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UME: una guerra sin tregua contra el hielo, en imágenes

Acompañamos durante una jornada a la Unidad Militar de Emergencias en su lucha contra los efectos del temporal Filomena

Antes de salir de la base, el capitán Miguel Ballesteros explica a los tenientes al mando de las secciones y a los sargentos y cabos, al frente de pelotones y equipos, cuál es el cometido de cada uno. En la imagen, miembros de la UME repasan el 'briefing' antes de salir de la base de Torrejón de Ardoz, en Madrid, donde se encuentra el cuartel general.David G. Folgueiras
La tarea de combatir los efectos de 'Filomena' en la Comunidad de Madrid se ha encomendado al Grupo Táctico Oso; un animal que figura en el escudo de la capital y que tiene fuerza y agilidad suficiente para moverse por la fría estepa en que se han convertido estos días los campos de la región. En la imagen, un equipo de la Unidad Militar de Emergencias prepara el material de uno de los camiones en la base de Torrejón.David G. Folgueiras
El objetivo prioritario de la UME es habilitar las principales arterias de las ciudades para la circulación y hacer accesibles los puntos sensibles de la ciudad, como son los centros médicos. En la imagen, personal de la UME prepara carretillas repletas de picos y palas.David G. Folgueiras
La UME se ha encargado de amortiguar el primer golpe de la emergencia, pero luego se han sumado otras unidades militares. En el aeropuerto de Barajas ha intervenido el Mando de Ingenieros de Salamanca; en Toledo, efectivos de la Brigada Guzmán el Bueno (Córdoba) y la Legión; y en Guadalajara, la Brigada Extremadura. En la imagen, una columna de la UME se dirige a San Martín de la Vega.David G. Folgueiras
Las principales vías de San Martín de la Vega están despejadas, pero eso no quiere decir que no haya tajo de sobra. El colegio Clara Campoamor, con 500 alumnos, está cerrado a cal y canto y una capa de varios palmos de nieve bloquea el acceso. En la imagen, una minimáquina Bobcat de la UME embiste contra el obstáculo y levanta con su pala bloques compactos de hielo.David G. Folgueiras
El trabajo de la UME no se detiene ni de día ni de noche y la jornada de trabajo dura “hasta que lo ordena el mando”, en palabras del teniente Cubas. Eso suele ser cada 12 horas, de tres de la tarde a tres de la mañana y viceversa. Cada tres turnos de 12 horas, el mando ordena descansar un día entero. Lo que significa que la jornada semanal oscila entre las 60 y las 72 horas. En la imagen, el teniente Cubas da instrucciones en San Martín de la Vega.David G. Folgueiras
En torno a la valla del colegio, sus compañeros van abriendo un estrecho sendero por la acera para que padres y alumnos puedan llegar sin caminar por la calzada y no tengan que exponerse a ser atropellados por los coches. En la imagen, varios soldados de la UME esparcen sal en las vías aledañas a un colegio.David G. Folgueiras
Las calles son las venas y arterias de la gran ciudad y si no pueden circular ambulancias o coches de policía su corazón colapsa. En la imagen, miembros de la UME trabajan en el túnel de Costa Rica, en Madrid.David G. Folgueiras
El sábado de la gran borrasca, en la zona de Arturo Soria, los soldados se toparon con una pareja que deambulaba entre la nieve: ella había roto aguas y se habían echado a la calle para intentar llegar a pie al hospital. No hizo falta: el viaje a la sala de partos lo hizo en vehículo militar. En la imagen, un equipo de la UME trabaja retirando hielo en la calle Alberto Alcocer de Madrid.David G. Folgueiras
De vez en cuando se turnan en la tarea, aunque hay quien prefiere no quedarse quieto con el termómetro marcando casi 10 grados bajo cero en la madrugada del viernes pasado. El único paréntesis se produce cuando llega el todoterreno con la cena: nadie se quejará si está tan caliente que no pueden apreciarse los sabores. En la imagen, el teniente Audera camina por las calles heladas de Loeches.David G. Folgueiras
Un camión rompehielos de 18 toneladas y más de 400 caballos sube a toda potencia la avenida de La Cava, que lleva al centro histórico de Loeches (7.000 habitantes), convertida en una pista de eslalon. En la imagen, un rompehielos de la UME trabaja en Loeches.David G. Folgueiras
La operación Tormentas Invernales Severas (TIS) ha entrado en su tercera fase, en la que el esfuerzo se centra en la apertura de los colegíos y el ensanche de las vías, para permitir la circulación en ambos sentidos y facilitar el acceso a pasos peatonales y comercios. En la imagen, el teniente Audera explica el trabajo a realizar en las calles de Loeches sobre un plano turístico.David G. Folgueiras
Los soldados tienen que coger pico y pala y la emprenden a golpes para intentar hacer añicos la nieve endurecida y el hielo. Llevan guantes para prevenir sabañones y el martilleo no cesa un instante. En la imagen, militares de la UME rompen con ayuda de picos la capa de hielo formada en una calle de Loeches.David G. Folgueiras
“Es un trabajo cansado, sobre todo si se prologa en el tiempo y no estás acostumbrado. Estamos en un entorno hostil y el cuerpo lo nota. Con el frío se produce mucha deshidratación y encima no te das cuenta, pero nosotros estamos preparados para esto”, comenta el cabo Laso de la Vega, de 31 años, natural de Ocaña (Toledo). En la imagen, un militar de la UME da intrucciones a un camión rompehielos en Loeches.David G. Folgueiras
En los primeros días, antes de las heladas, la nieve se podía recoger con cuchara. Ahora es una labor ciclópea encomendada a los empleados públicos peor pagados: los militares. Sus asociaciones se quejan de que la sociedad y el Gobierno solo se acuerdan de ellos cuando nieva. También cuando hay inundaciones, incendios forestales o pandemias. En la imagen, un teniente de la UME conversa con un vecino de Loeches que intenta sacar su coche de la calzada.David G. Folgueiras