Viña Salceda crianza 2011, una pequeña maravilla

Tras una profunda remodelación, que ha incluido la venta de alguna de sus marcas, el Grupo Chivite afronta la nueva etapa con valentía. Eficazmente comandado por Julián, hermano mayor de una saga de bodegueros, se ha propuesto ganar mercado con vinos donde la relación calidad-precio sea el horizonte de ventas imprescindible para salir adelante. Así, ha fichado al consultor y enólogo César Muñoz —creador del sorprendente Leda Viñas Viejas—, lo que se está traduciendo en un nuevo perfil de sus vinos, particu­larmente los de la bodega Viña Salceda, la apuesta riojana del grupo. Sin duda, la tarea...

Tras una profunda remodelación, que ha incluido la venta de alguna de sus marcas, el Grupo Chivite afronta la nueva etapa con valentía. Eficazmente comandado por Julián, hermano mayor de una saga de bodegueros, se ha propuesto ganar mercado con vinos donde la relación calidad-precio sea el horizonte de ventas imprescindible para salir adelante. Así, ha fichado al consultor y enólogo César Muñoz —creador del sorprendente Leda Viñas Viejas—, lo que se está traduciendo en un nuevo perfil de sus vinos, particu­larmente los de la bodega Viña Salceda, la apuesta riojana del grupo. Sin duda, la tarea es de envergadura, ya que los clásicos Conde de la Salceda y Puente de la Salceda están suficientemente consolidados y resulta demasiado arriesgado retocarlos.

El desafío está en el tinto de crianza. Y ahí es donde, aprovechando la excelente añada de 2011, César Muñoz ha logrado una pequeña maravilla en relación a su precio (siete euros la botella). Ha logrado un vino que engancha con decisión, pero suavidad, con su aroma frutal —mora, endrina, ciruela— limpio y puro, directo, apenas pincelado por la madera con su cromatismo especiado, el toque de humo, la sugerencia del cedro. Resulta goloso y fresco, vivo y sabroso, y se despide con un cautivador recuerdo de fruta. Un atractivo crianza para una nueva andadura.