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Donde la ciudad toma aire: 25 grandes plazas europeas

Son el corazón de muchas metrópolis, donde las calles se abren y la gente se cita en cafés. De Lisboa a San Petersburgo, estas son algunas de las explanadas más bellas y simbólicas de Europa

Esta es la plaza por antonomasia: grande, bonita y cargada de historia. De un lado, el barroco Palacio de Invierno de los zares rusos, hoy convertido en el Hermitage, el mayor museo del mundo, con más de tres millones de obras. Del otro, una arqueada sucesión de edificios neoclásicos. Edificaciones que fueron concebidas y construidas a comienzos del siglo XIX, cuando, por orden del zar Alejandro I (1777-1825), esta plaza de San Petersburgo se convirtió en un monumento a la victoria rusa sobre las tropas napoleónicas. El imponente golpe de efecto central es la famosa columna de Alejandro, erigida en 1834. Con sus 500 toneladas de peso y sus 47 metros de elevación, ostenta el récord del mundo. A pesar de la sensación de armonía que transmite todo el conjunto, esta plaza también ha sido escenario de acontecimientos terribles; por ejemplo, el Domingo Sangriento de 1905, una manifestación reprimida a sangre y fuego por la Guardia Imperial rusa que supuso el ensayo general de la Revolución de octubre de 1917, que marcó el fin de la dinastía zarista con el asalto al Palacio de Invierno.Michael Dunning (getty images)
El arquitecto francés Ernest Hébrard (1875-1933) estaba convencido del influjo magnético del Mediterráneo cuando, a comienzos del siglo XX, acometió el proyecto en esta ciudad donde se superponen vestigios romanos, bizantinos y otomanos. La idea era que esta plaza de Aristóteles, prácticamente destruida tras un gran incendio en 1917, tendiese un puente entre el Imperio bizantino y Occidente. Hoy sigue siendo un foro para debates políticos, manifestaciones y toda clase de eventos culturales, conciertos y celebraciones carnavalescas y navideñas. Con sus cafés y su animada vida estudiantil, es el corazón de esta ciudad universitaria, la segunda de Grecia y capital del norte.Hercules Milas (alamy)
Inaugurada en 1612 como Place Royale y rebautizada con su actual nombre en 1800 en honor al departamento de los Vosgos, el primero de Francia en pagar sus impuestos, la plaza de los Vosgos (Place des Vosges, en francés) es la glorieta más antigua de París, aunque no la más turística. Siempre fue un emplazamiento residencial y entre sus inquilinos más célebres estuvo el mismísimo Cardenal Richelieu (1585-1642), primer ministro del rey Luis XIII. Alejandro Dumas, autor de 'Los tres mosqueteros', describió al cardenal como un ministro codicioso y hambriento de poder. Los Vosgos también fue morada de Víctor Hugo (1802-1885), uno de los escritores más importantes en lengua francesa ('Los Miserables', 'Nuestra Señora de París', entre otros clásicos) que todavía tiene un pequeño museo dedicado a su vida y a su época, en el apartamento de la tercera planta del Hotel de Rohan-Guêmémée donde vivió, con vistas a la plaza. El lugar sigue siendo hoy bastante tranquilo, un elegante conjunto de 36 casas simétricas con soportales, tejados inclinados de pizarra y grandes buhardillas alrededor de un arbolado espacio con cuatro fuentes simétricas y una copia de 1829 de una estatua ecuestre de Luis XIII.Felipe Rodriguez / VWPics (alamy)
Frente a la costa croata hay más de 1.200 islas, pero, para muchos, la más bonita (y turística) es Hvar. De ahí que la alta sociedad lleve sus yates al puerto de la ciudad homónima. Y este atracadero se encuentra a pocos pasos de la plaza principal, que está flanqueada por casas de un blanco reluciente con cubierta de teja roja, y conduce a la catedral de San Esteban, un templo de tres naves con un campanario del siglo XVII que conjuga estilos renacentistas y barrocos manieristas típicos de la arquitectura dálmata de los siglos XV y XVI. Es el lugar perfecto desde el que presenciar, jarra de 'pivo' (cerveza) en mano, el atardecer. Con 4.500 metros cuadrados, la plaza es una de las más grandes de la región croata de Dalmacia, y se formó rellenando una ensenada que llegaba desde la bahía.Atlantide Phototravel (getty images)
