restaurantes se exponen como si fueran las insignias de grandes premios. Gotemburgo no siempre fue un ejemplo de sostenibilidad: durante muchas décadas fue una urbe industrial pero ha sabido transformarse en un centro de innovación, convirtiendo sus viejos almacenes del puerto en mercados de alimentación, las naves industriales en galerías de arte o los mataderos en bodegas de moda. En 2021 celebrará su 400º aniversario y lo hará con un nuevo parque público completamente accesible: el Jubileumsparken, donde todo el mundo puede bañarse en una piscina flotante, tomar el sol en una playa artificial o cultivar hortalizas en un huerto urbano sin tener que pagar nada. Además, cuenta con una impresionante sauna sobre el agua cuyos vestuarios se construyeron con 12.000 botellas recicladas. Esta ciudad sueca es también la cuna de muchas marcas sostenibles de ropa que no utilizan materiales tóxicos y que ofrecen sueldos decentes a sus trabajadores. También abundan los alojamientos sostenibles, los restaurantes que utilizan solo productos de proximidad y edificios que funcionan con energía alternativa. Incluso cuenta con un parque de atracciones, Liseberg, el más grande de Escandinavia, donde todas las atracciones funcionan con energía eólica renovable.
Jeff Gilbert (alamy)
Repartidas en un remoto rincón del océano Pacífico, a cientos de kilómetros del país más próximo, las 576 islas de arena blanca que forman el archipiélago tropical de Palaos son realmente extraordinarias. Durante varios siglos fueron españolas, aunque poco queda de la cultura hispánica en estas islas al otro lado del mundo. Hoy son un paraíso casi virgen para buceadores y buscadores de sol y playa, pero viven amenazadas por el aumento del nivel del mar y el impacto ecológico que supone el turismo. Por ello Palaos ha dedicado la última década a implementar medidas de protección de su biodiversidad y su patrimonio cultural. En 2009 creó el primer santuario de tiburones del planeta —un 80% de su territorio marítimo es reserva marina— y fue el primer país en prohibir las lociones solares que resultan dañinas para los arrecifes. Otro hito fue la declaración en 2012 como patrimonio mundial de la Unesco de la Laguna Sur de las islas Chelbacheb: Palaos destinó los fondos del programa para mejorar la situación de la fauna autóctona de las islas. Además, el cambio climático y el turismo sostenible se han incorporado por ley al currículum escolar. Pero esto no es todo: a su llegada, a cada visitante se le pide que firme el 'Palau Pledge', un contrato social por el cual se compromete a tener un comportamiento responsable con el entorno y la naturaleza durante toda su estancia. Los resultados comienzan a tener fruto.Westend61 (getty images)
Situado en la bella meseta de Etendeka, Grootberg Lodge fue el primer ‘resort’ turístico gestionado por la comunidad que lo creó en la región de Damaraland (Namibia). Este lujoso alojamiento fue construido con materiales naturales, funciona con energía solar y se integra a la perfección en el entorno que la rodea, el valle del río Klip. El Grootberg Lodge se rige por los principios de la sostenibilidad: utiliza la energía mínima y cuenta con un método para conservar el agua desarrollado mano a mano con la comunidad local. Sin embargo, la iniciativa más destacada del ‘resort’ es su capacidad para crear puestos de trabajo que minimicen el impacto que el ser humano tiene sobre la fauna de Namibia. Emplea a unas 70 personas, varias de ellas excazadores furtivos, que conocen mejor que nadie la rica fauna de la zona, como el rinoceronte negro o el impala de cara negra, que se han reintroducido con éxito. Ahora son ellos los mejores protectores de estos animales frente a la caza furtiva. Gracias a estas medidas, Damaraland cuenta con la población de rinocerontes negros libres más grande del mundo. El 'lodge' tiene también un Fondo de Depredadores, un depósito económico destinado a compensar a los granjeros cuando alguno de los animales de su ganado muere bajo las garras de un depredador, reduciendo así el conflicto entre depredadores y granjeros.Chad Case (alamy)
La Virginia Mountain Bike Trail es una ruta de casi 800 kilómetros de ‘bikepacking’, una especialidad que mezcla senderismo y cicloturismo, que atraviesa algunos de los mejores paisajes del sur de Estados Unidos. La ruta partió de la idea visionaria de un ciclista de montaña, Chris Scott, que diseñó uno de los senderos de ‘bikepacking’ más bellos e interesantes de América, por los picos y valles de la cordillera Azul de Virginia (las llamadas Blue Ridge Mountains). Intentando imitar las grandes rutas de Colorado y Arizona, este ciclista y sus amigos enlazaron 770 kilómetros de caminos estrechos, pistas de grava y pasos entre crestas, para diseñar un recorrido muy exigente pero accesible, desde Strasburg hacia Damascus. Este 'biketrail' tiene una cuarta parte de la dimensión de la famosa ruta Appalachian Trail y casi se junta con ella, por lo que es una alternativa cada vez más popular para vivir una aventura al aire libre menos masificada y sostenible. Hay que dedicar dos semanas para recorrerla completa y contar con cierta experiencia previa. La recompensa son unas vistas increíbles y acampar en parajes naturales solitarios. Los que tengan menos bagaje siempre pueden fragmentar el camino en tramos más cortos o hacer una excursión más cómoda y asequible por el vecino valle de Shenandoah.getty images
