Con Matisse en el Ermitage

El pintor francés es el predilecto para la ilustradora argentina María Luque, y en San Petersburgo pudo ver gran parte de su obra

La ilustradora argentina María Luque ha decidido no tener un hogar fijo. Visita los museos del mundo en busca de la obra de sus artistas preferidos, algo que cuenta con sus dibujos en el libro Noticias de pintores (Sigilo, 2019). Matisse es el pintor que más admira, y en San Petersburgo pudo ver gran parte de su obra.

...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La ilustradora argentina María Luque ha decidido no tener un hogar fijo. Visita los museos del mundo en busca de la obra de sus artistas preferidos, algo que cuenta con sus dibujos en el libro Noticias de pintores (Sigilo, 2019). Matisse es el pintor que más admira, y en San Petersburgo pudo ver gran parte de su obra.

Cuéntenos sus primeras impresiones de la ciudad rusa.

Era mi lugar soñado, sobre todo porque ahí está el Ermitage, y me pareció una ciudad muy extraña. Para empezar, por el clima: era octubre, y pasé de ir en manga corta a protegerme de la nieve. Se parece arquitectónicamente a París, y tiene unas distancias enormes con avenidas interminables. Recuerdo mirar en el mapa la distancia entre mi residencia y el museo y pensar: “Estoy a siete cuadras del Ermitage”, y eso en realidad eran cinco kilómetros. 

¿Viajó solo para visitar el museo?

Fui becada por una residencia de artistas. Visité más museos, pero no pude conocerlos todos. Además, tiene varios edificios: la colección también está dividida, no terminas de verlo nunca. 

¿Podía dibujar en sus salas?

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

Sí, pero solo con una libretita. A dibujar con calma iba a los cafés, que hay muchísimos, y también a una especie de panaderías donde sirven sopas. Muchos cafés eran de aspecto decimonónico, pero también había lugares donde te sentías en cualquier otra ciudad del mundo actual. 

¿Pasaba mucho rato en el museo?

Sí, y esperaba encontrar largas colas pero no fue así, porque los visitantes suelen ir al Palacio de Invierno. Las salas de Matisse solían estar vacías, así que a menudo estaba sola con las vigilantes de sala, unas mujeres adorables que iban muy arregladas con pañuelos en la cabeza e incluso sombreros.

En un mes, ¿aprendió algo de ruso?

Solamente spasiba, que significa gracias. En el supermercado tardaba mucho siempre, porque para saber qué compraba usaba el traductor de Google. Una vez elegí un queso para desayunar y en casa descubrí que llevaba ajo y hierbas… no era lo que esperaba.

Más información

Archivado En