Inicialmente, el centro de Breslavia (Wroclaw, en polaco), la cuarta ciudad más grande de Polonia, en la región de Silesia (oeste del país), era, en efecto, una gigantesca plaza de mercado. Entonces le pusieron en el medio un imponente ayuntamiento y pasó a ser como un anillo cuadrado. Cargado, eso sí, de historias y leyendas: adornan las fachadas elegantes frisos con motivos animales y vegetales, así como esculturas escondidas (hay más de 300 diseminadas por toda la ciudad). Están representados incluso Hansel y Gretel, los dos protagonistas de la fábula escrita por los hermanos Grimm en 1812, en dos casas que antaño hospedaban a los miembros del bajo clero católico, ridiculizados como atolondrados niños de cuento. Las mejores vistas del conjunto se obtienen desde la torre de la iglesia de Santa Isabel. Wroclaw no es tan turística pero recuerda a una pequeña Cracovia, más manejable y con un animado ambiente estudiantil. Su símbolo es esta gran plaza, Rynek, presidida por el antiguo ayuntamiento: un grandioso edificio con unas delicadas tallas renacentistas y un reloj astronómico de 1580 incrustado en su fachada oriental.Lara Irimeeva (alamy)
Las callejuelas empedradas y el apretado conjunto de casas de madera y adobe de Tubinga (Tübingen, en alemán), a orillas del río Neckar, difícilmente tienen parangón en el resto de la región de Suabia, en el Estado de Baviera (en el sureste del país). Aquí los más de 22.000 estudiantes que acuden a su universidad debaten en tabernas, las familias pasean por las tiendas y los turistas toman capuchinos. Este ambiente tan animado culmina en la Marktplatz, con un ayuntamiento que parece sacado de una postal, y cuyo reloj astronómico lleva indicando desde 1511 los eclipses solares y lunares que están por llegar. Una pista gastronómica: en el restaurante del sótano del ayuntamiento sirven los mejores 'spätzle' al queso, una pasta típica de la zona que se toma como plato único o como acompañamiento de carnes.Jochen Tack (alamy)
La ciudad portuaria de Bogense, en el norte de la isla danesa de Fionia , tiene el título de municipio más 'hyggelig' (una expresión genuinamente danesa para referirse a un lugar o experiencia plácido y acogedor) de todo el país nórdico. Y no se lo ha otorgado la ciudad a sí misma: aquí el estrés se queda muy atrás. Y eso empieza ya en la plaza principal, un lugar encantador en el que viene celebrándose el mercado desde la Edad Media. La flanquean, junto a vistosos tilos, casitas del siglo XVIII cuidadosamente restauradas. Bogense no es el lugar más visitado de Dinamarca, pero merece la pena caminar por su centro histórico, entre las casas de los antiguos mercaderes. La cafetería de Erik Menyed, en la foto, es el edificio más antiguo de la ciudad, de 1534, y la casa más pequeña de Dinamarca, y está en el corazón de la plaza central, donde también se ubica la iglesia de San Nicolás con su esbelto capital. Absolutamente 'hyggelig'…ALLTRAVEL (alamy)
Sobre lo que fue el estadio que mandó construir el emperador Domiciano para competiciones atléticas en la Antigua Roma, del año 85, y manteniendo su forma primitiva, se levanta en el centro de la capital italiana una de sus plazas más bellas y esbeltas, como un salón lleno de adornos, obra cumbre del Barroco y en la que sus dos grandes artistas, Gian Lorenzo Bernini (1598-1680) y Francesco Borromini (1599-1667), se disputan la autoría de sus principales monumentos. Aquí se han celebrado durante casi 2.000 años carreras de caballos, representaciones teatrales, procesiones y mercados. Hasta mediados del siglo XIX, cada verano se cerraban los desagües de las tres fuentes y la plaza se inundaba para convertirse en el “lago de la Plaza Navona”. Y es que lo más llamativo de este enclave son las tres grandes fuentes