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Diez geometrías playeras

Para protegerse del sol o del viento, aislarse de la muchedumbre que nos rodea, cambiarse el bañador o guardar los trastos. Las playas de todo el mundo se pintan de vivos colores en verano con cucas casetas de madera o efímeras carpas de tela. Y, visto lo visto, las estrellas siguen siendo las rayas

Bañada al sur por el mar de Frisia y, al norte, por el mar del Norte, Borkum es una pequeña isla de apenas 30 kilómetros cuadrados y una población de unos 5.500 habitantes concentrada en una única ciudad (del mismo nombre). Solo los residentes en la isla más grande de las Frisias orientales tienen derecho a circular en coche, así que es un lugar ideal para dar largos paseos en bicicleta o a pie entre singulares parajes naturales y largas playas de arena. Aquí se puede llegar en dos horas en ferri desde la ciudad alemana de Emden. Y ya en la playa, por unos pocos euros se puede alquilar un ‘strandzelt’, una especie de hamaca de madera con una pequeña tienda para relajarse y resguardarse del sol. Más información: borkum.comGÜNTER GRÄFENHAIN (sime)
Al norte del condado costero de Norfolk las huellas de la época victoriana se mantienen en la playa de Cromer. No solo por sus casetas de madera, habituales entonces para preservar el decoro, sino también por su clásico muelle de madera, con puestos de comida y un teatro en el que se celebran espectáculos. Cromer, unos 220 kilómetros al noreste de Londres, es uno de los sitios más populares para el veraneo de las familias inglesas, y es también muy conocido por el sabor de sus cangrejos, pescados en la zona desde hace siglos. Más información: explorenorfolkuk.co.ukDAVE PORTER (getty images)
En la Australiana Brighton Beach se encuentran 82 casetas de playa de paredes de madera y tejado de hierro, cada una distinta a la otra y todas con un punto de color. Fueron construidas en el siglo XIX y han permanecido prácticamente intactas. Mantienen el aire victoriano de la época en la que se levantaron para resguardarse de las miradas de los curiosos, y han convertido esta playa en una de las más reconocibles de Melbourne. En esta playa de la bahía de Port Phillip se concentran aficionados al surf, a la navegación y al ciclismo. Y, tras las casetas —patrimonio nacional de Australia—, el bonito ‘skyline’ de Melbourne. Más información: visitmelbourne.comANDREW WATSON (AWL)
Quien busque un paraíso playero debería tener este arenal en su lista, y no solo por sus llamativas casetas de playa. Se encuentra en False Bay, está conectada con tren con la capital de Sudáfrica (Ciudad del Cabo está a unos 28 kilómetros de distancia) y la bañan las cálidas aguas del océano Índico. Es una de las zonas más populares para practicar el surf en Sudáfrica —sobre todo en la zona conocida como popular Surfer's Corner'—, y de finales de septiembre a principios de noviembre uno de los atractivos de esta bahía es el avistamiento de cetáceos, como ballenas y delfines. Más información: muizenberg.infoGÜNTER GRÄFENHAIN (SIME)
La de Zarautz es la playa más extensa de Gipuzkoa (2.500 metros de fina arena), si bien la pleamar la engulle considerablemente. Como en numerosas playas de la costa vasca, aquí tampoco faltan los surfistas, pero es que además en este arenal se encuentran cinco escuelas de surf y se celebran varias competiciones de surf a lo largo del año, destacando el Mundial WQS en septiembre. Un bonito arenal urbano con un paseo que se extiende hasta la vecina Getaria y en el que destacan sus característicos toldos a rayas de color azul. La playa se reparte en tres zonas: el extremo occidental es frecuentado por familias, la parte central se reserva a los surfistas y en el extremo oriental se encuentran unas dunas que sirven de hábitat a numerosas especies de fauna y flora. Más información: turismo.euskadi.eusGETTY IMAGES
Localidad costera con un fuerte e importante pasado marinero, Katwijk aan Zee está bañada por el mar del Norte y se encuentra a menos de una hora en coche de Ámsterdam y a menos de 10 kilómetros de Leiden. Además de las ligeras tiendas en su amplia playa para resguardarse del sol, aquí hay infinidad de pequeñas casas de madera sobre la arena convertidas en alojamientos, de los más elegidos para hospedarse entre quienes visitan la zona. Más información: vvvkatwijk.nl/enALLARD SCHAGER (GETTY IMAGES)
Muy concurrida desde que empiezan las buenas temperaturas, la playa de Poniente —la más extensa de Benidorm, pero menos visitada que la de Levante— tiene 3.100 metros de largo y 105 de anchura media. La bordea un ondulante paseo marítimo, obra de Carlos Ferrater y Xavier Martí Galí, en el que está uno de los hoteles más altos de Europa, el Bali (186 metros). A lo largo de este arenal urbano con bandera azul se encuentran zonas de juegos para niños, redes para jugar al vóley y fútbol playa, duchas, puestos de vigilancia y puntos de playa accesibles para personas con discapacidad. Más información: visitbenidorm.esEloy Rodríguez (GETTY IMAGES)
De 1,5 kilómetros de largo y con 140 casetas, una de las características más vistosas de la playa de San Lorenzo. Otro dato para tener en cuenta: con pleamar, este arenal en forma de concha desaparece en un 80%. Es una de las playas más conocidas de Asturias, de arena fina y dorada, y perfecta para iniciarse en el surf. Delimitada al oeste por el Cerro de San Catalina y, al este, por la desembocadura del río Piles, la bordea un paseo marítimo apodado El Muro, de casi tres kilómetros de recorrido. Más información: turismoasturias.esGonzalo Azumendi (Getty Images)
Quienes visitan la región de Hauts-de-France en verano suelen acercarse a la playa de Hardelot. Se trata de un largo y amplio arenal en el que destacan sus casetas de playa de madera a rayas blancas y azul celeste. Antes o después del baño, son muchos quienes también se acercan al castillo de Hardelot, una mansión construida a mediados del siglo XIX sobre cimientos que datan del siglo XIII, y a las dunas de Ecault. La playa, en la que es habitual ver a personas practicando kite surf, es parte además del parque natural regional de los Cabos y Marismas de Ópalo. Más información: france-voyage.comGetty Images (Olivier LECLERCQ)
Al norte de Lisboa, Nazaré es uno de los rincones de veraneo más populares de Portugal, y también de los más pintorescos del país. En su amplia playa urbana se alinean las traineras y las coloridas casetas de baño al abrigo de un promontorio de roca coronado por un faro. Al sur del arenal urbano, y separadas de esta por el espigón del puerto, se extienden la larga y salvaje Praia do Salgado y la radical Praia Norte, donde el surfista estadounidense Garrett McNamara batió en 2011 el récord de cabalgar la ola más grande del mundo (24 metros de altura). Desde entonces, este pueblo de pescadores se ha convertido en lugar de peregrinación para los surferos, que acuden a Nazaré en busca de sus olas gigantes: llegan a los 30 metros debido a un cañón submarino de cinco kilómetros de profundidad que apunta hacia la playa. Más información: travel-in-portugal.comDavid Lopes (GETTY IMAGES)