Aunque Grecia no destaca especialmente por implementar prácticas sostenibles en materia de turismo, de alguna forma los griegos siempre han tenido un espíritu verde y ecológico. La mayoría cocina platos espectaculares con productos sencillos de huerta, como tomates o verduras, e incluyen en su dieta el pescado fresco, excelentes aceitunas y un aceite suave y de calidad extraordinaria. Tanto en Grecia como en las islas, muchas personas cultivan sus hortalizas y preparan versiones locales con productos de proximidad. Es un destino eminentemente cultural pero se puede ver fácilmente otra cara del país practicando el senderismo, que nos adentrará en rincones como las montañas de Kalymnos, en la isla del mismo nombre, para descubrir los secretos de las plantas aromáticas, o darnos un festín de verduras frescas, quesos elaborados con productos locales y postres caseros. En las costas, podremos disfrutar siempre de un buen pescado o de un 'carpaccio' de pulpo fresco recién capturado. En la foto, una animada terraza en Pothia, capital de Kalymnos y principal asentamiento de la isla.AegeanPhoto (alamy)
Viajar en tren tiene un impacto menor para el medio ambiente que hacerlo en coche, barco o en avión. El tren Rocky Mountaineer (en la foto), que atraviesa las escarpadas Montañas Rocosas del Canadá, se ha esmerado para reducir en 18 toneladas anuales sus emisiones de carbono, ha aumentado el reciclaje a bordo y ha puesto en marcha iniciativas para proteger la fauna local. Esta línea ferroviaria atraviesa una región salvaje, con ríos bravos alimentados de glaciares y picos de granito vigilando profundos valles, y en la que viven alces, ciervos, águilas y osos grizzly. Consciente de la fragilidad de este extraordinario ecosistema, la compañía detrás del Rocky Mountaineer contribuye anualmente al Tree Canada’s National Greening Program, que ya ha logrado que se planten 13.500 nuevos árboles en toda la Columbia Británica. También se ha asociado con organizaciones que protegen la naturaleza y la fauna. Existen varias rutas distintas, todas con nombres muy sugerentes: Hell’s Gate (La puerta del infierno) en el río Fraser, Avalanche Valley (El valle de la avalancha), Painted Chasm (El abismo coloreado) y Jaws of Death Gorge (La garganta de las fauces de la muerte). Algunas de ellas atraviesan los legendarios Spiral Tunnels (túneles helicoidales), donde la vía da la vuelta dos veces sobre sí misma al curvarse en un gigantesco ocho cuando pasa por la zona conocida como The Big Hill.
En 2017 el huracán Irma devastó casi por completo países caribeños como Antigua y Barbuda. Desde entonces estas islas gemelas han apostado por la transición ecológica, promoviendo la sostenibilidad con medidas concretas y contundentes. En ambas islas se ha prohibido el plástico y el poliestireno extruido de cualquier producto. En Antigua se ha creado además el llamado corredor verde, una serie de ‘resorts’ y negocios respetuosos con el medio ambiente a lo largo de la costa suroeste, donde se encuentra también la Reserva Natural Wallings, el primer parque nacional de gestión comunitaria del país, regentado por personal y voluntarios de la zona, y que revierte todos los beneficios en la comunidad local y en la propia reserva natural. En la isla de Barbuda el compromiso por la conservación de la fauna salvaje se aprecia en el Santuario de Fragatas (en la foto), en el parque nacional de la Laguna Codrington, donde se ha formado la mayor colonia de fragatas del hemisferio occidental. Antigua y Barbuda tienen entre sus encantos los alimentos autóctonos, como la piña negra, un producto raro y originario de Antigua que se puede encontrar en puestos de fruta por toda la isla. E indudablemente están sus playas, que son la imagen que uno visualiza al pensar en el Caribe, como la espectacular Half Moon Bay (Antigua), con forma de media luna.Roberto Moiola / Sysaworld (getty images)
En un pequeño rincón al noroeste de Ruanda vive una de las últimas poblaciones de gorilas de montaña del planeta. Tras décadas de caza ilegal y conflictos bélicos esta población se ha visto drásticamente disminuida. Parecían condenados a extinguirse pero, gracias a la participación del país en el Programa Internacional de Conservación del Gorila, su población crece poco a poco: hoy hay unos 600 gorilas viviendo en el bosque de las montañas Virunga, una cadena de volcanes extintos que bordea Ruanda, Uganda y la República Democrática del Congo. Además, Ruanda ha adoptado un modelo de turismo sostenible para conseguir un cambio a largo plazo y está sirviendo de ejemplo a otros países y aprovecha los beneficios que genera el parque para reducir las amenazas sobre los gorilas. Hay iniciativas como Gorilla Guardians Village, una aldea donde excazadores furtivos se ganan ahora la vida compartiendo sus historias en lugar de proseguir con la caza. Las políticas sostenibles se aplican en otros puntos del país, como el parque nacional Akagera, que ha podido reintroducir con éxito al león y al rinoceronte negro oriental en su zona, convirtiendose de nuevo en un territorio donde pueden convivir los Big Five (los cinco grandes mamíferos de África). Y en el parque nacional más reciente de Ruanda, Gishwati Mukura (en el oeste), se ha propuesto la restauración del paisaje: se trata de una ecoregión biodiversa con muchas especies endémicas. Con alojamientos en granjas y rutas inmersivas con curanderos tradicionales, se pretende recuperar el frágil paisaje de la zona.Divesh_Mistry (getty images)