con esculturas a lo largo de la 'spina' del antiguo estadio, barrocas a más no poder. La de los Cuatro Ríos es de Bernini y representa los cuatro grandes ríos del mundo conocidos por entones (Nilo, Ganges, Danubio y Río de la Plata), coronados por el obelisco que Domiciano mandó construir en Egipto. Las otras fuentes son la Fontana del Moro y la del Nettuno. Alrededor se alzan, como en un gran teatro, grandes fachadas, como la de Santa Inés en Agonía, obra de Borromini, o el Palazzo Pamphili, hoy embajada de Brasil. Pero el festival artístico no se detiene ahí: la iglesia de Nostra Signora del Sacro Cuore, y los palacios de Cupis, de Torres Massimo Lancellotti y el Braschi, un palacio neoclásico del XVIII hoy convertido en el Museo de Roma.Nicola Forenza (getty images)
Pese a haber sido hace 10 años una de las capitales europeas de la cultura, Pécs no tiene mucha fama. Aun así, es la quinta ciudad húngara y su plaza principal, un sueño que evoca el Mediterráneo; sin olvidar la mezquita Gázi Kászim, cuya cúpula verde recuerda a los conquistadores otomanos del siglo XVI. Entre la mezquita, el ayuntamiento neobarroco, los edificios modernistas y la fuente cerámica de Zsolnay aguarda, ante un pedazo de tarta de la pastelería Mecsek, un singularísimo viaje en el tiempo.joruba (getty images)
No hay discusión. La Grand-Place de Bruselas es una de las plazas más espectaculares del mundo. La mejor impresión se tiene al entrar por una de sus seis callejuelas laterales, la Rue des Harengs. Al diseñar estas fachadas barrocas, cuidadas hasta el último detalle, con sus gabletes barros (remate ornamental con forma de frontón triangular), sus estatuas doradas y sus elaborados símbolos gremiales, no se escatimó un céntimo. Tampoco hay ninguna iglesia que llame a la modestia a los visitantes de este 'grote markt' (gran mercado). Una cosa está clara: es un sitio de negocios, en sintonía con el espíritu que siempre ha tenido Bruselas, con su ubicación estratégica a orillas del Senne. Esta imponente plaza, con su ayuntamiento, lleva siendo un hervidero desde hace más de 1.000 años. Es mundialmente conocida por la riqueza ornamental de las casas de los gremios, el ayuntamiento y la Casa del Rey. Los cafés clásicos le dan vida durante el día y por la noche la iluminación la envuelve en una atmósfera mágica. Por todo ello, la Grand Place es patrimonio mundial de la Unesco desde 1998.Massimo Borchi / Atlantide Phototravel (getty images)
El empedrado rojo de esta icónica encrucijada, considerada una de las plazas medievales mejor conservadas de Europa, desciende en forma de concha hasta el Palazzo Pubblico, el ayuntamiento. Aquí el centro no lo ocupa ninguna iglesia, cosa extraordinaria en una ciudad medieval como es Siena. Igual de chocante resultaba en su momento la gran fuente, la Fonte Gaia, que proveía de agua a la ciudad a través de una canalización de 25 kilómetros. Y es que a comienzos del siglo XIV era impensable igualar este logro de ingeniería. Lo cierto es que hoy la gente suele disfrutar, más que del agua de la fuente, de un Aperol Spritz helado en uno de los locales que la rodean. La Piazza del Campo sigue siendo, al igual que hace siglos, el epicentro de la vida pública de esta ciudad de la Toscana. Buena muestra de ello es la famosa carrera de caballos del Palio que se celebra todos los veranos: una competición medieval excepcional que se convierte en un espectáculo único y lleno de color.Peter Zelei Images (getty images)
En esta plaza de la capital lituana, las cosas no siempre fueron tan tranquilas como hoy: a partir del siglo XIV, la plaza del mercado fue convirtiéndose en plaza del Ayuntamiento, que, con sus tres esquinas, también se usaba para ejecuciones públicas. Pero esto afortunadamente ya es historia y hoy es un punto de encuentro, comercio y celebración. El ayuntamiento neoclásico alberga todo tipo de eventos, las tiendas invitan a gastar y cada primavera se celebra la fiesta de Kaziukas, una gran feria que reúne a un millar de artesanos que demuestran sus habilidades y creaciones.Ian Dagnall (alamy)
