Liberso 2016: un verdejo de composición sofisticada

Elaborar vino está hoy al alcance de casi cualquiera con vocación y dinero. Basta un buen asesoramiento técnico y algo de capital para comprar la uva y alquilar el espacio en la bodega. No se arriesga mucho, y permite al aventurero enológico hacer realidad sus sueños.

Es lo que han hecho en Rueda los ingenieros agrícolas Miguel Ángel Fernández Martín e Ignacio Hernández Esteban. Por contra, tienen que enfrentarse a un mercado muy competitivo, con marcas fuertes y prestigiosas. Viene entonces la búsqueda de la originalidad, vía marketing. Un lugar común en todos los que empiezan...

Elaborar vino está hoy al alcance de casi cualquiera con vocación y dinero. Basta un buen asesoramiento técnico y algo de capital para comprar la uva y alquilar el espacio en la bodega. No se arriesga mucho, y permite al aventurero enológico hacer realidad sus sueños.

Es lo que han hecho en Rueda los ingenieros agrícolas Miguel Ángel Fernández Martín e Ignacio Hernández Esteban. Por contra, tienen que enfrentarse a un mercado muy competitivo, con marcas fuertes y prestigiosas. Viene entonces la búsqueda de la originalidad, vía marketing. Un lugar común en todos los que empiezan a elaborar vino.

Así que olvidemos el nombre y sus argumentos literarios, y vayamos al grano (nunca mejor dicho). En primer lugar, estamos ante un blanco de diseño, fruto de la combinación de 18 vinos, uno con crianza sobre lías y el resto con fermentados y criados durante siete meses en barricas de roble francés, americano y húngaro de 225, 300 y 500 litros.

Sofisticada composición que se refleja en un conjunto armónico de notas frutales carnosas y exóticas, leves perfumes florales, el aire balsámico de las hierbas silvestres y la cálida presencia de las especias y tostados. Suave, untuoso y equilibrado, el agradable amargor de su regusto cítrico da frescura a la audaz propuesta.