Esta ruta de 395 kilómetros, con inicio en Rávena y final en Florencia y que se puede completar andando o en bicicleta, sigue los pasos del poeta, filósofo y pensador Dante Alighieri (1265-1321), el primero en escribir en italiano. Su 'Divina comedia' dejó una profunda huella en la cultura occidental en un momento en el que empezaban a verse los primeros signos del Renacimiento. El recorrido consta de 20 etapas y es un ejemplo de 'slow travel' para conocer la Emilia-Romaña y la Toscana, con hitos como las ciudades de Rávena —con sus maravillosos mosaicos bizantinos, la ciudad donde Dante se exilió, terminó la 'Divina Comedia' y donde fue enterrado—, y Florencia, cuna del pensador y donde el Museo Casa di Dante conserva viva la memoria del poeta. Y entre una y otra, todo un despliegue de paisajes, con pueblos como Brisighella y su fortaleza (en la foto), o cascadas como las de Acquacheta, de las que Dante escribió hace 700 años.getty images
El blog Soraya.earth combina el amor por los viajes con el deseo de proteger la Tierra. Con sus relatos y consejos viajeros, su autora Soraya Abdel-Hadi (retratada en la imagen junto a su perro) busca servir de inspiración para que la gente tome decisiones más conscientes sobre sus viajes y se anime a explorar el entorno natural, incluso si no pueden marcharse muy lejos. Soraya Abdel-Hadi aborda en su blog una pregunta que los viajeros 'ecoconscientes' se formulan desde hace tiempo: ¿cómo se pueden combinar la pasión por los viajes con el deseo de proteger el planeta? En su opinión, el mejor punto de partida es la honestidad. Para minimizar la huella de nuestros viajes anima a comprometerse y prestar atención a cada uno de los aspectos del viaje y a hacernos preguntas como: ¿Escogemos operadores locales? ¿Somos conscientes de lo que compartimos en nuestras redes sociales? Soraya ha cumplido su compromiso de terminar un año sin vuelos (confiesa que ha sido fácil de cumplir, con las restricciones de la pandemia) y se ha volcado en microaventuras, excursiones locales por su zona, que le han llevado a descubrir su entorno, en el Reino Unido, y a ayudar a la gente a conocer estas rutas. Su objetivo es impulsar un poco más la diversidad en el aire libre, la aventura y las comunidades sostenibles.
Entre los destinos impulsados por los propios habitantes locales, es decir, proyectos hechos desde la comunidad para la comunidad, hay que mencionar Invisible Cities, una empresa británica que forma a personas sin techo para que se conviertan en guías turísticos de su propia ciudad, con rutas alternativas que pueden resultar interesantes tanto para viajeros como para los propios habitantes locales. Los ingresos obtenidos se invierten en proyectos para personas sin hogar y en iniciativas que buscan concienciar sobre la dura realidad que viven los indigentes. Las rutas suelen salirse de lo convencional, muchas de ellas están centradas en sus propias historias o tienen a mujeres como protagonistas. Incluso ofrecen recorridos más morbosos que descubren lugares donde se cometieron célebres crímenes. Para los guías no deja de ser una oportunidad de ganar un sueldo y, sobre todo, tener un nuevo horizonte en su vida, además de socializar con otras personas y sentirse menos estigmatizados. La empresa fue fundada en 2016 por Zakia Moulaoui, quien se trasladó de Francia a Edimburgo hace 12 años. Gracias a su labor con la Homeless World Cup Foundation pudo conocer los muchos estigmas que padecen quienes viven en la calle y para ellos fundó Invisible Cities. Ya hay rutas en Edimburgo, Manchester, Glasgow, Cardiff y York.invisible cities
A lo largo de este 2020, han ardido en Australia casi 11 millones de hectáreas de bosque y zonas verdes. Los peores incendios en la historia del país han dejado un dramático reguero de 3.000 millones de animales muertos o heridos, sobre todo en los territorios de Nueva Gales del Sur y Victoria, los más afectados por las llamas. Como consecuencia de ello, miles de koalas de estas dos regiones han perdido el 80% de su hábitat natural. Aunque el Gobierno australiano ha invertido 200 millones de dólares para salvar a esos animales y a otras especies como el pino Wollemia, en la recuperación de la fauna y flora está siendo decisivo el turismo. Operadores como Echidna Walkabout Tours y Australian Wildlife Journeys ofrecen a los viajeros la oportunidad de observar a estos animales, pero también de participar en la plantación de árboles, retirando maleza o llevando a cabo estudios de biodiversidad en los hábitats de la zona. Todo aquel que se ofrezca en estas tareas podrá permanecer en el país 12 meses en lugar de los seis habituales. En paralelo, miles de voluntarios han aportado su esfuerzo en la recuperación de las zonas devastadas por el fuego a través de la National Bushfire Recovery Agency. Australia está especialmente concienciada con la necesidad de paliar el cambio climático y ha puesto en marcha nuevas estaciones de carga para vehículos eléctricos, autobuses turísticos que funcionan con hidrógeno e incentiva las fuentes de energía renovables en edificios.