Con apenas 8.500 habitantes, Uzès, en la región francesa de Languedoc-Rosellón (en el sur del país), en el valle del río Alzon, no parece tanto una pequeña ciudad como un acogedor piso compartido. Esta Place aux Herbes sería el cuarto de estar donde todos se reúnen para intercambiar recetas y, los miércoles y sábados, días de mercado, llenar las despensas. Rodeada de arcadas, es el escenario de un mercado semanal muy apreciado, donde se mezclan los perfumes de las hierbas aromáticas de la Provenza y del Languedoc. La vista más bonita sobre esta pequeña localidad probablemente sea la que se obtiene desde la Tour du Roi, torre cuya escalera tiene 100 peldaños.Hemis (alamy)
¿Cuándo es mejor visitar el imponente corazón de la capital de la Alta Austria bañada por las aguas del Danubio? Sin lugar a dudas, en Navidad. Y es que esta plaza principal, conocida como Hauptplatz, llega al corazón, con su brillo dorado, cuando los puestos del mercado navideño relucen como el sol. Es el momento de probar sus pastas y su ponche amenizados con la música de trompetas a cargo de bandas locales que en días alternos irrumpen en mitad de las compras navideñas. Sin olvidarse de la tradicional marcha de las figuras invernales ‘Linzer Perchten’. También en verano queda uno fascinado con los 13.200 metros cuadrados de una de las mayores plazas de Europa. Y cuando se haya admirado suficientemente esta amplitud y el boato de los edificios barrocos, puede uno recorrer las callejas comerciales aledañas.Sorin Colac (alamy)
Al caminar por Lisboa, nada ni nadie nos prepara para esta visión: tras bajar por la Rua Augusta, una de las principales arterias del barrio de la Baixa, se pasa por el Arco del Triunfo, al final de esa calle, y de repente, surge la Praça do Comércio con el Tajo al fondo. Si, tras la estatua ecuestre del rey José I, este río plateado se antoja más bien el océano, la propia explanada parece, con sus edificios porticados, el fastuoso acceso a la capital portuguesa. Y justamente de eso se trataba. Hasta aquí llegaban los barcos que se adentraban por el río y descargaban en unas magníficas escalinatas. Los lisboetas siguen llamando a esta plaza Terreiro do Paço, nombre que alude a un antiguo palacio ('paço', en portugués) que se destruyó, como prácticamente el resto de la ciudad, en el terremoto de 1755.Lingxiao Xie (getty images)
Aunque sobre gustos no hay nada escrito, muchos dicen que es la plaza más bonita de España. Y méritos acumula de sobra. Por la noche, con los edificios barrocos del siglo XVIII magníficamente iluminados (por ejemplo, el ayuntamiento, con sus cinco arcos de granito y su campanario), es fácil estar de acuerdo con la afirmación. De hecho, en ese momento parece la plaza más bonita del mundo. Pero esta amplia superficie, que solo se rodeó con el complejo de edificios del arquitecto barroco Alberto de Churriguera (1676-1750) a partir de 1724, también debe visitarse de día: estar al sol, verse con amigos, tomar un café, hacer negocios, ir de compras, oír música… Una plaza siempre llena de estudiantes de su famosa universidad —que tras Bolonia y Oxford es la más antigua de Europa—, de turistas apreciando los edificios y de parejas paseando bajo los soportales. La vida de Salamanca palpita en torno a su plaza. Como hace siglos.Julian Elliott Photography (getty images)
