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Pitones verbeneras y otros bichos letales

16 animales que muerden, pican y, además, matan. Ya sabes a quién evitar en el próximo viaje

Endémica de Australia, tiene el veneno más devastador jamás descubierto en una serpiente: con una sola mordida podría matar a cien personas. Kevin Budden, un herpetólogo aficionado, fue el primero que consiguió atrapar una taipán viva. Cuando intentaba meterla en un saco, el reptil se soltó y le mordió en un dedo. Murió dos días después. Gracias a él (la serpiente fue capturada viva) se consiguió extraerle el veneno y elaborar un antídoto.
Existe la idea de que las serpientes constrictoras -pitones, boas y anacondas- despachurran a sus presas, transformándolas en un informe y sanguinolento amasijo de huesos triturados y carne picada. Tranquilos, no ocurre así. En realidad, la muerte se produce lentamente por asfixia. Cada vez que jadeas, el ofidio cierra un poco más sus anillos hasta que la lengua se te pone morada, los ojos se te salen de las órbitas, los pulmones se colapsan y el corazón te explota.Michel Gunther
Originaria de las selvas de Sudamérica, la araña bananera suele viajar como polizón en las cargas de fruta de los barcos. Desde 2010 figura en el Libro Guinness de los récords como la más venenosa del mundo. Y su picadura tiene un curioso efecto secundario en los hombres: provoca largas y dolorosas erecciones.James Christensen
Si besas a esta ranita de colores (que vive sobre todo en las selvas de Colombia), tú te morirás y ella no se convertirá en un príncipe. La rana dardo dorada está considerada el vertebrado más venenoso que existe. La ponzoña de un solo ejemplar bastaría para matar a diez hombres o a 20.000 ratones.
Imagina que estás flotando tan a gusto en la piscina y algo te acaricia, te hace cosquillitas en el cuello. No, no es tu chico o tu chica pidiendo guerra: es la criatura más aterradora que te puedas imaginar, que se ha encariñado de ti. Buena nadadora, le gusta corretear por el fondo de las piscinas, jugando al pilla-pilla con los dedos de los pies.Ian Waldie
Las arañas del género 'Latrodectus' tienen pésima reputación. A las hembras se las llama viudas negras, por su fea costumbre de zamparse al macho después de copular con él. Su veneno, neurotóxico, es quince veces más potente que el de la serpiente de cascabel. Es cosmopolita (en España hay una especie de viuda negra, no tan venenosa como sus primas americanas o australianas, pero mejor no acercarse).Buddy Mays
Su aleta dorsal cuenta con doce robustas y afiladas espinas, cada una con su glándula venenosa, capaces de atravesar una chancla o una aleta de buceo. Su veneno es tan potente como para matar a una persona en un par de horas entre atroces sufrimientos: una sola espina produce un dolor tan agónico que algunos picados enloquecen de dolor y muerden a quienes intentan ayudarles. Nombre científico: 'Synanceia horrida'Auscape
Esta serpiente africana puede medir más de cuatro metros y alcanzar los 25 kilómetros por hora con el medio cuerpo erguido (se te pone a la altura de los ojos). Su boca, de un intenso color negro, tiene forma de ataúd. Es muy, muy agresiva, y cuando ataca inocula hasta cien miligramos de jarabe neurotóxico: ¡una pesadilla!Tim Vickres
Tiene la fea costumbre de colarse en los retretes y picar en las nalgas, muslos, ingles y aledaños (los libros especializados muestran fotos horribles de los efectos de su veneno). Para que duermas tranquilo: en España existe al menos una especie de araña reclusa ('Loxosceles rufescens'); quizás ahora te esté mirando desde el armario del baño con sus tres pares de ojos.Rob & Ann Simpson
Que una criatura grande y llena de patas (de más de 30 centímetros) se descuelgue del techo para clavarte sus uñas ponzoñosas merecería estar en el 'Top 10' de cualquier ránking de pesadillas. Para que durmáis bien, os diré que tal ser existe: el ciempiés gigante del Amazonas o escalopendra de patas amarillas, un voraz carnívoro que caza murciélagos al vuelo.Frank Greenaway
Que un koala te ataque parece algo tan improbable como que te apuñale Winnie the Pooh. Le ocurrió a Kenneth Cook (1929–1987), prolífico periodista y escritor australiano, autor de varios libros en clave de humor sobre la vida en el Outback, las remotas regiones del interior del país. Según cuenta en uno de sus relatos, uno de estos adorables animalitos estuvo a punto de arrancarle sus atributos masculinos cuando intentaba bajarlo de un árbol (se rompió una rama y el koala se agarró donde mejor pudo), un incidente que jamás les perdonó.Auscape/UIG
Su aparato venenoso es el más evolucionado entre los ofidios, con colmillos retráctiles que se abren como la hoja de una navaja en el momento de morder. En la Península Ibérica existen tres especies de víboras: la hocicuda o de Lataste ('Vipera latastei'), la víbora áspid ('Vipera aspis') y la víbora de Seoane ('Vipera seoanei'). Se mueren de ganas de conocerte.Universal Images Group Editorial (Getty)
Aunque parezca sacado de un catálogo de juguetes del Imaginarium, no se puede jugar con el pulpo de anillos azules, un cefalópodo de colorines frecuente en los arrecifes coralinos (sobre todo en Australia) que te puede dejar tieso antes de que descubras que no es de plástico. De hecho, la mayoría de los accidentes se produce entre buceadores y bañistas fisgones.Nature Connect / Corbis
Los caracoles marinos del género 'Conus' cuentan con un buen número de especies mortíferas. Esas preciosas y nacaradas conchas que muchos habréis recogido durante el viaje de novios en alguna playa de Seychelles o Maldivas sin saber que os estabais jugando la vida: "Mira, churri, qué caracola más bonita: vamos a llevárnosla a casa de recuerdo. ¡Ay!, creo que me he pinchado con algo". Fin.Alex Kerstitch
Entre los más de 35 millones de espectadores que vieron la película 'Crocodrilo Dundee' el año de su estreno (1986) estaba Ginger Faye Meadows, una modelo estadounidense de 24 años. A Ginger le gustó tanto el filme, que al año siguiente se fue de vacaciones a Australia para vivir aventuras, como la protagonista. Y lo logró: se la comió un cocodrilo gigante la víspera de su cumpleaños.Paul Souders