La Burren EcoTourism Network es una red ecoturística que ha logrado reunir a más de 70 empresas locales de la región irlandesa de Burren (oeste del país) para convertirse en uno de los primeros destinos mundiales del turismo responsable y sostenible. En este rincón de Europa se encuentran algunos de los paisajes más extraordinarios del continente. Por ello, en 2011, se decidió fundar esta red que pone el énfasis en transmitir el mensaje de que el turismo popular y la sostenibilidad no son excluyentes. La plataforma promueve el turismo ‘slow’, el compromiso con lo local y una mayor responsabilidad con el entorno. Así se ha conseguido conservar el paisaje kárstico de aspecto casi lunar de Burren que atrae a tantos turistas, y que reúne a tres cuartas partes de las especies de flores silvestres de Irlanda y 23 especies de bellísimas orquídeas. Es el llamado Geoparque de Burren. Muy cerca, al suroeste, se alzan los espectaculares acantilados de Moher (en la imagen), de 215 metros de altura. Como resultado de este proyecto comunitario, tres destinos del condado de Clare –el cabo de Loop, la Burren Food Trail y el paraje monástico de Inis Cathaigh (isla Scattery)– han sido galardonados cada uno con un premio EDEN, los premios a los Destinos Europeos de Excelencia que concede la Unión Europea a la promoción de prácticas sostenibles.Peter Unger (getty images)
Kazajistán es un destino turístico en alza, gracias al renovado interés por la Ruta de la Seda en Asia Central. Pero, tras comprobar cómo otros destinos han sufrido por infraestructuras saturadas con la repentina llegada de visitantes, la antigua república soviética ha apostado por el alojamiento en casas particulares. De esta manera, la Asociación de Turismo de Kazajistán ha creado un programa de capacitación para que los lugareños se formen y ofrezcan sus 'yurtas' particulares a cambio de beneficios económicos. Las familias que se animen no solo pondrán a disposición de los visitantes sus hogares sino que ofrecerán experiencias kazajas auténticas para estimular así la economía rural: paseos a caballo por la estepa, rutas por la naturaleza, visitas a aldeas, clases de cocina… Cuando uno aprende a cocinar 'beshbarmak' (carne de caballo o cordero con fideos y cebolla) o disfruta de un concierto de dombra (un laúd kazajo) sabe, además, que su dinero va directo a la comunidad. Esta fórmula permite que las condiciones de vida en regiones más remotas y aisladas mejoren, pero también impide que se urbanicen zonas de gran valor medioambiental.Aureliy (getty images)
El remoto archipiélago volcánico de las Feroe, una región autónoma de Dinamarca a medio camino entre Islandia y Escocia, puede presumir de un paisaje espectacular, pero su máximo atractivo reside en la hospitalidad de sus gentes. Vertiginosos acantilados, cascadas atronadoras y colinas cubiertas de un manto verde esmeralda no pueden competir con el sentimiento de comunidad que reina en las islas. Los visitantes son siempre bienvenidos en tiendas y restaurantes y es muy normal acaben acompañados de algún lugareño a modo de guía. Durante el mes de abril, las islas se cierran al turismo para recibir a un centenar de voluntarios que llegan para arreglar senderos, reconstruir lugares dañados en invierno y preservar sus maravillosos paisajes naturales. Pero quien de verdad quiera sentirse parte de la comunidad debe visitarlas en Ólavsøka, el Día Nacional de las Feroe, que se celebra cada 29 de julio en Tórshavn, la capital (en la foto): los 52.000 habitantes de las islas se reúnen para bailar, cantar y beber alegremente. Para gozar de la hospitalidad feroesa solo hay que tomar el ferri de la tarde de Sørvágur a Mykines y alojarse en la única pensión de la isla. Su propietaria nos recibirá en el muelle, nos preparará una buena cena a base de pescado y nos acompañará de excursión para ver una puesta de sol inolvidable.Posnov (getty images)
Medellín es una ciudad renacida. Hubo un tiempo, cada vez más lejano, en el que lideraba el ránking de las urbes más peligrosas del mundo, pero ahora puede presumir de ser una de las más innovadoras y todo gracias a la revitalización impulsada por la comunidad. Cuesta creer este cambio porque la transformación es increíble: hay modernos telecabinas que van desde las nuevas estaciones de metro al pie de los Andes, la ciudad luce una ambiciosa arquitectura futurista y presume de su arte urbano y de una animada y segura vida nocturna. Es, sin duda, la ciudad de moda en Colombia y los antiguos barrios controlados por los traficantes de drogas albergan ahora circuitos de grafiti; la Zona Rosa es un centro gastronómico y de diversión hasta altas horas de la madrugada y Fernando Botero está presente con su arte de grandes dimensiones en cualquier lugar (en la imagen, las características esculturas de Botero en una plaza del centro). La ciudad cultiva la cultura, con festivales dedicados a la poesía o el tango cada verano. El antiguo alcalde, Sergio Fajardo Valderrama, ha sido el principal artífice del cambio al recuperar espacios públicos, reintegrar en la comunidad a los paramilitares desmovilizados, apoyar las inversiones en los barrios más pobres y alumbrar nuevos transportes.JOAQUIN SARMIENTO (getty images)