Es la plaza por excelencia de Europa, elegante, única, e imprescindible para todo viajero. En la enorme explanada de San Marcos de Venecia, abierta al Gran Canal, abundan los turistas y fotógrafos, incluso cuando el 'acqua alta' —mareas que ocurren con frecuencia en la Laguna de Venecia—, hace casi imposible transitarla. Pero es que es el centro de todo, incluso en una ciudad tan llena de atractivos como es Venecia. Nació como una pequeña área frente a la basílica de San Marcos original, pero poco a poco fue ampliándose para convertirse ya desde el siglo XII en el centro de la ciudad italiana. Aquí se instalaron siempre todos los “importantes” de la República de Venecia y era aquí donde se celebraban el mercado y las muy frecuentes procesiones ceremoniales. Hoy la plaza está dominada por la Basílica, el Palacio Ducal y el Campanario de la basílica, que se alza a un lado de ella. Pero hay más: la Procuradoría Antigua, el Ala Napoleónica, la Procuradoría Nueva, o la Biblioteca Marciana (una auténtica joya para los amantes de los libros). Las cafeterías clásicas, otro de los símbolos de la ciudad, ocupan la planta baja de las Procuradorías, como el Caffè Florian (que dice ser la cafetería más antigua del mundo) y el Gran Caffè Quadri. Y aún tendremos que sacar tiempo para visitar el Museo Correr y el Museo de Arqueología o la Casa de la Moneda.Corrado Piccoli / EyeEm (getty images)
La Rynek Glówny de Cracovia es la plaza medieval más grande de Europa. Aquí puede respirarse el pasado, especialmente al atardecer, cuando se encienden las farolas y, poco a poco, la gente va ocupando las mesas en los numerosos locales. En esta glorieta del mercado de Cracovia se han firmado armisticios, se han prestado juramentos, se han destruido monumentos y se han vuelto a erigir. Con una superficie de 40.000 metros cuadrados, tiene un poco para todos pero es la Lonja de los Paños o Sukiennice quien domina el escenario al tratarse de uno de los edificios más icónicos de la ciudad donde el papa Juan Pablo II ofició sus primeras misas. Centro del comercio de los tejidos de Cracovia desde el siglo XIV, tras incendios y reconstrucciones se ha ido perfilando con su actual aspecto. Incluso bajo la plaza, hay “otra plaza", la Rynek subterránea, un fascinante circuito por los puestos del mercado medieval y otras estancias olvidadas.joe daniel price (getty images)
A diferencia de otras grandes explanadas icónicas de Europa, el Royal Crescent de la ciudad inglesa de Bath no está rodeado de adoquines o baldosas. Ante el más bello ejemplo de arquitectura georgiana de toda Gran Bretaña se extiende, a cambio, un finísimo manto de césped. Este semicírculo luce 30 magníficos edificios, dispuestos en perfecta simetría, cuyas fachadas adornadas con columnas siguen prácticamente iguales que cuando se construyeron, a finales del siglo XVIII. El museo del edificio n.º 1 muestra cómo son las cosas en el interior de esta 'media luna real'. El Royal Crescent es uno de los rincones más simbólicos de esta ciudad balneario que ya hace más de 2.000 años era un afamado destino turístico por sus beneficiosas aguas termales. Hoy, Bath, patrimonio mundial, atrae no solo por sus vestigios romanos, la mejor arquitectura georgiana y por la estela de Jane Austen, su habitante más ilustre, sino también por sus calles con tiendas sofisticadas y buenos restaurantes.graham bell (alamy)
La plaza principal de la ciudad toscana de Lucca tiene la forma ovalada del anfiteatro romano del siglo II sobre el que se asienta: los viejos edificios cercan casi por completo esta plaza elíptica, a la que solo se accede a través de cuatro puertas arqueadas a las que apuntan, de hecho, sendos brazos de una cruz que hay en el centro de la explanada. En esta, sin embargo, no compiten por el podio atletas, sino por el favor de la clientela restaurantes y cafés. Una plaza genuinamente toscana, en forma, en color y en ambiente. Lucca puede visitarse cómodamente desde Florencia en una excursión de un día, y es una de las paradas imprescindibles en cualquier viaje por la Toscana.Santiago Urquijo (getty images)
En 1415, el predicador y reformador Jan Hus fue quemado en la hoguera en Constanza. En Chequia no olvidaron a este clérigo de Bohemia y su monumento mira hoy altivo a los incontables visitantes de la plaza de la Ciudad Vieja, en el centro de Praga. Rodeada de edificios cargados de historia y cuidadosamente restaurados, esta plaza ocupa más de 9.000 metros cuadrados. Si uno se siente saturado de historia, puede sentarse a tomar cerdo asado y beber cerveza Pilsen en uno de los acogedores locales con terraza que la rodean. Esta ha sido la principal plaza pública de Praga desde el siglo X, y es uno de los espacios urbanos más antiguos y hermosos de Europa. Un reloj astronómico se pone en acción cada hora en punto en la torre del Ayuntamiento, y es una de las principales atracciones turísticas de la ciudad. Pero son las inconfundibles agujas gemelas de la iglesia gótica de Nuestra Sra de Tyn, como sacadas de un cuento de hadas, el gran símbolo de la plaza y de la ciudad.janetteasche (getty images)
En la ciudad alemana más antigua, la plaza del mercado también tiene detrás una antiquísima historia. Ya en 958 se erigió como emblema nacional la cruz del centro. Y es que, si en Tréveris la época romana es más visible que en ninguna otra ciudad germana (la Porta Nigra, las termas imperiales), esta plaza está dominada por edificios de épocas posteriores: renacentistas, barrocos, neoclásicos e historicistas. Semejante raudal de historia arquitectónica hace de esta ciudad una mina para los aficionados a la arquitectura y la historia.Tu xa Ha Noi (getty images)
Las fachadas cuidadosamente restauradas, con sus orgullosos pórticos corridos, parecen salidas de la maqueta de una estación ferroviaria. Esta plaza, famosa por su arquitectura renacentista italiana, con sus casas de colores que parecen de porcelana, está considerada una de las más bonitas de Europa. Y a unos pocos cientos de metros, calle arriba, domina el imponente castillo de Telč, con su cuidado jardín, su invernadero y su pinacoteca. Esta ciudad checa, protegida por la Unesco, se encuentra en la frontera entre Bohemia y Moravia.F1online digitale Bildagentur GmbH (alamy)
Tal vez no sea la plaza más bella del mundo, pero es indudablemente el centro de Londres desde muchas perspectivas. Y lo ha sido ininterrumpidamente desde su construcción para conmemorar la victoria sobre la armada francesa y española en la batalla de Trafalgar (21 de octubre de 1805). En este emblemático lugar se congregan decenas de miles de personas para ver cine al aire libre, celebrar la Navidad y el Año Nuevo o participar en manifestaciones. Durante muchos años, la enorme plaza estuvo muy descuidada y rodeada de tráfico. Pero en el año 2000 se presentó un proyecto para transformarla en el espacio que el arquitecto John Nash había querido al diseñarla a principios del siglo XIX por encargo de Jorge IV (1762-1830). Hoy está presidida por la Columna de Nelson, conmemorando la victoria de la Marina Real en la Batalla de Trafalgar. Y en torno a ella, espléndidos edificios la rodean: la Galería Nacional, la iglesia de St. Martin-in-the Fields, los comisionados de la South Africa House, la Malaysia House y la Canadá House, Al sureste se alza el Arco del Almirantazgo y por su lado suroeste, se alcanza a ver el Big Ben en las Casas del Parlamento. Fue el centro de un gran imperio y la plaza guarda, a pesar de todo, un aire grandioso.travelling light (alamy)
Visitar esta mítica plaza siempre emociona: las altas torres e imponentes muros del Kremlin, el alegre revoltijo de diseños y colores que adorna la catedral de San Basilio, los majestuosos ladrillos rojos del Museo Estatal de Historia y el elaborado edificio de la galería comercial GUM, todo ello rodeando una amplia expansión de empedrado. Cada elemento es impresionante por separado, pero en conjunto resulta abrumador. Se recomienda acudir de noche para ver la plaza sin multitudes y los edificios bañados de luz. En otro tiempo, la Plaza Roja fue un mercado situado junto a la zona de los comercios de Kitay Gorod, pero ha sido también el lugar donde los ocupantes del Kremlin congregaban, celebraban o castigaban a la gente públicamente. Los dirigentes soviéticos la eligieron también para sus desfiles militares. Una anotación imprescindible: su nombre no tiene nada que ver con el comunismo: 'krasny' en ruso significa “hermoso”, pero en el siglo XX la palabra pasó a significar también “rojo”.getty images