Etiopía es un país de paisajes muy variados y los guías locales de Tesfa Tours conducen a los viajeros hasta las tierras altas de las montañas Simén donde los gelada (simios) pasean tranquilos por acantilados de vértigo a 2.000 metros de altura. Otros recorridos llevan hasta la región de Tigray, la más septentrional, para ver los frescos religiosos que ilustran los muros de las altísimas iglesias sobre pináculos de arenisca roja (en la foto); o a la provincia de Wolo para compartir una taza de café ritual donde, en teoría, se preparó el primer café del mundo. También hay propuestas para observar la rara fauna etíope (los lobos etíopes, los papiones sagrados), o guías locales que nos acompañarán en una mañana de mercado. No falta la visita a la turística Lalibela y sus 11 iglesias esculpidas en la piedra, pero siempre con un toque muy auténtico y especial. Y todo acompañado de alojamiento en 'tukuls' (cabañas tradicionales de techo de paja) en parajes espectaculares. Es el turismo es su mejor expresión: sostenible, sin filtros e inolvidable.Tesfa Tours
Partiendo de su experiencia personal como refugiado huido de la guerra civil siria, Hesham Moadamani ha creado Refugee Voices Tours, una serie de rutas viajeras por Berlín que trazan paralelismos entre el conflicto sirio y la historia de la emigración en Alemania. Se calcula que en 2015 llegaron a Europa un millón de personas, la mayoría huyendo de la guerra civil siria. Hoy, Refugee Voices Tours ayuda a humanizar esas cifras ofreciendo rutas por distintas ciudades europeas con guías que son refugiados sirios, eritreos e iraquíes. La de Hesham Moadamami es solo una de estas muchas historias: lo abandonó todo para huir del conflicto y en la ciudad turca de Cesme, de noche, se lanzó a nadar los 8 kilómetros que le separaban de la isla griega de Quíos. Antes de esto, solo había visto el mar dos veces, pero lo consiguió, con sus papeles en una bolsa de plástico atada a la cintura y los zapatos en el cuello. Siete horas más tarde, la guardia costera griega le recogió y tramitó sus papeles como refugiado. Más tarde, decidió caminar hasta Alemania, donde llegó con los pies sangrando. Su ruta heroica le ha servido para trazar un itinerario diferente, que incluye rincones de Berlín como el Muro, la Topografía del Terror y el Checkpoint Charlie (en la imagen), y traza paralelismos entre los 15 millones de personas desplazadas por la II Guerra Mundial y la situación actual en Siria. El paseo termina en un restaurante sirio, donde los participantes charlan sobre lo que han aprendido y saborean lo mejor de la cocina de ese país asiático.Maja Hitij (getty images)
Aunque la ciudad de Siem Reap es la puerta de entrada a los Templos de Angkor y uno de los destinos más populares del sudeste asiático, la provincia en la que se enmarca sigue siendo la más pobre de Camboya, con un 45% de sus residentes por debajo del umbral de la pobreza. Las empresas locales que dan oportunidades han crecido en los últimos tiempos, y entre ellas destaca Footprint, fundada por la británica Georgina Hemmingway en 2016 y regentada por lugareños. Es un negocio que combina un elegante café en la planta baja, donde se sirven platos de cocina jemer con ingredientes locales éticos, y en la parte superior, un moderno espacio de ‘coworking’, con descuentos del 50% a las empresas locales emergentes. Además de suponer una plataforma de expansión para emprendedores locales, el café destina el 100% de sus beneficios a la comunidad en forma de becas educativas o de apoyo a proyectos sociales, como uno de alfabetización para niñas vulnerables. El espacio es también un punto de encuentro para los viajeros, donde asistir a charlas o eventos o participar en la generosa ‘happy hour’.Footprint Caf+
Georgette Jupe era una estudiante tejana en Los Ángeles (EE UU) que un día, en 2005, decidió pasar un año estudiando en Florencia tras suspenderse el curso que tenía previsto hacer en Londres. De entrada no le atraía mucho lo de ir a la ciudad italiana, sobre todo porque desconocía el idioma. Quince años, un marido, una casa y un perro llamado 'Ginger' después, Georgette es una florentina más, e incluso conoce mejor la ciudad que muchos de sus nativos, y comparte todos sus hallazgos en su completo blog Girl in Florence. Por sus páginas transitan los iconos más clásicos, como los Uffizi o la Gallería della’Accademia, pero lo que hace diferente a este blog es su voluntad de mostrar otra cara de la ciudad, dando voz a los artistas y artesanos florentinos, o dedicando tanta atención a restaurantes de barrio como a otras propuestas más turísticas. Georgette es consciente de que Florencia puede llegar a abrumar, pero está orgullosa de haber conseguido, tras escribir más de 600 entradas en su cuaderno de bitácora, generar un gran arraigo dentro de la comunidad.
El aislamiento de la cadena de islotes de las Sea Islands, un centenar de territorios diseminados frente a las costas de los Estados de Carolina del Sur, Georgia y Florida, permitió a los pueblos gullah y geechee preservar el patrimonio cultural africano más completo del país. Hoy el extenso Corredor del Patrimonio Cultural Gullah-Geechee que abarca 31.000 kilómetros cuadrados desde el condado de Pender, en Carolina del Norte, hasta el condado de San Juan, en Florida, puede ayudar a los viajeros a comprender el legado de esta región tan poco explorada. En sus pequeñas comunidades agrícolas y pesqueras, los descendientes de los esclavos procedentes de África conforman la más intacta de todas las comunidades afroamericanas. Hasta aquí llegaron para cultivar arroz muchas personas esclavizadas procedentes sobre todo de Sierra Leona. En esta región aislada (en la foto, pasaje arbolado en la isla de John, Carolina del Sur) y plagada de mosquitos se les forzó a trabajar y también en las plantaciones de algodón y de índigo. Los esclavos demostraron ser resistentes a las enfermedades pero los esclavistas no, y se marcharon a vivir lejos de las plantaciones. Y fue aquel aislamiento lo que permitió a los gullah (isleños de Carolina del Norte y Carolina del Sur) y a los geechee (esclavos y descendientes de esclavos de Georgia) desarrollar y preservar su propio patrimonio cultural. Forjaron una nueva lengua, una mezcla de inglés y africano, similar al krio, un idioma criollo de Sierra Leona; elaboraron artesanía africana, como los cestos tejidos, y mantuvieron un folclore propio y sus danzas rituales, que también forman parte integral de su canon cultural (la gran cantante de góspel y folk Bessie Jones es de origen gullah-geeche). Pero fue sobre todo en la cocina donde mantuvieron la influencia africana occidental, en platos como el cangrejo con arroz o el purloo, un guiso a base de arroz, salchichas y camarones.getty images
En la soleada ciudad playera californiana de San Diego está muy presente la herencia de las comunidades indígena, española, mexicana y norteamericana, culturas que han moldeado a lo largo de la historia el oeste de Estados Unidos. Estas influencias son patentes en múltiples aspectos, de las haciendas de adobe a la arraigada tradición surfista o la gastronomía de raíces latinas. San Diego es una ciudad fronteriza y las comunidades minoritarias representan más del 59% de la población. Esta diversidad, combinada con un clima templado, unos paisajes magníficos y kilómetros y kilómetros de senderos para hacer rutas en bicicleta o a pie, han creado uno de los lugares de Estados Unidos más agradables para vivir. Como ejemplo, el elegante barrio de La Jolla, donde esta el parque Balboa (en la imagen), una zona verde más grande que el neoyorquino Central Park, y un total de 17 museos (no hay que perderse el Spanish Village Art Center). Ese centro efervescente convive con otros distritos artísticos que muestran la faceta creativa de la ciudad, con epicentro en el barrio Logan y su Chicano Park. Este último es una buena muestra de la cultura mexicana-estadounidense que celebra su 50º aniversario en 2020 y es un punto importante de reunión, como refleja su colección de más de 70 murales históricos. La diversidad de la ciudad también se aprecia en la gastronomía, en la que conviven los tacos (convertidos aquí en una forma de arte con mil influencias locales), la cocina de Little Italy (el barrio italiano más grande de EE UU) o los sabores afroamericanos de las barbacoas.Lingxiao Xie (getty images)
Ammán, la capital de Jordania, es una parada indispensable para todos los viajeros que se dirigen hacia los templos de arenisca rosada de Petra o las arenas desérticas del Wadi Rum, también conocido como el Valle de la Luna. Pero es también un gran centro intelectual y artístico de Oriente Medio. En los últimos años vive una explosión creativa que hace que cada vez más personas acudan a visitar exclusivamente esta ciudad, acogedora y amable. Una de las experiencias que mejor representan su alma es la comida, sobre todo si se comparte mesa con una familia ammaní. Allí se pueden probar platos como el 'mansaf' (arroz y cordero aderezado con yogur local) o un buen 'arak' (un aguardiente blanquecino seco), y sobre todo el café, que es costumbre servir en la sobremesa y en tres tazas: la primera es la bienvenida, la segunda es para saborearla y la tercera es una señal de respeto. Ammán invita a disfrutar y a relacionarse con sus habitantes, en particular en las calles del centro histórico de Al Balad, entre los puestos de especias, ropa e instrumentos musicales, que sobreviven junto a establecimientos muy queridos como Habibah, la mejor tienda de la ciudad de 'kunafeh' (un postre a base de queso dulce). En los barrios más de moda, como Weibdeh y Jabal Ammán, se pueden visitar galerías de arte y cafés comunitarios creativos que continúan el espíritu hospitalario. En la imagen, panorámica de la ciudad con el teatro romano en primer plano.getty images
Tras el éxito de su blog 'Packs Light', Gabby Beckford ha creado la red Young Traveler’s Network y cofundado la Black Travel Alliance para motivar a los jóvenes a ver mundo y aumentar la representación de las personas negras en la industria turística. A sus 25 años, es una influyente bloguera y una de las voces más reconocidas de la Generación Z. Opina que la juventud es más consciente del impacto que sus viajes pueden tener en el medioambiente. Gabby visitó Islandia en su primer viaje en solitario cuando tenía 17 años y después decidió marcharse a Dubái a estudiar. Pero no encontraba ningún medio de comunicación que se dirigiera directamente a su generación, así que optó por crear su propio blog, al principio muy personal, pero que fue transformando en un recurso para empoderar a los jóvenes para viajar y ver mundo. Para incentivar ese tipo de conversaciones, Gabby creó en Facebook la Young Traveler’s Network, que anima a los viajeros de entre 16 y 26 años a conectar directamente entre ellos. Otro de sus objetivos es dar visibilidad a las personas negras en los blogs y redes viajeras y en la industria del turismo. Para ello ha fundado recientemente la Black Travel Alliance, junto con otros 17 creadores negros, en una apuesta por amplificar su voz colectiva.
Costa Rica ha hecho de la naturaleza su mayor tesoro: volcanes, calas de arena dorada y densos bosques tropicales atraen cada año a miles de turistas, seducidos también por la seguridad que ofrece y por la gran calidad de su infraestructura turística. A esto se añade que el país centroamericano se ha empeñado en que todos, sin excepción, puedan disfrutar de sus encantos. Una ley obliga a hoteles y espacios públicos a adaptarse a las limitaciones de las personas con movilidad reducida para que los viajeros con discapacidad puedan disfrutar sin dificultades –o con dificultades mínimas– de los atractivos del país. Así, existen senderos pavimentados accesibles que recorren la mayoría de los bosques pluviales, y los parques nacionales, como el de Carara o el del Volcán Poás (en la foto), cuentan con senderos universales que dan a las personas en silla de ruedas la oportunidad de ver de cerca a perezosos, tucanes y ranas venenosas de dardo. La ciudad de La Fortuna, entrada natural al parque nacional Volcán Arenal, ofrece a los viajeros en silla de ruedas la oportunidad de moverse en tirolina entre las copas de los árboles con la ayuda de unos arneses especiales. Este turismo accesible tiene su continuación en lugares como la provincia de Puntarenas, recostada sobre la costa del Pacífico, donde es normal encontrar propuestas de surf adaptado para personas con movilidad reducida.Matteo Colombo (getty images)
Perdida en medio del Atlántico, cerca de la costa occidental africana, El Hierro es la más tranquila de las islas Canarias. Pero ahora este lugar remoto, convertido en geoparque protegido por la Unesco desde 2014, empieza a ser un secreto a voces entre los viajeros internacionales y entre los propios españoles que llegan desde la Península. El turismo responsable (su propósito es convertirse en la primera isla del mundo que funcione solo con energía renovable) es la clave de su éxito, pero también el familiar, con propuestas para todos: hay paisajes sorprendentes, como los pinares que descienden por imponentes acantilados, las pozas marinas naturales, sus carreteras estrechas y sinuosas y sobre todo los paisajes volcánicos que parecen de otro mundo. Senderos solitarios serpentean entre miradores y conducen a remotas playas de piedra y a acantilados de vértigo. Para aquellos que buscan más adrenalina, también es un lugar estupendo para practicar inmersiones en la reserva marina del Mar de las Calmas, o parapente sobre el altiplano central. Y los más jóvenes pueden disfrutar practicando esnórquel, kayak y descubriendo al lagarto gigante de El Hierro, una especie amenazada. Para los mayores hay opciones más tranquilas, como probar los vinos emergentes de la isla, hechos con uvas que crecen en unas pendientes de vértigo. La cultura propia de El Hierro deja hitos importantes como el Árbol Sagrado, el Garoé (que antaño se creía que producía agua milagrosamente), la pequeña ermita de Nuestra Señora de los Reyes, en lo alto de la isla, dedicada a su patrona, o el remoto faro de Orchilla, en el punto más meridional de España. En la foto, la pisicina natural del Charco Azul, en la localidad de El Golfo.getty images
Los maorís disponen de ingredientes autóctonos únicos, como el 'mamaku' (árbol helecho negro) y la 'paua' (un tipo de oreja de mar), y formas de cocinar tradicionales singulares, como el 'hāngi' (horno de tierra) tradicional. El problema ha sido que estos ingredientes y tradiciones no se han incorporado a las buenas cocinas y restaurantes del país. Eso cambió en 2018, cuando la chef maorí-samoana Monique Fiso, de 33 años, regresó a su tierra para abrir un restaurante en Wellington y plasmar todo lo aprendido de su oficio en Nueva York. Hiakai (“hambriento”, en lengua Maorí) ha recibido numerosos premios y ofrece una experiencia que va más allá de la comida. Se trata de un elegante local a las afueras de Mount Cook, un suburbio del área metropolitana de Wellington, con paneles de madera y reservados tapizados de cuero marrón chocolate. Aquí se puede disfrutar de la cálida 'manaakitanga' (la hospitalidad maorí), o probar un menú degustación que no solo explora las posibilidades de los ingredientes autóctonos, sino también su relación con los mitos y leyendas maoríes. En la foto, trufas de chocolate ahumado.Amber-Jayne Bain
En un mundo de estrellas de Instagram delgadísimas y asientos de avión cada vez más estrechos, Jeff Jenkins, un viajero empedernido, ha creado Chubby Diaries para aportar información práctica a aquellos que como él gastan tallas grandes. Un día Jeff se dio cuenta de que no había visto viajando a mucha gente como él, así que creó esta web para trotamundos XXL, para visibilizarlos y demostrar al mundo que las personas con sobrepeso también viajan. En Chubby Diaries ofrece inspiración, información práctica y recomendaciones de productos para la gente como él. Porque hay problemas que solo se plantean los viajeros obesos: como la falta de trajes de neopreno para ellos, arneses de tirolina más grandes y fuertes o el recurrente debate sobre la política de precios de los asientos de avión. Chubby Diaries ha sido todo un éxito y cuenta con más de 27.000 seguidores en redes sociales. A través de su blog, vídeos sobre destinos y fotografías llenas de vida, Jeff ha conseguido una audiencia potencial de casi dos millones de personas y un impacto muy positivo para los viajeros de talla grande.
Wheel the World plantea un mundo sin límites, también para las personas en silla de ruedas. En esta agencia de viajes californiana encontrarán la manera de subir al Machu Picchu o saltar en paracaídas en Santiago de Chile, entre otras propuestas hasta ahora impensables para ese colectivo. Desde que comenzó su actividad hace dos años, en 2018, ha permitido a miles de personas con discapacidad acceder a travesías a medida en más de 30 destinos en 15 países. Wheel the World es el proyecto de dos chilenos, Álvaro Silberstein y Camilo Navarro, que desde la escuela de negocios en la que estudiaban en Estados Unidos decidieron apostar por el turismo accesible para personas en una situación parecida a la suya: Álvaro usa silla de ruedas desde los 18 años cuando un accidente en coche le dejó tetrapléjico. Su sueño era visitar el parque nacional Torres del Paine, en la Patagonia chilena, pero como otros muchos destinos, el parque tenía una accesibilidad nula. Se pusieron a investigar, buscar alojamientos y transporte accesibles y preparar el viaje de sus sueños. Fue entonces cuando descubrieron la Joëlette, una silla de ruedas de senderismo muy ligera, fabricada especialmente para circular por terrenos agrestes, que les permitió competir en el W Trek, una travesía de cinco días por la ruta más famosa de Torres del Paine. Las fotos y vídeos que compartieron sobre su aventura llevaron a cientos de personas con discapacidad a contactar con ellos para hacer el mismo viaje. Aquello les llevó a crear Wheel the World, hoy todo un éxito de emprendimiento y de turismo accesible.
Entre las muchas propuestas para dar voz a la comunidad LGTBIQ en el mundo de los viajes, Lonely Planet ha querido destacar Couple of Men, un blog con más de un millón de visitantes a los que aporta información sobre destinos LGTBIQ. Couple of Men también pretende educar a la industria turística, erigiéndose como paladines y embajadores de esa comunidad. Sus fundadores, el alemán Karl Krause y el holandés Daan Colijn, se conocieron y se enamoraron en Berlín hace siete años. Karl ya llevaba años viajando como mochilero abiertamente gay cuando se encontró con Daan, al que contagió su curiosidad por conocer otras culturas y ver más mundo. Ahora comparten sus vidas y ofrecen información sobre destinos ‘gay friendly’ y a través de Couple of Men pretenden inspirar y motivar a los viajeros homosexuales y a quienes todavía andan en busca de su identidad de género o su orientación sexual, y les animan a visitar destinos seguros y divertidos donde disfrutar de unas buenas vacaciones sin ser tratados de forma diferente ni tener que soportar críticas por ser ellos mismos. Con contenidos interesantes y fotografías fabulosas, el blog es una mina de información sobre destinos, alojamiento, restaurantes, bares, actividades y excursiones para la comunidad LGTBIQ. Desde Ámsterdam, donde Karl y Daan viven ahora, también comparten anécdotas de sus vidas con sus seguidores.